Sobre personas y organizaciones

Categoría: Competencias Pagina 5 de 10

La humana imperfección del liderazgo

labios-supermanHemos forjado líderes imposibles. Líderes de comic, capaces de entrar en una puerta giratoria y salir ataviados con su capa roja y alzar el vuelo. Hemos alimentado la imagen de un líder imposible con capacidad para atesorar un elenco de competencias y habilidades propias de superhéroes de ficción.

Hemos construido modelos de liderazgo irreales en los que hemos atribuido a las personas que ostentan esta condición la posibilidad de convertirse en semi-dioses o dioses completos, algo curiosamente… completamente imposible.

La necesidad de las organizaciones y de sus integrantes de saber hacia dónde dirigirse, qué camino tomar y cuando hacerlo, qué hacer y qué no hacer, han alimentado la necesidad de construir y desarrollar modelos que forjasen un líder perfecto, de nuevo algo… perfectamente imposible.

Y así con el transcurso del tiempo, mientras empresas y profesionales no escatimaban esfuerzos en modelar el líder ideal, nos hemos dado de bruces con una panorama empresarial y social que nos exige mirar a la realidad asumiendo nuestra vulnerabilidad… y, como era de esperar… la de nuestros líderes.

Nuestra realidad nos ha sacudido un buen par de bofetadas para que entendamos por encima de todo que los líderes son personas antes que líderes. Personas perfectamente imperfectas. Personas con anhelos, con deseos, con aciertos, con temores, con inseguridades, con dudas, con errores, con altibajos, con claridad, con miedo, con ilusión, con energía, con fe, con convicción, con creencias, con límites… y en ocasiones sin todo ello; en definitiva, personas con todos los benditos atributos y rasgos con los que todos y cada uno de nosotros, sin excepción alguna, convivimos día a día…

Desde la idealización del liderazgo, una persona puede ser o no un líder… pero desde la realidad que todos vivimos, un líder siempre es y será, ante todo, una persona. Y, cuando somos capaces de asumir esta realidad tal y como es… podemos desmitificar esa concepción sobrehumana del liderazgo… es entonces cuando somos capaces de entender el liderazgo desde otra perspectiva, en la que, todas las personas son líderes y viceversa dependiendo del contexto y las circunstancias…

La incredulidad sobre esta condición humana del rol de líder no es más que la resistencia a creer que cualquier persona puede serlo; no es más que la consecuencia de la poderosa creencia de hacer de un líder una persona tocada por la deidad; no es más que la constante búsqueda de la perfección en la que la mayoría de nosotros hemos sido educados…

He tenido la tentación de llamar a esta entrada los 4 pilares del liderazgo. Sin embargo, mientras desarrollaba y estructuraba mis ideas en torno a esos cuatro pilares: Comunicación, Confianza, Transparencia y Colaboración he recordado un puñado de situaciones vividas en primera persona y otras tantas observadas en las personas con las que he crecido profesionalmente y he comenzado a hacerme preguntas…

¿Siempre has comunicado todo lo que necesitaba tu entorno para alcanzar los objetivos que les marcaste?53b48afe67189

¿Cuántas veces te has arrepentido por no haber comunicado algo a tiempo?

¿Cuántas veces has reconocido públicamente que no comunicaste algo a tiempo?

¿Siempre eres consciente de que comunicar también y quizás por encima de todo es escuchar y estar dispuesto a hacerlo en cualquier circunstancia?

¿En cuántas ocasiones te has quedado con las ganas de preguntar algo sabiendo que esa información sería vital y, por pudor, vergüenza o miedo no lo has hecho?

¿Tus conversaciones siempre generan confianza hacia la otra persona?

¿Siempre confías ciegamente en todas las personas que te rodean?… ¿Siempre?…

¿Nunca has ocultado nada a ninguno de los miembros de tu equipo?

¿Cuántas veces has dicho verdades a medias o mentiras completas a algún colega, jefe o colaborador?

¿Cuántas veces has colaborado por debajo de tus posibilidades reales? ¿De verdad eres el colaborador o trabajador en equipo que crees ser?

Preguntas y más preguntas que sabemos esconden incómodas respuestas… que todos conocemos pero en pocas ocasiones reconocemos…

Empresas y profesionales del área de gestión de personas seguiremos trabajando desarrollando modelos de liderazgo ideales para navegar en este complejo, abrupto e inesperado siglo XXI en el que nos ha tocado vivir profesionalmente… porque, paradójicamente, parte de nuestra imperfección implica la incesante y agotadora búsqueda de la perfección… aunque sepamos que no existe…

Quizás alguna de estas preguntas y sus respuestas sirvan en alguna ocasión para que durante ese viaje hacia la perfección reconozcamos aunque sea tímidamente y, a pesar de todo, la humana imperfección del liderazgo…

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10 rasgos que definen el ADN del agente de cambio

firepoise-fire02Existen dos tipos de profesionales. Los que observan lo que sucede y los que hacen que las cosas sucedan. De nuevo puede parecer una afirmación categórica y tajante… y ciertamente lo es.  Lo es, porque es una verdad incontestable… el famoso y archiconocido cambio del que todos hablamos se produce y tiene lugar porque existen personas que hacen que las cosas pasen.

Las empresas se enfrentan al reto de identificar a sus agentes de cambio, y lo más importante, de apostar por ellos sin paliativos, sin excusas, con la determinación que necesitan sus cuentas de resultados y sus estrategias titubeantes.

La mayoría de organizaciones hablan de cambio, impregnan sus presentaciones corporativas con fuegos fatuos sobre la transformación y la alquimia del cambio, pero son pocas, muy pocas las empresas que dan un paso al frente y asumen la necesidad de identificar a los profesionales cuya secuencia genética esconde el ADN del agente de cambio.

Esta reflexión va para aquellas empresas que se toman en serio la transformación y el cambio, para aquellas empresas que están dispuestas a ponerse en acción porque han tomado consciencia de que su única salida es la innovación y la transformación. Para aquellas organizaciones que han comprendido que la clave de su evolución pasa por  identificar a los profesionales que hacen que las cosas sucedan  y, sobre todo, para aquellas organizaciones que han decidido emponderar a los profesionales que posean el ADN del cambio.

Los modelos competenciales, aun sorprendentemente vigentes en la mayoría de organizaciones no han evolucionado… siguen anclados en los esquemas de hace décadas y no prestan atención a las competencias líquidas necesarias para surfear el cambio y para cuestionar los paradigmas vigentes que limitan profundamente la innovación y la transformación…

Si vivimos tiempos de cambio, debemos prestar atención a los comportamientos de aquellos que harán que las cosas sucedan…

1.- Profesionales que siempre están dispuestos a hacer algo adicional al supuesto y teórico contenido de su “puesto de trabajo”; su esquema mental trasciende la idea asociada a la “descripción del puesto”. Su puesto de trabajo es hacer que las cosas sucedan…

2.- Su atrevimiento se refleja en las preguntas que nadie más se atreve a hacer. Preguntan porque cuestionan, cuestionan porque quieren mejorar los procesos, los servicios y el impacto en el cliente y en la cuenta de resultados.

3.- Asumen el riesgo de equivocarse. No trabajan desde el temor sino desde la acción. Piden perdón antes que permiso, conscientes de que la solicitud de permiso puede conducir a la inacción.

4.- Si se equivocan lo vuelven a intentar, sistemáticamente, desde la más absoluta tenacidad. Su resistencia a la frustración es directamente proporcional a su convicción por hacer que las cosas sucedan. Si se caen, se levantan, sabiendo que estando de pie tienen la oportunidad de caer de nuevo…

5.- Son soñadores e inconformistas por naturaleza. Su capacidad de proyectar y soñar una nueva realidad son sus señas de identidad.  Siempre quieren ir más allá de donde están y canalizan su energía para dirigirse hacia el tipo de realidad que son capaces de proyectar.

JUMP6.- Son inteligentemente desobedientes. Desafían la norma porque saben que es la única forma de cambiarla. Critican la falta de crítica desde la irreverencia y la insubordinación, sabiendo que su desobediencia es la vacuna contra la condescendencia y la falta de acción.

7.- Siempre están en movimiento dentro o fuera de la organización. Si entienden que su marco reglado de actuación y responsabilidad es limitado, buscarán actividades más allá de los confines de su responsabilidad. No conciben otro modus vivendi que no sea HACER de forma permanente.

8.- Su zona de confort se llama diversidad. Huyen de las tareas industrializadas y de la estandarización. La rutina es una cárcel de la que tratarán de huir sistemáticamente. Se trata de profesionales que buscan participar en experiencias y disciplinas diversas, porque la diversidad es el caldo de cultivo del cambio y la transformación.

9.- Comunican sus ideas con convicción y consistencia. Promueven el cambio desde la acción y provocan la movilización. Son profesionales que generan afiliación desde la comunicación a través de su capacidad de influencia, por supuesto desde la acción.

10.- Y, fundamentalmente el auténtico y genuino agente de cambio no se caracteriza por lo que dice, sino por hacer lo que dijo que haría. La coherencia entre el guion y la puesta en escena es siempre su carta de presentación.

Los profesionales que trabajen con, por y para el talento de las personas deben agudizar más que nunca su capacidad de observación. No es necesario someter a toda la organización a exhaustivos procesos de assesment center e identificación de competencias… basta con abrir bien los ojos y observar quien posee estos rasgos en cada rincón de la empresa. Las organizaciones están repletas de profesionales marcados con el ADN del cambio en cualquiera de sus departamentos y niveles organizativos pero es preciso identificarlo.

Se trata de profesionales cuyos comportamientos y conductas les han hecho en más ocasiones de las debidas ser estigmatizados y tachados como inadaptados del sistema, rebeldes… aparentemente sin causa.

No deja de ser paradójico que la supervivencia de muchas organizaciones dependa ahora de la capacidad de dar rienda suelta a los comportamientos de los profesionales que en otro tiempo fueron señalados como anti-sistema.

El tiempo apremia, las empresas deben apresurarse en identificar y emponderar a aquellos profesionales capaces de hacer que las cosas sucedan, a los profesionales que poseen la condición más determinante para hacer que sus organizaciones evolucionen y se transformen… a los profesionales portadores del ADN del cambio.

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Competencias líquidas: nuevas habilidades para surfear un nuevo mercado

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Nos enfrentamos al reto de surfear la ola de un contexto empresarial diferente…

Una secuencia de cambios…

La “r-evolución” tecnológica ha transformado los comportamientos y la forma de hacer y construir el concepto de empresa; a su vez, la hiperconectividad que emerge de esta revolución ha evolucionado a la velocidad de la luz la economía del conocimiento. Este entorno… subido de revoluciones ha acelerado la globalización haciendo que el mundo sea una gran manzana a la que cualquiera desde cualquier rincón del mundo puede hincarle el diente; la supercompetencia ha provocado un reequilibrio de fuerzas a nivel mundial, los territorios antes subdesarrollados ahora son emergentes… los desarrollados  involucionan; el mapamundi del talento se ha descentralizado.

Una secuencia de cambios observables a primera vista en nuestro entorno más cercano y que respiramos en el ambiente más allá de nuestra actividad profesional, sector y geografía. Nuestra empleabilidad tal y como la hemos conocido está en proceso de desintegración… y, sin embargo, muchos profesionales la siguen enfocando haciendo lo mismo de siempre…

Las empresas más avanzadas de sus sectores, las que ya han interiorizado las nuevas reglas del juego han abierto el debate sobre las características que necesitan para no zozobrar en este entorno líquido. Aunque todavía muchas empresas siguen ancladas en un preocupante periodo prehistórico, ya hay organizaciones que están configurando sus estructuras y sus procesos para albergar una nueva especie de profesionales, aquellos que también están sabiendo interpretar la partitura del cambio que vivimos.

La empleabilidad en la empresa del S.XXI requiere una apertura mental solo apta para los valientes que decidan explorar más allá de su zona de confort, para los que han decidido despertar sus inquietudes y pasar a la acción; están naciendo organizaciones aptas para inconformistas que se cuestionan sus skills y que han comprendido que su generación de valor depende única y exclusivamente de su capacidad para adaptarse a ese nuevo hábitat.

Quizás puedan parecer afirmaciones exageradas y desproporcionadas, pero si les otorgamos el beneficio de la duda y observamos los cambios que han sacudido a nuestro círculo de confianza en los últimos años quizás nos cuestionemos nuestras habilidades y competencias a fecha de hoy….

¿Cómo será nuestro entorno profesional?

Empresas-proyecto, freelancers, knowmads o profesionales independientes mezclándose con la estructuras organizativas habituales; organizaciones cuya pirámide se aplana progresivamente y que incorporan procesos cada vez más colaborativos; ciclos vitales de empresas y profesionales más cortos; itinerarios líquidos en forma de aventura; empresas con avidez de incorporar nuevo conocimiento para innovar y mantener su competitividad en el mercado. Son tan solo algunos rasgos de nuestro presente profesional. Por lo tanto, parece lógico pensar que un entorno líquido requiera desarrollar otras competencias, obviamente, líquidas…

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Aprendiendo a aprender en beta permanente. La empleabilidad en un contexto líquido depende de la capacidad para aprender a aprender de forma diferente. Se impone la necesidad de consolidar el hábito de estar en permanente proceso de aprendizaje y reciclaje. La obsolescencia del conocimiento se ha acelerado. Nuestra aportación de valor depende de nuestra capacidad para aprender de forma perenne… y revisar sistemáticamente la validez de lo aprendido…

Resiliencia extrema. La resiliencia es la capacidad del ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas e inclusive, ser transformado por ellas (en positivo). En un contexto que se sabe impredecible, la resiliencia extrema es la mejor forma de prepararse para crecer en un contexto que cambiará con total seguridad. Participar en experiencias que te expulsan de tu zona de confort, decir más veces sí a lo que incomoda y despreciar las situaciones que nos acomodan son actitudes que permiten entrenar la resiliencia extrema, una competencia crítica en un contexto líquido.

Colaboración en red. La capacidad de trabajar en equipo es insuficiente. En el mercado del S.XXI es preciso saber trabajar en red, de forma ubicua y atemporal. La globalidad y la supercompetencia requieren una capacidad colaborativa que supere las dimensiones de espacio y tiempo conocidas hasta ahora. Colaborar en red es mucho más que saber trabajar en equipo, no desarrollar esta habilidad es renunciar a generar valor en un entorno donde las organizaciones son cada vez más globales e hiperconectadas.

Generador de cambios. La competencia adaptación al cambio es una reliquia del pasado, una habilidad que no supone ningún elemento diferencial. Surfear el nuevo mercado implica tener capacidad de impulsar y generar cambios, provocar nuevas circunstancias, nuevas oportunidades y nuevos enfoques. Todos somos generadores de cambio en potencia… incorporar pequeñas variaciones en nuestros procesos cotidianos y valorar su impacto, experimentar con pequeñas iniciativas utilizando nuestras redes de contacto y el conocimiento que albergan son acciones asequibles que transformadas en hábito potenciaran nuestra condición de agentes de cambio.

Curación de contenidos. La tecnología y la conectividad pueden provocar infoxicacion. Estamos expuestos a más inputs de información y conocimiento de los que podemos procesar, sin embargo, necesitamos ese conocimiento para evitar la obsolescencia de nuestra propuesta de valor; el conocimiento que fluye en la red es vital para estar en permanente proceso de aprendizaje. La capacidad de curar contenidos incorporando la secuencia: buscar – leer – guardar – compartir, se convierte en una práctica esencial para rentabilizar el conocimiento al que podemos acceder sin colapsar nuestra productividad.

Surfear o aguardar en la orilla… se trata de una elección personal. No mojarse no es sinónimo de seguridad sino más bien una forma de silencioso suicidio profesional a medio… puede incluso que a corto plazo…

Seamos permeables a los cambios de un mercado cada vez menos sólido y más líquido. Aprendamos a navegar en un contexto impredecible en el que las empresas demandaran profesionales que se mojen, que fluyan y que surfeen este nuevo mercado poniendo en práctica nuevas competencias…

8 claves para transformar la incertidumbre en tu zona de confort

marionetas_del_mundo____by_killerofpupets-d386wgoEstos tiempos de cambio, convulsión y ebullición social, económica y tecnológica han puesto del revés la situación de falsa estabilidad en la que muchos profesionales y organizaciones vivían.  Los cimientos y pilares que sostenían los paradigmas de unos y otros se han tambaleado de forma sobresaliente, y, en muchos casos, se han venido abajo literalmente.

Hemos vivido la tormenta perfecta que ha arrasado el atrezzo que decoraba nuestra comodidad y tranquilidad profesional y personal. Aunque se ha convertido en un tópico, lo cierto es que la debacle económica se ha llevado por delante sin contemplaciones (entre otros…) el paradigma de la seguridad profesional y el del empleo para toda la vida.

Aunque resulte una paradoja, aquellos profesionales que vivieron en primera persona los efectos de la riada cuentan hoy con una ventaja competitiva frente a aquellos que consiguieron sobrevivir agazapados a los efectos devastadores de la “des-coyuntura” económica.

Los primeros, tuvieron que enfrentarse al día después, al encogerse del hombros, al preguntarse ¿y ahora qué?,  a la reconstrucción de su identidad profesionalmente y a la reparación de su auto-estima emocional, a la incómoda pero necesaria conversación(es) con su ego, y finamente a la desconcertante pero apasionante aventura de aprender a caminar de nuevo…

Aunque muchas personas siguen sumidas en ese proceso de rehabilitación y reconstrucción, para muchas otras, la crecida que les llevó por delante les ha permitido resurgir como el ave fénix o, en el mejor de los casos, darse una segunda oportunidad en su vida profesional, y, sobretodo, ser conscientes de que su zona de confort,  la que les protegió durante años, resultó ser un espejismo, un falso llano, una, paradójicamente, incómoda ilusión…

Los segundos, son todos los demás, los que consiguieron agarrarse al proyecto estratégico de turno, los que no tenían su función duplicada, a los que alguien les tendió la mano in extremis, los testigos de la riada que siguieron acudiendo a su trabajo cada mañana, quizás con algo menos de ilusión y más dudas, quizás con menos expectativas y más temor del necesario…

Ahora que el mercado se despereza es tiempo de hacer balance, pero sobretodo es tiempo de aprendizaje. Da igual que sea un tópico, también es una incómoda verdad: La incertidumbre es la nueva zona de confort. Una verdad que descubrieron en primera persona aquellos a los que se llevó la corriente y que deberían haber aprendido aquellos que la resistieron a duras penas…

Si sabemos que los ciclos económicos cada vez serán más frecuentes y probablemente más agudos e intensos; si sabemos que los cambios son cada vez más rápidos y menos previsibles, entonces también sabemos que la supervivencia profesional en el S.XXI pasa obligatoriamente por hacer de la incertidumbre la nueva zona de confort.

No te preguntes ¿por qué?, sencillamente pregúntate ¿cómo? Cualquier profesional tiene capacidad para hacer de la incertidumbre su particular zona de confort. Pero para ello es preciso huir de la comodidad y estar dispuesto a vivir situaciones no confortables.  No existen fórmulas mágicas… estas son tan solo algunas incomodas sugerencias…

  • Dibuja tu perímetro de comodidad; ¿qué te resulta sencillo?, ¿qué disciplinas, materias y conocimientos dominas?; para romper la comodidad es primordial delimitarla adecuadamente.
  • Muestra tu vulnerabilidad; si te acostumbras a vivir protegido en un búnker no sabrás como buscar apoyos pero en la era de la incertidumbre no podrás vivir sin ellos.
  • Trata de alcanzar tus objetivos con menos recursos aunque a priori cuentes con ellos; entrena tu habilidad para hacer más con menos aunque te resulte más complicado; precisamente, se trata de eso…
  • Relaciónate con personas y comunidades donde no seas la fuente de conocimiento. Te servirá para desarrollar tu capacidad de aprendizaje, una característica esencial para sobrevivir en la era de la incertidumbre.just do it
  • Dí más veces SÍ a lo que te incomoda y renuncia con más frecuencia a lo que no te genere cierta tensión… puede que no sea agradable, precisamente por eso será más efectivo.
  • Di más veces NO a lo que te resulta conocido y confortable, cada oportunidad para estar cómodo es un coste de oportunidad para desarrollar la resiliencia que necesitarás para sobrevivir en un contexto donde la certeza es una quimera.
  • Mira la incertidumbre desde otras perspectivas. Cuestiona más la realidad actual y no des las cosas por sentadas. Cuanto más desarrollada esté nuestra capacidad para entender la ausencia de certezas mayor será la probabilidad de que sobrevivamos sin ellas.
  • Chequea tu nivel de resistencia a la frustración a través de la opinión de personas que te ofrezcan una crítica constructiva. Permite que otros te indiquen cómo evoluciona tu habilidad para sobreponerte a situaciones complicadas e inesperadas.

De ahora en adelante nuestro entorno profesional siempre estará repleto de interrogantes y vacío de certezas. En los próximos años viviremos una realidad económica más favorable tras la que sin duda habrá nuevas tormentas perfectas. Sería un error reconstruir el espejismo del paradigma de la seguridad,  olvidarnos de la necesidad de aprender a aprender y dejarnos atrapar en la jaula de oro que representa nuestra zona de confort.

La incertidumbre y el cambio serán nuestro hábitat natural, esa es la única certeza, cualquier profesional tiene en su mano la capacidad de cortar los hilos que nos convierten en marionetas de la incertidumbre, y, en su lugar, desarrollar la habilidad para habitar en ella con absoluta incomodidad…

8 hábitos esenciales del profesional del S.XXI

2298278791_b47b053b62De acuerdo a la cronología y al calendario,  todos somos profesionales del S.XXI… sin embargo, en realidad, no es ningún calendario el que define en qué medida somos profesionales contemporáneos del siglo en curso, sino nuestros hábitos, nuestras prácticas y nuestra forma de entender la realidad empresarial, económica, social y por supuesto tecnológica que nos rodea…

La forma de comportamiento del mercado, la manera en como las empresas nacen, se desarrollan…y se transforman resulta hoy radicalmente diferente a la de hace tan solo unos años.  En términos de empresa, de desarrollo y de evolución profesional, nunca antes fue tan necesario aplicar la archiconocida tesis de Charles Darwin: «No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que mejor se adapta a los cambios» perteneciente a su obra fundamental “El origen de las especies”.

En consecuencia, todos los cambios experimentados por nuestro entorno empresarial y social en los últimos años deben invitarnos a cuestionarnos en qué medida nuestros comportamientos, nuestros hábitos, nuestra praxis profesional nos hacen contemporáneos del cambio de época que estamos viviendo… o por el contrario… nos condenan a una lenta, progresiva, pero segura extinción…

Nuestra supervivencia como profesionales en el S.XXI pasa por la puesta en práctica de nuevos hábitos y comportamientos y, por desarrollar una nueva forma de entender la realidad que nos rodea… estos son solo algunos de los rasgos que caracterizan a los auténticos y genuinos profesionales del S.XXI…

1.- Convierten la incertidumbre en su zona de confort.

Son conscientes de que la estabilidad es una utopía inalcanzable en el contexto empresarial del S.XXI (VUCA); una quimera, una fantasía, un espejismo, en definitiva, un concepto arcaico y obsoleto. Entienden e interiorizan sin tensión que por encima de todo, la incertidumbre es y será su zona habitual de trabajo, y hacen de ella su zona de confort.

2.- Promueven la Co-Cultura

Son auténticos promotores de la cultura empresarial basada en  la Conversación, el Conocimiento, la Conectividad y la Colaboración ya desarrollen su actividad como profesionales por cuenta ajena o bien lo hagan como profesionales independientes (en cualquiera de sus tipologías y variedades). Comprenden la necesidad de compartir y conectar conocimiento a través del arte de la conversación como mecanismo que asegure su empleabilidad y, por lo tanto, su supervivencia.

3.- Practican el intra-emprendimiento.

Sean profesionales por cuenta ajena o profesionales independientes, su actitud es eminentemente emprendedora. Son promotores de dinámicas, proyectos e ideas desde una perspectiva constructiva y generadora de valor. Su intra-emprendimiento se dirige hacia sus empleadores, hacia sus clientes y hacia las redes y entornos de las que forman parte. Entienden que en el actual contexto empresarial su supervivencia es directamente proporcional a su capacidad de generar y poner proyectos y experiencias en práctica.

4.- Construyen sus relaciones de manera polivalente.2329311914_740881fb33

Conscientes de los procesos de cambio que afectan a su entorno comprenden que quienes hoy son sus colaboradores y/o colegas, mañana pueden ser sus clientes y empleadores… y quienes hoy son sus empleadores mañana pueden ser sus colaboradores o proveedores. Un profesional del S.XXI desarrolla interacciones identificando el rol actual de su interlocutor, pero comprendiendo que esa persona puede adoptar otro rol en el futuro, por lo que su interacción hoy puede condicionar su supervivencia en el futuro.

5.- Se orientan hacia la ultra especialización profesional.

En un mundo hiper conectado, en el que las fronteras físicas para el ejercicio profesional han sido literalmente derruidas por la tecnología y en el que la competencia es glocal. Un profesional del S.XXI sabe que su empleabilidad pasa necesariamente por su capacidad de ofrecer un servicio de alto valor añadido y ultra exclusivo. El mercado no tiene fronteras, ni para los clientes ni para los competidores. Un profesional del S.XXI se preocupa por alcanzar el mayor grado de especialización posible en su área de conocimiento. En el entorno empresarial del S.XXI las opciones de sobrevivir son directamente proporcionales al nivel de especialización.

6.- Dominan el arte de la construcción de red. Son Socialnetworkers.

Como puede desprenderse de los hábitos anteriores un profesional del S.XXI entiende, práctica y domina la construcción de redes. Son expertos en el arte del socialnetworking. Conscientes de que el dimensionamiento de la red es un proceso a largo plazo, la práctica del socialnetworking trasciende su actividad profesional bien sea esta por cuenta ajena o por cuenta propia. El desarrollo de su red forma parte de su esencia profesional. En un entorno ultraconectado, la práctica del socialnetworking es una de las claves para su supervivencia y  evolución como profesionales

7.-  Beta permanente & aprendizaje en red

Una de los objetivos principales de la actividad en red de un profesional del S.XXI es el aprendizaje y el reciclaje constante. Se trata de profesionales auto-responsables en su proceso de crecimiento y desarrollo. Su mentalidad es abierta y flexible. No necesitan una organización-sherpa que cargue con la responsabilidad de su desarrollo. Han asumido que su supervivencia en un mundo en cambio pasa por adoptar un estado de beta permanente de sus conocimientos (y comportamientos). Utilizan la red para aprender y para que su entorno aprenda a través de ellos.

4204026760_fe746da60c8.- Son Superusers de la tecnología social (y general)

Es irrelevante si generacionalmente están etiquetados como “Baby-boomers”, “Xers” o “Millenials”; sea de forma innata (nativos digitales) o no (early adopters) son profesionales que se han preocupado y se preocupan por adquirir destrezas y competencias digitales. Han tomado consciencia de que en un mundo tecnológicamente en constante evolución, su supervivencia como profesionales implica estar familiarizado con las herramientas, gadgets y aplicaciones de última generación. Su competencia digital es determinante para su supervivencia profesional en el S.XXI

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Con total seguridad existen más hábitos y prácticas que identifican a un profesional contemporáneo a la realidad y el contexto empresarial del S.XXI, no dudéis en enriquecer la entrada con vuestras aportaciones,  pero en mi opinión, este listado recoge los “basics”… una serie de comportamientos mínimos para poder sobrevivir en un ecosistema ostensiblemente diferente al de hace tan solo unos años.

Entiendo y comprendo a muchos profesionales que con nostalgia añoran tiempos pasados y que siguen confiando en que amaine la tempestad y todo vuelva a colocarse donde estaba… Sin embargo… ya existen demasiados indicios, estudios, evidencias en última instancia de que quizás no será así…

Por ello, conviene mirar a nuestro alrededor y realizar un sano y saludable ejercicio de autocrítica; colocarse frente al espejo y analizar en qué medida nuestros comportamientos nos acercan o alejan de esa nueva especie llamada “Profesional del S.XXI”… o, si por el contrario… nos hemos convertido en profesionales en peligro de extinción…

 

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