Las organizaciones se están poblando de una nueva especie. Ese insaciable gusto por el etiquetaje ha hecho que el término Millennial formé ya parte del vocabulario de una amplia mayoría de profesionales de RR.HH. Las miles de infografias desarrolladas al respecto nos permiten entender de un vistazo – o eso creemos – quienes son y cuáles son sus principales características. De esta manera, basta con mirar la fecha de nacimiento de alguien para atribuirle sus rasgos de comportamiento dentro de la organización. Un mecanismo sencillo para construir todo nuestro mapa de creencias respecto a las personas que forman parte de la organización. Así de sencillo y así de arriesgado al mismo tiempo.
Por si fuera poco, todos los estudios y encuestas más recientes apuntan a que la gestión de la diversidad generacional en las organizaciones es una prioridad en la hoja de ruta de cualquier área de RR.HH que pretenda estar a la última e cuanto a tendencias de gestión se refiere.
De esta manera, apremiados por las tendencias y en muchos casos sin prestar atención al sentido último y al «para qué» del asunto, e hipnotizados por las creencias sobre la nueva generación gracias al etiquetaje practicado, los departamentos de RR.HH corren el riesgo de lanzarse a trabajar los procesos que permitirán que los Millennials alcancen la tierra prometida y decidan quedarse en ella.
Millennial es una actitud
Pero como sucede normalmente, las cosas no son necesariamente lo que parecen. Si somos capaces de desprendernos de ese dañino proceso de etiquetaje y decidimos mirar más allá de la infografía de turno podremos observar nítidamente que Millennial no es una generación, sino una actitud. Una actitud que da lugar a una serie de comportamientos, conductas y hábitos puestas en práctica por determinados profesionales. Comportamientos que no necesariamente correlacionan con un año de nacimiento.
- Personas que conjugan los verbos colaborar y compartir; que desarrollan relaciones afianzadas en el “ganar-ganar”, que viven en primera persona la colaboración, por encima de todos los procesos organizativos que en ocasiones limitan la cultura “Co”.
- Profesionales preocupados por su mejora continua, por vivir en beta. Personas que entienden que sus conocimientos hoy pueden ser insuficientes mañana para generar valor en la compañía en la que trabajan.
- Inconformistas, disruptivos, rebeldes con una causa: cuestionar lo pre-establecido para mejorarlo. Comprometidos con la necesidad de evolucionar el marco organizativo en el que viven, siempre para mejorarlo.
- Personas con una mentalidad abierta, que incorporan nuevas ideas, que saben no estar en posesión de la verdad absoluta y abrazan la divergencia.
- Profesionales que necesitan saber cómo han hecho su trabajo de forma constante e inmediata que se resisten a conformarse con la evaluación del desempeño a mitad de año, porque saben que un feedback inmediato les permitirá mejorar su trabajo a diario.
- Personas en constante búsqueda de nuevos retos, a quienes la monotonía les aliena. Profesionales que encuentran en los desafíos la mayor de las motivaciones.
- Profesionales que emprenden e intra-emprenden; que lanzan ideas, que las mueven, que buscan alianzas para llevarlas a cabo; que asumen el riesgo de ser estigmatizados por ir contra-corriente.
- Versátiles, multitarea, personas que necesitan ocupar sus manos y su mente en actividades diversas porque la monotonía les encorseta su capacidad creativa.
- Personas que integran la tecnología – la que corresponda en cada momento – para saciar su curiosidad, para acceder al conocimiento necesario, para crecer y generar valor en su organización.
- Personas que necesitan libertad y movilidad (tecnológica y mental) para ser productivos y eficientes. Profesionales que buscan el equilibrio entre la generación de valor para su empresa y su auto-realización comprometiéndose con otras causas
La mayoría de empresas se encuentran sumidas en un proceso de cambio constante y transformación. Un proceso que precisa más que nunca de profesionales versátiles, con libertad de acción, con mentalidad emprendedora para hacer que los proyectos sucedan, a quienes motiven los retos constantes, que colaboren y compartan sus descubrimientos de forma abierta, personas inconformistas, creativos y proactivamente disruptivos… comportamientos que trascienden una etiqueta generacional.
En un mundo empresarial literalmente en re-construcción y que en la actualidad vive una profunda metamorfosis, quizás sea conveniente replantear el papel que debe desempeñar el área de RR.HH ante este nuevo reto que nos atañe.
Un reto que va más allá de saber discernir las etiquetas de una u otra generación a golpe de infografía. Un reto que consiste fundamentalmente en entender que Millennial es una actitud, una actitud en la que la edad no importa, una actitud que impulsará de forma genuina la transformación y el cambio en cualquier organización…
Gloria
Me atrae mucho este tema de las diferencias generacionales y las caracteristicas de los Milenials; será por ser profesora se RRHH en la Universidad. Estoy de acuerdo con este plamteamiento de mirar mas alla de la etiqueta, es más, siempre me pregunto de qué estudio o investigación (científica) provienen las caracteristicas asignadas a este grupo generacional. Blogs y publicaciones se llenan de este tema, yo misma escribiré sobre ello.
Andrés Ortega Martínez
Estupendo Gloria,
Practicamos el etiquetaje por esa necesidad de clasificar que tienen todas organizaciones. La gestión de la diversidad generacional es un reto sin duda en cualquier empresa, máxime en nuestro país donde la pirámide poblacional se ha invertido. Un hecho que obliga a replantear muchos procesos y políticas en materia de gestión de RR.HH
Gracias por tu comentario
Saludos
Andrés
David Sánchez
Hola Andrés,
no podría estar más de acuerdo con tu post. Se necesitan actitudes abiertas, flexibles, sin miedo al cambio, retadoras, receptivas al aprendizaje,… Sinceramente, creo que ya hay mucho de esto en las organizaciones, aunque es cierto que puede que esté oculto debajo de muchos años de modelo de trabajo jerárquico.
Las personas jóvenes llegan sin ese «histórico» lastre. La esperanza está en que, una vez en la organización, no se se contaminen de culturas y modelos contrarios a los que has hablado. El cambio generacional hará esto más complicado, por lo que creo que la actitud «millennial» prevalecerá y ayudará a aflorar la existente en las organizaciones… por el bien de todos.
Un abrazo
Emilio Muñoz
Excelente entrada!!! Consigues algo muy peculiar en lo que escribes y en tus ponencias: pasión y frescura.
Toca aprender…!!!
Brenda
Gracias por compartir este artículo viendo nuestras fortalezas. Por momentos es parece demasiado lo que se nos critica y no ven que traemos una nueva conciencia para mejorar las organizaciones y la forma de hacer negocios.
Si se pusiera énfasis en todo lo bueno que podemos generar, los resultados estarían más que a la vista.
Se nos etiqueta demasiado… es tiempo de escuchar para que toda una generación se comporta de este modo en lugar de resistirla.
Gracias por traer luz a este tema
Janire
Los millenials tienen unas características de comportamiento asociado al contexto en el que han vivido, pero al final, no deja de ser una actitud. Las organizaciones deben cambiar la actitud para integrar a esta nueva generación de empleados y aprender de ellos. ¡Enhorabuena por el artículo»
Aquí os dejo un post que amplia información sobre esta nueva generación: https://www.jobfie.es/noticias/millenials-nueva-generacion/