Sobre personas y organizaciones

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La humana imperfección del liderazgo

labios-supermanHemos forjado líderes imposibles. Líderes de comic, capaces de entrar en una puerta giratoria y salir ataviados con su capa roja y alzar el vuelo. Hemos alimentado la imagen de un líder imposible con capacidad para atesorar un elenco de competencias y habilidades propias de superhéroes de ficción.

Hemos construido modelos de liderazgo irreales en los que hemos atribuido a las personas que ostentan esta condición la posibilidad de convertirse en semi-dioses o dioses completos, algo curiosamente… completamente imposible.

La necesidad de las organizaciones y de sus integrantes de saber hacia dónde dirigirse, qué camino tomar y cuando hacerlo, qué hacer y qué no hacer, han alimentado la necesidad de construir y desarrollar modelos que forjasen un líder perfecto, de nuevo algo… perfectamente imposible.

Y así con el transcurso del tiempo, mientras empresas y profesionales no escatimaban esfuerzos en modelar el líder ideal, nos hemos dado de bruces con una panorama empresarial y social que nos exige mirar a la realidad asumiendo nuestra vulnerabilidad… y, como era de esperar… la de nuestros líderes.

Nuestra realidad nos ha sacudido un buen par de bofetadas para que entendamos por encima de todo que los líderes son personas antes que líderes. Personas perfectamente imperfectas. Personas con anhelos, con deseos, con aciertos, con temores, con inseguridades, con dudas, con errores, con altibajos, con claridad, con miedo, con ilusión, con energía, con fe, con convicción, con creencias, con límites… y en ocasiones sin todo ello; en definitiva, personas con todos los benditos atributos y rasgos con los que todos y cada uno de nosotros, sin excepción alguna, convivimos día a día…

Desde la idealización del liderazgo, una persona puede ser o no un líder… pero desde la realidad que todos vivimos, un líder siempre es y será, ante todo, una persona. Y, cuando somos capaces de asumir esta realidad tal y como es… podemos desmitificar esa concepción sobrehumana del liderazgo… es entonces cuando somos capaces de entender el liderazgo desde otra perspectiva, en la que, todas las personas son líderes y viceversa dependiendo del contexto y las circunstancias…

La incredulidad sobre esta condición humana del rol de líder no es más que la resistencia a creer que cualquier persona puede serlo; no es más que la consecuencia de la poderosa creencia de hacer de un líder una persona tocada por la deidad; no es más que la constante búsqueda de la perfección en la que la mayoría de nosotros hemos sido educados…

He tenido la tentación de llamar a esta entrada los 4 pilares del liderazgo. Sin embargo, mientras desarrollaba y estructuraba mis ideas en torno a esos cuatro pilares: Comunicación, Confianza, Transparencia y Colaboración he recordado un puñado de situaciones vividas en primera persona y otras tantas observadas en las personas con las que he crecido profesionalmente y he comenzado a hacerme preguntas…

¿Siempre has comunicado todo lo que necesitaba tu entorno para alcanzar los objetivos que les marcaste?53b48afe67189

¿Cuántas veces te has arrepentido por no haber comunicado algo a tiempo?

¿Cuántas veces has reconocido públicamente que no comunicaste algo a tiempo?

¿Siempre eres consciente de que comunicar también y quizás por encima de todo es escuchar y estar dispuesto a hacerlo en cualquier circunstancia?

¿En cuántas ocasiones te has quedado con las ganas de preguntar algo sabiendo que esa información sería vital y, por pudor, vergüenza o miedo no lo has hecho?

¿Tus conversaciones siempre generan confianza hacia la otra persona?

¿Siempre confías ciegamente en todas las personas que te rodean?… ¿Siempre?…

¿Nunca has ocultado nada a ninguno de los miembros de tu equipo?

¿Cuántas veces has dicho verdades a medias o mentiras completas a algún colega, jefe o colaborador?

¿Cuántas veces has colaborado por debajo de tus posibilidades reales? ¿De verdad eres el colaborador o trabajador en equipo que crees ser?

Preguntas y más preguntas que sabemos esconden incómodas respuestas… que todos conocemos pero en pocas ocasiones reconocemos…

Empresas y profesionales del área de gestión de personas seguiremos trabajando desarrollando modelos de liderazgo ideales para navegar en este complejo, abrupto e inesperado siglo XXI en el que nos ha tocado vivir profesionalmente… porque, paradójicamente, parte de nuestra imperfección implica la incesante y agotadora búsqueda de la perfección… aunque sepamos que no existe…

Quizás alguna de estas preguntas y sus respuestas sirvan en alguna ocasión para que durante ese viaje hacia la perfección reconozcamos aunque sea tímidamente y, a pesar de todo, la humana imperfección del liderazgo…

#4thinnking

Picture source: Google

10 Preguntas poderosas para liderar personas

7435-peliculas-para-ninos-de-superheroesDe manera progresiva cada vez son más las empresas que van afianzando la idea de que las personas son la auténtica clave para la consecución de resultados. Un planteamiento que vuelve a poner de manifiesto el papel determinante que juega el liderazgo para la consecución o no de los resultados de negocio.

En el fondo… las personas siempre han sido el foco del liderazgo… solo que bajo un estilo de liderazgo autocrático, poco permeable a nuevos enfoques y planteamientos, orientado a proteger el modus operandi y el status quo establecido y donde imperaba un modelo de centralización de información con procedimientos muy bien delimitados para la toma de decisiones… los resultados se conseguían “de las personas”

Pero ahora, conseguir los resultados “de las personas” no es suficiente. Los cambios acaecidos en los últimos años dibujan un contexto profesional caracterizado por una complejidad “in crescendo”, con elevadas dosis de incertidumbre y con una gestión que contiene cada vez más variables que despejar. En definitiva, es el momento de plantear un modelo de liderazgo en el que los resultados no se consigan “de” sino… “a través” de las personas.  Una preposición que condiciona la proposición de valor.

Por lo tanto, ante unas circunstancias de mercado que exigen más y mejor involucración, colaboración,  agilidad, creatividad, autoliderazgo, flexibilidad y adaptabilidad, casi resulta imperativo reflexionar qué puede hacer una persona desde su condición de líder para mejorar los resultados de la organización no “de”,  sino “a través” de las personas…

Para ello, quizás sea la hora de abandonar nuestra adicción a ofrecer las respuestas correctas para, en su lugar, potenciar nuestra capacidad para plantear las preguntas adecuadas en el marco de una conversación de valor…

Preguntar Vs Responder… Escuchar Vs Monopolizar el discurso. Un reto mayúsculo para una amplia mayoría de directivos, managers y profesionales en general… que tienen en su mano la capacidad de modificar su estilo de liderazgo desarrollando el arte de conversar y, claro está, de preguntar…

1.- ¿Qué puedo hacer por ti?

Liderar es el ejercicio de ponerse al servicio del otro. Salvo excepciones, nunca fue una práctica habitual, pero en la actualidad, una de las principales claves para liderar, frente a la extendida práctica de inferir lo que los demás necesitan de nosotros, es preguntar en que se puede ayudar…

2.- ¿Qué retos/objetivos quieres conseguir?

Frente al modelo tradicional en el que el líder indica lo que hay que lograr… preguntar qué objetivos y retos se quieren alcanzar, es un mecanismo esencial a la hora de involucrar. El auténtico compromiso se adquiere con lo que cada uno quiere lograr… no con lo que te obligan a alcanzar…

3.- ¿Para qué lo haces?

En otras palabras, invitar a reflexionar por la razón de ser del trabajo que se va a realizar…; Conseguir resultados a través de las personas implica que estas identifiquen el propósito por el que se ponen en acción, buscando el sentido y la lógica de sus acciones, tareas y responsabilidades…

4.- ¿Qué tienes y qué te falta para conseguirlo?

Preguntar con que se cuenta y de que se carece permite identificar los recursos que se tienen a disposición y que apoyos se precisan para alcanzar los resultados que se desean alcanzar. ¿Cuántas veces no hemos alcanzado algo por no saber que nos faltaba para lograrlo?question mark 2

5.- ¿Cómo lo harías de forma diferente?

En definitiva, permitir que los colaboradores  dibujen y reflexionen acerca de las alternativas existentes para abordar un reto, parece ser una actitud más inteligente que indicarles como tienen que conseguirlo para satisfacer nuestro ego…

6.- ¿Qué puedes ganar y que puedes perder?

Preguntar por los beneficios y costes asociados a cualquier decisión y acción permite ver los riesgos asociados por hacer o dejar de hacer algo…; Identificar pros y contras es un ejercicio esencial para potenciar los músculos de la autonomía y la capacidad para tomar decisiones. El autoliderazgo se desarrolla cuando nos acostumbramos a pensar en términos de costes y beneficios.

7.- ¿Quién y qué conoces en tu red que puede ayudarnos?

Como profesionales conectados, somos el valor de nuestra red y del conocimiento al que accedemos dentro de ella. Liderar no es invitar a conseguir misiones imposibles… sino invitar a explorar nuestra red y sus posibilidades para la consecución de resultados…

8.- ¿En qué complementas a los demás y como te complementan ellos a ti?

Preguntar por el impacto que una persona genera en su entorno ayuda a fomentar su autoconocimiento… preguntar por como los demás complementan al otro  sienta las bases de un modelo basado en la colaboración… un elemento crucial para conseguir resultados a través de las personas en entornos complejos, inciertos y volátiles…

9.- ¿Qué tienes que hacer para llegar hasta allí?

Conocer qué se quiere lograr, para qué, los recursos con los que se cuenta y los apoyos que se necesitan, permite obtener la información necesaria para trazar un plan de acción… No lo olvidemos, liderar es, ante todo, conversar para desarrollar la capacidad de ponerse en acción…

10.- ¿Cómo te sientes?

Las personas son emociones y las emociones son el combustible que nos permite ponernos en movimiento; Liderar, por lo tanto, es gestionar emociones y permitir que estas se transformen en acción, ya que la acción es la única llave posible para la consecución de resultados a través de las personas… y lógicamente de sus emociones…

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Propósito, beneficio, apoyos, costes, emociones, soporte, autoliderazgo, alternativas, innovación,  recursos… y, por supuesto, acción, son tan solo algunos de los ingredientes que permiten alcanzar y mejorar los resultados a través de las personas (y no de ellas) en un contexto que, cada vez con más urgencia, requiere que todos y cada uno de los miembros de una organización descubran y desplieguen al máximo sus capacidades y su potencial de actuación.

Pero tampoco podemos obviar el hecho de que liderar en muchas ocasiones implica dar respuestas y ofrecer asesoramiento, porque las personas también necesitan pautas y orientación para mejorar su rendimiento.

Nuestro entorno actual nos demanda reequilibrar el modelo imperante en términos de liderazgo; un entorno que requiere desarrollar profesionales con capacidad de crítica y de decisión, con mayor autonomía y flexibilidad, orientados a la colaboración y que auto-gestionen su compromiso… unos rasgos de comportamiento que aparecen, obviamente, cuando se lidera construyendo conversaciones de valor y naturalmente, cuando se entrena y practica el arte de hacer las preguntas adecuadas…


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Las EMPRESAS son las PERSONAS

People running on cogsEn repetidas ocasiones y en diferentes artículos de este blog me he centrado en resaltar y destacar la medida en como nuestras organizaciones se encuentran en un profundo proceso de transformación y cambio, un proceso que no tiene marcha atrás.

La tecnología sin duda está jugando un papel crucial como acelerador de este proceso de transformación y actuará como palanca del cambio. Sin embargo, sigo pensando que el elemento esencial dentro de este proceso de metamorfosis son las personas.

Por este motivo estoy absolutamente convencido del papel crucial y determinante que la función todavía hoy llamada, de Recursos Humanos, jugará en la construcción de los nuevos modelos de empresas y organizaciones. Y lo hará, desde su propia transformación. La lógica es aplastante. Si las personas son los actores principales, por encima de los avances tecnológicos, de llevar a cabo este proceso de transformación, no es descabellado pensar que  la función organizativa que se encarga de trabajar con las Personas (permitidme evitar el término “Gestión” en este punto) adquiera un papel igualmente principal, cuando no de Director o Productor de la transformación.

Muchas de mis conversaciones con colegas de profesión giran en torno a la necesidad imperiosa de que todos aquellos que trabajamos con, por y para las personas en las Organizaciones entendamos que nuestro rol será crucial y determinante como co-productores de esa transformación que tendrá en los profesionales a sus actores principales. Sin embargo, adoptar ese rol por parte de los profesionales que trabajamos con, por y para personas, requiere inevitablemente que nosotros mismos vivamos ya no en paralelo, sino con antelación nuestra propia transformación y redefinición.

Las organizaciones necesitarán que aquellos que trabajen, por y para personas se conviertan en algo más que meros gestores de todos los procesos convencionales que han caído bajo el paraguas de la conocida función de RR.HH. La gestión de procesos de identificación del talento, valoración de puestos, compensación y beneficios, reclutamiento, formación, y así un largo etcétera, no será suficiente. El profesional que trabaje por y para personas en la organización hacia la que nos dirigimos, deberá concebirse como un facilitador, como un socialnetworker, como un agente facilitador del cambio, como un impulsor del conocimiento… ojo, todo ello, con el claro y nítido objetivo de la generación de valor en la cuenta de resultados, que no olvidemos, seguirá siendo el objetivo primordial también de las nuevas formas y estructuras organizativas.

No es un tema menor el de la transformación de las habilidades del profesional de RR.HH. de hoy. Esta transformación implica la adopción de un nuevo leit motiv que busque la generación de valor poniendo el foco en algo que trasciende la gestión de procesos convencionales de RR.HH.

Muchos profesionales del área, conscientes de lo relevante que será su papel en las nuevas formas de hacer empresa ya han iniciado su propio proceso de transformación. Sin embargo, conviene reflexionar sobre los profesionales que a fecha de hoy se están preparando y cualificando para llevar a cabo el ejercicio de su actividad trabajando por y para las Personas en la Organización del S.XXI.

Estoy acostumbrado a ver programas curriculares de todo tipo de instituciones, entidades y escuelas de negocio dirigidos a jóvenes profesionales que quieren profundizar y desarrollarse en el área de RR.HH., pero recientemente me ha llamado positivamente la atención el enfoque que La Universidad de Navarra ha desarrollado para el Master en Dirección de Personas en las Organizaciones.MASTER UNAV

En la línea de la necesaria transformación o redefinición del rol de los profesionales que trabajaran por y para las personas en las organizaciones, me ha llamado la atención positivamente por los siguientes aspectos…

1.- Incorpora y ensalza el concepto Persona versus Recursos Humanos. Sin duda un indicador de que la Persona es mucho más que un recurso en las Organizaciones, más bien, el elemento que hace que las empresas tengan sentido.

2.- Además de desarrollar los procesos y conceptos “tradicionales”,  que no olvidemos, no desaparecerán de la noche a la mañana y deberán seguir siendo gestionados desde las, denominémoslas…”Áreas de Personas”, se  profundizará en las áreas de dirección de negocios y de gestión de la innovación.

Un enfoque interesante, ya que, uno de los aspectos habitualmente criticado de la llamada función de RR.HH. y que la ha ido estigmatizando con el paso del tiempo es su dificultad para estar cerca del negocio. Y es que, el área de trabajo con Personas, no debería ser nunca más considerada un área de “soporte” al negocio, tanto como una parte más del mismo.

No menos acertado resulta incorporar la gestión de la innovación. Y es que, más allá de lo “cool” que resulte hablar de innovación hoy en día, lo cierto es que, en el marco del proceso de transformación y cambio, la innovación jugará un papel crucial. No se tratará de si innovar o no, sino de hacerlo más rápido que la competencia. Por lo tanto, las empresas deberán poner su foco en la comprensión de los procesos de innovación  a través de las personas como catalizadores de la misma, y, para ello, aquellos que trabajen por y para las personas deberán ser impulsores de la innovación a través de ellas.

3.- Y, finalmente, otro aspecto a destacar: sus participantes contarán con el apoyo de un coach personal, que les acompañará durante su proceso de aprendizaje permitiéndoles desarrollar y trabajar sobre las competencias necesarias para el ejercicio de su actividad como profesionales que trabajarán con, por y para personas… Más allá de la conveniencia de que cualquier profesional que trabaje con personas adquiera  y aplique la metodología del Coaching para el desarrollo de sus colaboradores, pares o superiores, desde luego es acertado que aquellos que trabajarán para las personas experimenten los beneficios de un programa de Coaching en el marco de su preparación; esto les permitirá no solo trabajar y mejorar sus competencias, sino interiorizar y vivir en primera persona la potencia en el desarrollo de Personas de una metodología como el Coaching.

Creo que la Universidad de Navarra a través de su Programa de Dirección de Personas ha sabido interpretar la partitura del cambio, en primer lugar ensalzando el concepto Persona, en segundo lugar incorporando la dirección de negocio y la gestión de la innovación como partes fundamentales, y en tercer lugar, introduciendo el Coaching como metodología para el desarrollo de sus participantes.

La evolución y rediseño de la forma de aportar valor de los profesionales del Área de Personas está en manos de los propios profesionales que ya “ejercen” ese rol, pero también lo está en manos de todas aquellas entidades, escuelas de negocio, universidades, etc que se están encargando de preparar a la cantera que trabajará en la Gestión de Personas en el medio y largo plazo. En definitiva, se trata de sentar las bases de los aspectos que marcarán la aportación de valor de los futuros profesionales del área de Personas que son, en última instancia quienes forman las Empresas.

Photo: ©iStockphoto.com/Dan Tero

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