Sobre personas y organizaciones

Categoría: Competencias Pagina 3 de 10

El Factor «N»

NVivimos tiempos de incertidumbre, volatilidad, complejidad y ambigüedad. Fenómenos como la globalidad, la ultra-conectividad, la super-competencia y la revolución digital son causa y efecto a la vez de estos tiempos “vucalizados” acerca de los que muchos escribimos construyendo la literatura del management de los últimos años.

En paralelo… la dictadura tecnológica se impone vertiginosamente. El mundo analógico se desvanece derrocado por el golpe de estado digital. El agilismo cobra fuerza en forma de metodología prometida capaz de dotar a equipos y organizaciones de una capacidad diferencial en su adaptación al contexto generando valor de forma incremental. La Co-cultura: colaboración, cooperación, conocimiento, conversación, conectividad… obviamente (Co-crean)  el nuevo mantra del management.

Un contexto que dibuja un nuevo mapa para la gestión de organizaciones y personas. Una nueva hoja de ruta literalmente por escribir. La vucalización otorga otro significado a lo nuevo, cada vez más efímero, menos duradero, más obsoleto…salvo excepciones…

Y en este marco y contexto, los profesionales orientados al desarrollo de otros nos sometemos, o al menos, deberíamos hacerlo…a múltiples preguntas…

¿Cómo ayudar a nuestra organización y a sus personas a cambiar los comportamientos que les permitan sobrevivir ante las nuevas reglas del juego?…

¿Cómo adecuar nuestros procesos a los nuevos tiempos?…

¿Qué rutinas y aprendizajes podemos desarrollar para potenciar el talento?…

¿Cómo evolucionar las habilidades de los profesionales para surfear en este contexto?…

 ¿Cómo promover el auto aprendizaje, el autogobierno y la auto-responsabilidad?…

Y ante esta “New wave” del management del S.XXI a la que nos enfrentamos colapsada por profecías sobre la digitalización y la transformación… resulta inevitable romper una lanza en favor de la capacidad del ser humano para lograr todo aquello que se proponga… siempre y cuando integre los elementos o características que dan lugar al Factor N…

HUMILDAD – Para someter al ego y respetar siempre a los demás, asumiendo que en ocasiones se gana, y en todas las demás se aprende…

HONESTIDAD – Para reconocer sin edulcorar la realidad que en ocasiones algo no se hizo bien y que la única alternativa es, sencillamente, trabajar para mejorar…

SACRIFICIO – Para esforzarse sin excusas, sin paliativos, sin dudas, renunciando a todo aquello que nos pueda alejar de nuestros sueños… y seguir avanzando aunque duela…

CONSTANCIA – Para, independientemente de los logros o fracasos alcanzados, seguir trabajando con la misma intensidad y con la misma determinación…

APRENDIZAJE – Para interiorizar nuevas formas, nuevos métodos, nuevas destrezas que nos permitan reaccionar a los estímulos más insospechados…

ENTRENAMIENTO – Para consolidar los aprendizajes adquiridos, crear automatismos y fijar los comportamientos que nos permitirán obtener el resultado que deseamos…

INTELIGENCIA – Para saber qué, cómo, cuándo y con quien debemos aplicar cada conocimiento, aprendizaje y comportamiento entrenado…

FOCO – Para avanzar en pos de aquello que deseamos alcanzar de manera inquebrantable, sin espacio para la distracción, sin permitir el ruido de los juicios, las creencias y las críticas…

EQUIPO – Para rodearse de aquellos que nos hacen mejores, permitiendo que su saber hacer nos ayude a mejorar, a crecer y a seguir aprendiendo…

PASIÓN – Por, hacia y desde lo que hacemos, para poder dar sentido y coherencia a los elementos anteriores… pasión como corazón y pulmón de aquello que hacemos…

Diez elementos traducidos en comportamientos absolutamente humanos…

El éxito no es solo la consecución de un resultado, sino el camino que se transita cuando se trabaja para lograr y alcanzar aquello que soñamos; pero también el éxito se convierte en la impronta que dejamos en aquellos que observan la puesta en escena de todos y cada uno de estos elementos cohesionados…

El Factor N es la consecuencia de integrar todos y cada uno de estos elementos en una única fórmula y repetirlos en el tiempo, guiados por la pasión, rodeándonos de quienes pueden ayudarnos, sin perder de visto nuestro foco un solo instante, siendo inteligentes, entrenando para aprender nuevos caminos, de forma constante, aunque duela y haya que sacrificar muchas otras cosas, reconociendo cuando salió algo bien y cuando no, con total y absoluta humildad…

Contamos con el privilegio de saber dónde se encuentra, de qué se compone y como se manifiesta el Factor N…

No hagamos más alquimia para encontrar la fórmula que nos permitirá alcanzar el éxito… en realidad, hemos sido testigos de cientos de lecciones que nos indican el camino… lo hemos presenciado… una y DIEZ veces…

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El secreto para alcanzar el éxito, se encuentra en cada uno de nosotros…; él nos muestra su ejemplo… como principal y genuino portador del FACTOR N…

5 comportamientos para Liderar e Innovar generando Disrupción

prohibido_prohibirLa mayoría de organizaciones y sus directivos han entendido que el cambio es la única variable constante y que la mera adaptación al mismo se ha convertido en una característica no determinante. En estos tiempos “VUCAlizados” la clave no es adaptarse al cambio, sino diseñarlo y provocarlo. Tan sencillo y tan complejo al mismo tiempo.

Pero “el cambio” resulta un término demasiado genérico en este tiempo convulso e impredecible que nos ha tocado transitar. Las organizaciones y las personas que las componen siempre han estado en permanente proceso de cambio. Sin embargo, son las condiciones del contexto en el que vivimos en la actualidad y la velocidad a la que se desarrollan los acontecimientos las que obligan a que las organizaciones a través de sus personas lleven a cabo planteamientos mucho más agresivos para poder liderar el mercado diferenciándose de sus competidores y ofreciendo productos y servicios que provoquen la obsolescencia de los existentes; en definitiva generando disrupción.

Más allá de lo en boga que se encuentra el término,  disruptivo se utiliza como adjetivo para indicar una ruptura brusca, haciendo referencia por lo tanto a algo que ocasiona un cambio determinante… radical… transgresor respecto a los productos, servicios y modelos existentes.

Para provocar un cambio de estas características,  las organizaciones y quienes las lideran deben de  construir ecosistemas en los que se manifiesten una serie de comportamientos… políticamente incorrectos.

Estos son 5 atributos básicos para que una organización lidere e innove generando disrupción…

Curiosidad… estructurada

La clave de bóveda de cualquier proceso de innovación es la curiosidad. Un rasgo innato de todas las personas en su niñez y que qué se va mitigando y apagando con el paso de los años. La curiosidad es la llave de paso de cualquier cambio disruptivo.  

La probabilidad de que una organización encuentre espacios para la disrupción es directamente proporcional al ancho de banda de curiosidad que los líderes de la misma son capaces de fomentar.

Alimentar la curiosidad no es perder foco, sino focalizarse, eso sí, de forma estructurada, en la necesidad de descubrir e investigar.

Honestidad… Radical

La falta de transparencia es uno de los principales enemigos de una cultura abierta al cambio. Cuanto más se oculta o maquilla la realidad más probable es que la organización se convierta en un teatro en el que todos desempeñan un papel. Practicar la honestidad radical implica decir y presentar las cosas tal y como son, sin edulcorar la realidad. No se trata de practicar el “sincericidio” tanto como permitir que los profesionales expresen su percepción de la realidad sin necesidad de embadurnar su discurso con perífrasis y otros recursos de estilo.

Un liderazgo que practica y permite la honestidad radical sin castigarla es capaz de  provocar cambios desde el conocimiento nítido de la realidad.

Desobediencia… Inteligente

Una organización sumisa es una organización inmovilista. Desobedecer inteligentemente no solo implica retar el status quo y la norma existente sino rebelarse contra ellos siempre y cuando esa desobediencia genere un beneficio organizativo en forma de mejora de los procesos, agilidad en la ejecución o mayor reacción ante cualquier elemento nocivo para el ecosistema organizativo.

Practicar la desobediencia inteligente no es practicar el boikot, sino desafiar al sistema para mejorarlo de forma constructiva.

Una cultura es favorable a la innovación disruptiva cuando lo líderes de la organización practican y promueven la desobediencia inteligente.

Irreverencia… Constructiva

La capacidad disruptiva de una organización está reñida con los comportamientos políticamente correctos.

Si no se tolera cierto grado de irreverencia y provocación en los comportamientos de sus profesionales las posibilidades de que una organización genere un caldo de cultivo proclive a la disrupción son muy reducidas.

Muchas organizaciones alimentan el concepto de retar lo pre-establecido, pero son muy pocas las que consiguen que se esa irreverencia  sea constructiva ya que en la mayoría de ocasiones la provocación es sinónimo de penalización, una reacción que supone un claro freno de mano a cualquier proceso de cambio mínimamente transgresivo.

Descontrol… Organizado

 El control y la fiscalización son los principales síntomas de la falta de confianza que existe en una organización.

Cuantos más comportamientos asociados al control se pongan de manifiesto en una organización más agudo será su grado de complacencia.

Y al contrario, erradicar la fiscalización es señal de confianza en el seno de la organización. Las políticas, los procesos y la burocracia asociada a los mismos son mecanismos, que pese a ser necesarios, lapidan la capacidad de una empresa para innovar de forma disruptiva. De esa manera, la capacidad de construir momentos donde cristalice la disrupción es directamente proporcional a la capacidad del liderazgo para provocar el descontrol de forma organizada  en la estructura de poder, y los procedimientos y procesos asociados.

a contracorriente

Los principios del management convencional han conducido a la mayoría de empresas al lugar donde están hoy posicionadas; sin embargo, las circunstancias del contexto han cambiado radicalmente en los últimos años. De esta manera el control y la desconfianza asociada, los comportamientos políticamente correctos pero nada desafiantes, la obediencia ciega incluso hacia las normas más ineficientes, el dañino edulcoramiento de la realidad para no herir sensibilidades y la reducción hasta mínimos insospechados de la curiosidad de los profesionales de la empresa, se han convertido en peligrosos cepos que atrapan las opciones de supervivencia en el mercado.

Generar descontrol de forma consciente, mostrar cierto grado de irreverencia de forma constructiva, desobedecer las normas existentes cuando estás generan ineficiencia y burocracia, presentar la realidad organizativa desde la honestidad – aunque esta duela – y poner el foco en la necesidad de investigar y descubrir son rasgos y características políticamente incorrectos notablemente alejados de los cánones empresarialmente aceptados.

Características, y por lo tanto, comportamientos que hoy en día se convierten paradójicamente en elementos esenciales para construir ecosistemas organizativos donde tengan lugar innovaciones transgresoras y diferenciales,  a partir, como era de esperar, de un liderazgo desafiante, rebelde, provocador… pero con una clara causa… generar la disrupción que permita la supervivencia de la organización.

Sobre Personas y Organizaciones: 5 años, 15 post y 1.001 noches…

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Hace un par de meses esta bitácora cumplió 5 años. En ese momento pensé hacer el tradicional post de agradecimiento por estar ahí como lectores un año más, pero pensé que era una cifra lo suficientemente redonda y que la ocasión merecía la pena para hacer otro tipo de “celebración”, cuando este quinto año en la blogosfera estuviese dando a su fin.

Así que mi celebración, en forma de agradecimiento, como no podía ser de otra manera no es más que un “Greatest hits”, al menos un grandes éxitos para el autor 🙂 ; la selección de mis quince entradas favoritas durante estos 5 años. Una selección inspirada en lo que cada uno de estos post ha provocado tanto en mi como en vosotros, la comunidad, en base a vuestra aceptación, difusión y comentarios, prueba de ello es que muchas de ellas, años después de su publicación, aún siguen dando vueltas en esta nuestra red… 😉

Desde que Sobre Personas y Organizaciones vio la luz en el otoño de 2011, siempre he defendido la máxima de publicar única y exclusivamente cuando creía tener alguna reflexión o idea relevante que trasladar sobre el arte de la gestión de personas y organizaciones. Cinco años después esta máxima perdura y mi compromiso sigue intacto… de manera que, con vuestro permiso, seguiré con mi empeño un tiempo más…

Mientras tanto, aquí os dejo mis 15 elegidos a lo largo de estos 5 años, confiando en que aún queden mil y una, o mejor, infinitas noches para seguir compartiendo reflexiones…

Simplemente, ¡GRACIAS por estar ahí y FELIZ 2017!

A propósito de Ínsulas, Líderes, Quijotes y Sanchos…

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Muchas empresas y profesionales se obsesionan con moldear líderes perfectos, casi sobre humanos, cuando ya sabemos que el Liderazgo, en sí mismo, es humanamente imperfecto.

Ahora, apremiados por la relevancia que el liderazgo tiene para alcanzar la tierra prometida de la soñada transformación digital (prioridad absoluta de la mayoría de empresas, y no faltan razones para ello…) corremos el riesgo de incluso hacer del liderazgo algo más inalcanzable, otorgándole la enésima cualidad que puede y debe atesorar cualquier profesional llamado a ser un líder…

Pero en ocasiones…conviene dejarse sorprender y ser capaz de entender alguno de estos conceptos propios de la literatura del management, y a los que en ocasiones tratamos de poner más ciencia que arte… desde otras perspectivas…

Liderar… es un gran oficio y un gran cargo… hoy más que nunca generador de grandes confusiones por la complejidad y volatilidad de nuestro entorno; un entorno en forma de Dios al que hay que respetar… porque en su respeto está la sabiduría y siendo sabio uno no puede equivocarse…

Liderar… es saber quién es uno mismo… que es sin duda el conocimiento más difícil de llevar a cabo, ya que, de ese conocerse a sí mismo, se es capaz de deducir que necesitamos a nuestro alrededor para acometer empresas tan complicadas como las de hoy en día…

Liderar… es hacer gala de la humildad y de hacer cosas virtuosas a través de ella, porque el rango de líder se puede otorgar por muchas razones, pero la virtud de la que se hace gala a través de la humildad depende de uno mismo…

Liderar… es poseer una mente abierta, libre de prejuicios e ideas preconcebidas; una mente abierta capaz de descubrir la realidad a través de las opiniones de todos los demás… por encima de su condición…

Porque liderar… es sencillamente atreverse a conocerse a uno mismo, sin miedo a descubrir quien se es, escuchar a los demás antes que a sí mismo para comprender mejor la realidad, hacer de la humildad la mayor virtud y mostrarse sereno dejando a un lado la soberbia y ese ego corrosivo que impide ver algo más allá de uno mismo.

Pero es mejor que sea Don Quijote quien os lo narre en este fragmento que un día decidí leer  y escuchar gracias a la brillante narración del texto de José María Pou, una voz capaz de transportarte a otra época.

Un texto centenario que muchos de vosotros probablemente ya habréis leído y,  a través del cual, entendí los secretos que se esconden tras la mayoría de grandes líderes y ejecutivos que he conocido hasta ahora… a propósito de ínsulas, líderes, Quijotes y Sanchos…

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De los consejos que dio don Quijote a Sancho Panza antes que fuese a gobernar la ínsula

Sancho, hijo, atento a este tu Catón, que quiere aconsejarte y ser norte y guía que te encamine y saque a seguro puerto de este mar proceloso donde vas a engolfarte; que los oficios y grandes cargos no son otra cosa sino un golfo profundo de confusiones.

Primeramente,  has de temer a Dios, porque en el temerle está la sabiduría, y siendo sabio no podrás errar en nada.

Lo segundo, has de poner los ojos en quien eres, procurando conocerte a ti mismo, que es el más difícil conocimiento que puede imaginarse.

Del conocerte saldrá el no hincharte como la rana que quiso igualarse con el buey.
Haz gala, Sancho, de la humildad de tu linaje, y no te desprecies de decir que vienes de labradores y préciate más de ser humilde virtuoso que pecador soberbio. Innumerables son aquellos que, de baja estirpe nacidos, han subido a la suma dignidad y desta verdad te pudiera traer tantos ejemplos, que te cansaran.

Mira, Sancho, si tomas por medio a la virtud, y te precias de hacer hechos virtuosos, no hay para qué tener envidia a los que los tienen de príncipes y señores, porque la sangre se hereda pero la virtud vale por sí sola lo que la sangre no vale.

Hallen en ti más compasión las lágrimas del pobre, pero no más justicia, que las informaciones del rico. Procura descubrir la verdad por entre las promesas y dádivas del rico, como por entre los sollozos e importunidades del pobre. Si acaso doblares la vara de la justicia, no sea con el peso de la dádiva, sino con el de la misericordia.

Anda despacio, habla con reposo, pero no de manera que parezca que te escuchas a ti mismo, que toda aceptación es mala. Come poco, y cena más poco, que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago.

Si estos preceptos y estas reglas sigues, Sancho, serán luengos tus días, tu fama será eterna,  vivirás en paz y beneplácito de las gentes, y en los últimos pasos de la vida te alcanzará el de la muerte, en vejez suave y madura.

 

Vivir en Beta… para ser Invencible al cambio.

invencible2Hablamos de transformar nuestras organizaciones y sin embargo no estamos dispuestos a cambiar un ápice de lo que somos y aún menos de lo que hacemos. Una incongruencia demoledora pero en la que se hayan instalados un gran número de profesionales, muchos de ellos curiosamente llamados a liderar los procesos de cambio de las organizaciones en las que trabajan.

Diseñamos estrategias de gestión del cambio desde la misma silla en la que nos sentamos desde hace años, mirando a la realidad desde la misma perspectiva de siempre, en ocasiones, sin ni tan siquiera hacer el intento de girar la cabeza en otra dirección.

Nos vanagloriamos de lo crítico que resulta cambiar para evolucionar, pero lo hacemos tras haber llegado a la oficina de siempre utilizando el mismo camino… también el de siempre.

Somos participes de cualquier discurso que abogue por la transformación porque es tendencia, pero somos incapaces de introducir la más mínima variación en nuestra forma de vida tanto personal como profesionalmente.

Somos los principales aliados del uso y la costumbre, porque ambos nos ofrecen el confort de saber que sucederá mañana con apenas margen de error y nos permiten afianzar nuestro status, sea este el que sea…

Mientras hablamos de cambio nos revelamos contra lo diferente, desechamos todo aquello que vaya contra lo socialmente aceptado, contra los cánones en los que fuimos educados como profesionales y como personas… y, tendemos a estigmatizar a quien se sale del camino y rompe los patrones…

Y, continuamos hablando de transformación y de evolución… seguimos alimentando la incongruencia de pretender que nuestro entorno cambie, sin cambiar nosotros mismos…y sin aceptar las implicaciones que tiene que quienes estén a nuestro alrededor cambien o simplemente traten de hacerlo…

Pero, en este entorno caprichosamente incierto e imprevisible, la única manera de intentar ser invencible es vivir en beta.

– Revisar lo que creemos saber constantemente.

– No dar por sentado ninguna de las certezas que creemos nos rodean.

– Incorporar variaciones en nuestras hojas de ruta, asumiendo que modificarán a forma de llegar al destino.

– Cuestionar los paradigmas en los que crecimos.

– Decidir mirar a la realidad desde nuestros ángulos muertos.

– Poner en marcha algo sabiendo que está inacabado e imperfecto.

– Apreciar el aroma de la equivocación.

– Entender que somos una inacaba versión de nosotros mismos.

– Saltar al vacío aunque sea con miedo y sin red.

– Tomar cada día un nuevo camino dejándonos sorprender por lo que vamos descubriendo.

Vivir en Beta o quedar relegado a merced de lo que un día día fuimos o creímos ser.

Vivir en Beta para ser invencible al cambio.

INVICTUS

En la noche que me envuelve

negra como un pozo insondable

doy gracias al Dios que fuere

por mi alma inconquistable

 

En las garras de las circunstancias

no he gemido, ni llorado

Ante las puñaladas del azar,

si bien he sangrado, jamás me he postrado

 

Más allá de este lugar de ira y llantos

Acecha la oscuridad con su horror

No obstante la amenaza de los años

me halla, y me hallará, sin temor.

 

Ya no importa cuán recto haya sido el camino

ni cuantos castigos lleve a la espalda

Soy el amo de mi destino

Soy el capitan de mi alma

 

Hoy más que nunca debemos mostrarnos invencibles al cambio. Los comportamientos que decidamos llevar a cabo serán los que determinen en qué medida nos convertiremos en esclavos, o por el contrario en amos de nuestro destino, tanto personal como profesionalmente…

INVICTUS tiene la capacidad de evocar la infinita capacidad humana de crecerse ante la adversidad, haciendo frente a los problemas a través de la fe y una profunda convicción en las propias capacidades del ser humano.

El poeta inglés William Ernest Henley escribía INVICTUS en el año 1875. Un poema que Nelson Mandela  quien hoy, 18 de Julio habría cumplido 98 años se recitaba una y otra vez en los peores y más dramáticos momentos durante sus 27 años de encarcelamiento.

Este artículo es un homenaje a un texto y a un hombre que siguen siendo una referencia vital para todos aquellos hombres y mujeres que deciden a diario ser amos de su destino y capitanes de su alma, viviendo en Beta, siendo invencibles al cambio.

 

 

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