Sobre personas y organizaciones

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2.0: Redarquía a través de la «RH-evolución»

juan-carlos-chourio-moreno-mesa-de-billarCuando Tim Berners-LeeRobert Cailliau crearon la Web en los años 90, no podían imaginar en qué medida esta, y su evolución, impactarían en los paradigmas de gestión unas décadas más tarde. La evolución de la tecnología World Wide Web derivó en el año 2004 en el concepto Web 2.0, concepto que hoy ya forma parte de nuestra vida cotidiana.

Para poder contextualizar de forma adecuada en qué medida repercute la idea de la Web 2.0 en los modelos de management conviene recordar los principios que Tim O’Reilly, John Battelle y Dale Dougherty atribuyeron a las aplicaciones Web 2.0: La comunidad como plataforma, “arquitectura de participación”, desarrolladores independientes, modelos de negocio con capacidad para redifundir contenidos y beta permanente.

Obviamente, esta contextualización histórica nos permite entender que hablar de Management, Organizaciones y RR.HH 2.0 es algo de mayor calado que unos conceptos de moda.

En otras palabras, hablar de management 2.0 y, por lo tanto de Gestión de RR.HH. 2.0 implica trasladar los atributos que definen la Web 2.0 al mundo del management, lo que significa en otras palabras la incorporación de nuevos comportamientos por parte de los profesionales que forman las organizaciones.

Atributos del Management 2.0 & Redarquía

Colaboración, Transparencia, Participación, Apertura, Flexibilidad, Adaptabilidad, Aprendizaje, Conversación, Interacción (entre otros) son por lo tanto los atributos, rasgos y señas de identidad de una filosofía de gestión de personas a la que más comúnmente llamamos RR.HH 2.0.

Solo existe un tipo de estructura organizativa capaz de albergar los comportamientos asociados a la filosofía de la web 2.0: La Redarquía. Y, sucede que, cuando hablamos de redarquía, como modelo organizativo que pivota alrededor de las interacciones entre múltiples actores que comparten su conocimiento a través de conversaciones de forma abierta y transparente sin que prevalezca el poder de unos sobre otros… la distancia a la que se encuentran la mayoría de organizaciones y empresas de este modelo, se mide en años luz…

Sin embargo, el mercado caracterizado por la volatilidad, la incertidumbre y el cambio obliga a que las organizaciones, y por lo tanto, sus profesionales, respondan ante él de forma más ágil, dinámica y flexible para seguir siendo competitivos o incluso para sobrevivir.

Esta es la razón por la que cualquier empresa que quiera adaptarse a las nuevas reglas del mercado debe plantearse con urgencia la forma de transitar su modelo de management todavía anclado en la Jerarquía: un modelo en el que las transacciones son unidireccionales y se sustentan en el ejercicio de la autoridad, la relación de ordeno y mando, la supremacía del monólogo y la falta de participación abierta… hacía un modelo de gestión en redarquía.

La transición hacía la Redarquía: Evolucionando 4 Procesos en RR.HH

La pregunta es, ¿Cómo es posible transitar de la jerarquía a la redarquía? Estas son algunas acciones, prácticas o revisión de procesos en gestión de RR.HH que pueden ser relevantes para llevar a cabo la transición hacia este modelo.

1.-Implantación de Redes Sociales Corporativas:

No se trata ni mucho menos de la panacea ni del bálsamo de fierabrás que por arte de magia sanará a la organización o transformará la gestión jerárquica en redárquica, pero sin duda alguna, cualquier intento de aproximación a los comportamientos que conllevan los atributos que caracterizan el management 2.0 pasa por la implantación exitosa de la tecnología social en la empresa, ya que, sencillamente, la tecnología social representa el vehículo natural por el que transitan comportamientos cómo la colaboración, la participación y la transparencia.3891830619_af37ac736e

La probabilidad de que estos atributos permeabilicen en un entorno organizativo caracterizado por la jerarquía sin la implantación de redes sociales corporativas (Tecnología social) es muy limitada. Una red social corporativa representa la principal palanca de cambio y transformación cultural hacia modelos colaborativos en Red. Son vehículos que no solamente permiten el flujo de información sino la transformación de comportamientos.

La implantación de una red social corporativa de forma coherente y la arquitectura de procesos asociada permiten incrementar las probabilidades de transitar de un modelo basado en la jerarquía hacia un modelo basado en la redarquía.

2.-Flexibilización del proceso de Descripción de Puestos:

El modelo tradicional de definición de puestos de trabajo responde a una necesidad de acotar las tareas y responsabilidades asociadas a los profesionales de la empresa para su mejor control y supervisión.

Parece lógico pensar que una organización que tiene que reaccionar más rápida y ágilmente a los cambios del entorno, debería contar con procesos más laxos y menos rígidos en la descripción de las tareas y responsabilidades de sus colaboradores.

En la revisión de este proceso caben varias alternativas… desde la revisión constante y abierta por parte del área de RRHH (tal y como la conocemos hoy) de las descripciones de puestos, hasta la liberalización extrema del proceso, siendo cada profesional el responsable de revisar y describir sus propias tareas y responsabilidades.

Dicho de otro modo, el contenido de los puestos en forma de tareas y responsabilidades debe adaptarse a las necesidades del mercado casi a diario, razón por la que una descripción de puestos rígida y anualizada (no nos engañemos, raramente revisada…) es el mecanismo más adecuado para la obsolescencia y la reactividad a los cambios.

Imagen1La necesidad de definir y describir estáticamente (para supervisar y controlar) qué debe hacer cada puesto no solamente no contribuye al propósito de la supervivencia, sino que lo obstaculiza. La rigidez en la descripción de puestos, debe dar paso a una relajación de ese proceso, fomentando la adaptabilidad y el concepto de beta permanente… convirtiéndolo en un proceso no solo dinámico, sino en constante revisión.

3.- Integración de Formación y Aprendizaje:

En el marco del management 2.0, el concepto de formación da paso cada vez más al concepto de aprendizaje, mejor dicho… de auto-aprendizaje. El tradicional proceso mediante el que RR.HH.  pregunta a la Organización qué formación necesita, traduciendo este input en un Plan de Formación seguirá vigente…pero la necesidad de reciclaje constante exigirá soluciones más proactivas por parte de los profesionales.

La transición de la formación al aprendizaje invita a que se establezcan pilotos en colectivos clave: la aplicación de estos pilotos tendrá sentido en colectivos del tipo High potentials, High performers o integrantes de planes de sucesión; RR.HH deberá actuar como guía en el proceso de construcción de los itinerarios de aprendizaje de estos profesionales, dándoles soporte en la definición y construcción de sus PLE`s (Personal Learning Environments) utilizando como no, la web social como principal herramienta para ello (pero no la única…).

De esta forma, en la empresa habrá profesionales que asumirán las riendas de su aprendizaje, incorporando varios de los atributos clave en el modelo organizativo redárquico: el aprendizaje y la independencia o autonomía para la construcción del mismo, actuando, en paralelo como la cadena de transmisión de la independencia en términos de aprendizaje hacia el resto de la organización.

4.- Naturalización del proceso de Evaluación del Desempeño.

Sin duda, uno de los procesos de gestión de RR.HH llamado a reinventarse o redefinirse por completo en el marco de esta transición. Desarrollar la redarquía como modelo organizativo que alberga comportamientos que permiten reaccionar y sobrevivir al cambio, no implica perder foco en la consecución de resultados ni mucho menos en la monitorización de los mismos.

Sin embargo el proceso mayormente instaurado en el que un “mando” asigna objetivos anualmente de una forma “consensuada” con un “colaborador” para realizar su revisión a través de dos conversaciones dentro de un ejercicio, se convierte en un proceso ridículo o carente de valor en un entorno organizativo en el que los objetivos de negocio pueden oscilar vertiginosamente.

Naturalizar el cuadriculado proceso de evaluación del desempeño pasa por naturalizar la interacción que se establece entre “mando” y “colaborador” haciendo que ambos actores mantengan tantas conversaciones como sea necesario utilizando todos los medios a su alcance…entre otros, como era de esperar, la tecnología social.

Una organización que tiene que reaccionar con flexiblidad al mercado no puede permitirse el lujo de revisar bianualmente la pertinencia de los objetivos de sus profesionales.social influence

El área de gestión de Personas nunca ha contado con una herramienta tan poderosa para provocar conversaciones de forma natural entre sus profesionales. Conversaciones transparentes cuyo propósito es asegurar que se camina en la dirección correcta para la consecución de resultados. La transparencia en el grado de alcance y la capacidad de adaptación al target es la mejor forma de asegurar el alcance de los objetivos. La conversación y la transparencia son atributos al servicio del negocio.

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Rediseñar estos procesos en gestión de RR.HH. no asegura la transición hacia un modelo en Redarquía, pero su incorporación en la dinámica de la gestión de una organización permitirán que progresivamente vayan permeabilizando los atributos y señas de identidad del paradigma 2.0… que, a su vez, consolidarán el auge de comportamientos propios de un modelo de organización basado en la Redarquía… dónde Colaboración, Transparencia, Participación, Apertura, Flexibilidad, Adaptabilidad, Aprendizaje, Conversación e Interacción se convierten en los atributos que permiten la adaptación a un mercado que reclama y reivindica cada vez con más fuerza la transformación de nuestras organizaciones. 

20 Aprendizajes que impulsan la Transformación

Nuestra sociedad y nuestras empresas se transforman. Lo hacen de forma impasible, más allá de nuestra resistencia y por encima de nuestro apetito – en ocasiones voraz –  por la propia transformación.

Cuando intento proyectar como se desarrollarán nuestras transacciones e interacciones profesionales en unos años, visualizo entornos y comportamientos notablemente diferentes a los que hoy configuran nuestra forma de trabajar.

Es obvio que no se puede generalizar;  el mundo es lo suficientemente diverso y complejo como para que todas las  empresas y profesionales  incorporen y pongan en práctica estos comportamientos al mismo tiempo… me atrevería a decir que cada empresa y cada profesional en función de su negocio u ocupación, su encuadre cultural, geográfico y social… se transformará a una velocidad diferente.

Velocidades de transformación al margen,  lo que dará lugar a esos nuevos entornos organizativos dibujando nuevas formas de relación profesional,  es la  “r-evolución” del aprendizaje en la que estamos inmersos hoy en día. Y es que todos, sin excepción, hemos iniciado ya un proceso de incorporación de nuevos conceptos, hábitos y comportamientos que no tiene marcha atrás.

Estos son algunos de los aprendizajes que diferentes stakeholders están incorporando o incorporarán en los próximos años y que impulsarán la transformación de nuestras organizaciones y de nuestra forma de hacer empresa

  1. Los líderes organizativos de hoy están aprendiendo que su liderazgo en muchas situaciones…es más eficaz en tanto en cuanto se distribuye entre y hacia sus colaboradores.
  2. Los profesionales “no-líderes” aprenderán a tomar el testigo del liderazgo en función de las circunstancias y el momento que atraviese el proyecto y la organización.
  3. La organización, a su vez, aprenderá a vivir con un liderazgo distribuido, en ocasiones invisible, evaporado en el ambiente, un liderazgo nómada, itinerante… no personificado en la tradicional y permanente figura de un “Líder”.
  4. Los profesionales aprenderán a conectarse entre sí de una forma natural, no artificial, como principal forma de generación de conocimiento, ideas y nuevos proyectos.
  5. Las empresas están aprendiendo a abrir sus procesos de compartición y generación de conocimiento hacia todos sus empleados y hacia el exterior de la organización.
  6. Todos los stakeholders, aprenden que la conectividad es el más natural de todos los procesos… y que la generación de valor reside en la capacidad de establecer conexiones y vínculos.
  7. Los clientes están aprendiendo que el valor añadido que le ofrece su proveedor va más allá de la calidad y funcionalidad del producto o servicio y que este valor añadido reside en el intercambio de conocimiento en la relación cliente-proveedor.
  8. Las empresas aprenderán a incorporar a su estructura  profesionales a los que no les une una “nómina”, sino un proyecto,  un interés de desarrollo basado en el “quid pro quo”.
  9. RR.HH tendrá que aprender a gestionar equipos formados por profesionales en nómina y profesionales independientes,  freelance, expertos en áreas y soluciones concretas que trabajaran eventualmente con las estructuras-núcleo  de la empresa.
  10. Muchos profesionales, hoy contratados por cuenta ajena, aprenderán a subsistir por sus propios medios, desarrollando propuestas de valor a través de su especialización y que ofrecerán a diferentes empleadores… convertidos eso sí… en clientes.
  11. Esos mismos profesionales tendrán a su vez, que aprender a aprender de forma diferente, asimilando que el conocimiento está al alcance de un click, configurando su propio Entorno personal de Aprendizaje (EPA) alimentado con contenidos off y online que satisfagan sus inquietudes profesionales.
  12. Las empresas aprenderán a dotar de autonomía a sus empleados, reconociendo que deben ser ellos quienes asuman el protagonismo de su propio desarrollo… y estos, a su vez,  aprenderán a tomar las riendas del mismo.
  13. Empresas y profesionales están aprendiendo que la incertidumbre es un estadio natural, y que esta es, paradójicamente, la única certeza.
  14. Las empresas aprenderán a rentabilizar la diversidad como una ventaja competitiva para la generación de valor y no como un programa corporativo o tendencia a gestionar.
  15. Las organizaciones aprenderán a incorporar la innovación  como una forma natural de generar su ventaja competitiva en el mercado… no aprenderán a innovar… sino a innovar más rápido que su competencia.
  16. Los profesionales están aprendiendo a vivir en una constante reinvención, reconociendo que su supervivencia a medio y largo plazo está supeditada a su propia capacidad de adaptación a la incertidumbre.
  17. Los profesionales aprenderán a cuestionar de forma natural, porque, a su vez,  las organizaciones habrán aprendido a valorar la capacidad de preguntar y cuestionar como un mecanismo de mejora continua.
  18. Las organizaciones están aprendiendo que el control limita la creatividad y tapona la innovación, y que deben relajar la rigidez de sus estructuras y flexibilizar sus procesos de toma de decisiones para fomentar la participación de su staff en favor de la innovación.
  19. Los profesionales aprenderán que su retribución vendrá dada por su aportación de valor en términos netos al negocio, más allá de su status y de lo que rece en su business card.
  20. El mercado aprenderá a recompensar el capital social de un profesional o equipo de trabajo; el valor de la red, el conocimiento al que un profesional accede a través de ella y el desarrollo de soluciones a través de la misma será monetizado.

Probablemente este short –list no sea más que una pequeña selección del considerable número de aprendizajes que estamos viviendo con mayor o menor intensidad hoy en día.

La transformación del mundo del trabajo y de cómo nos relacionemos dentro de él en unos años guarda una estrecha relación con nuestra capacidad como empresas y profesionales para incorporar estos aprendizajes desde ya mismo. Nuestra reactividad ante estos ellos será un freno a la transformación; por el contrario, nuestra apertura y disposición al aprendizaje acelerará el proceso de cambio. De nuevo la decisión está en nuestras manos.

 

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Los retos de la Posguerra del Talento

En un plazo muy breve de tiempo muchas organizaciones han visto como han pasado de hablar de la Guerra por el Talento a sufrir las consecuencias de los efectos del conflicto que les llevo a luchar  por él… organizaciones arrasadas pendientes de su reconstrucción, overbooking de talento encarcelado, proyectos-migaja con los que alimentar profesionales hambrientos de crecimiento…

Hasta hace no muchos años las empresas vivían en un paraíso económico que les obligaba a crecer y a identificar a los mejores profesionales con todos los recursos a su alcance. Dependiendo de lo específico que fuese el conocimiento requerido, la boyante situación que se atravesaba hacía que muchos profesionales viviesen en un paradisiaco edén profesional. Brillantes en sus áreas de expertise sabían que podían formar parte de una subasta al mejor postor y que serían tratados como obras de arte exclusivas.

Por su parte, las organizaciones ávidas de conocimiento exclusivo para sacar adelante sus ambiciosos planes de dimensionamiento y crecimiento, no tenían mayores problemas para incorporarse a lo que se definió como “War for talent”… Una figurada guerra por el talento más o menos encarnizada en función de la exclusividad y escasez en el mercado del tipo de profesional que se requiriese.

Este conflicto bélico por el talento derivó en que los empleadores activasen todo tipo de tácticas para hacerse con los servicios de los profesionales que precisaban. Pero, además de potenciar su creatividad en términos de identificación y atracción de talento, también generaron una inflación salarial considerable en no pocas posiciones y especialidades; la inflación retributiva hasta cierto punto respondía a la ley de la oferta y la demanda, pero junto a esta, se estaba generando en la sombra una inflación de expectativas de dimensionamiento profesional y de carrera.

Ahora estamos ante un escenario imprevisible hace tan solo unos años, que nos ha invertido la pirámide de prioridades, que nos ha hecho encogernos de hombros, y, que ha hecho que empresas y profesionales se lleven las manos a la cabeza. Unos y otros se enfrentan en la actualidad a una serie de situaciones inesperadas en sus respectivas hojas de ruta… estos son sus retos hoy, en la Posguerra del Talento.

Los retos para las empresas

Optimizar el excedente de talento en forma de profesionales -entonces idóneos-, hoy sobre cualificados que fueron contratados con unas expectativas adecuadas a una fotografía organizativa, que se ha velado. Montar el nuevo puzle organizativo que hoy tiene menos huecos vacios, para los cuales, además, hay piezas demasiado grandes.

Ajustar las inequidades salariales que se han ido creando con el paso del tiempo a medida que los niveles retributivos en su momento “en mercado”, hoy han quedado absolutamente desorbitados para la compensación de actividades de menor valor añadido para el nivel de los profesionales que fueron contratados.

Gestionar la inflación de expectativas en el colectivo de profesionales que se preguntan, parafraseando a los Burning: “que hace un chic@ como yo en un lugar como este… que tipo de aventuras ha venido a buscar”.

Los retos para los profesionales

Interiorizar y asumir que, su talento, la excepcionalidad que les convirtió en una pieza única por la que se pujaba a lo «Christie´s”, hoy está infravalorado, no por ellos mismos, sino por un efecto perverso de la coyuntura de un mercado que ahora les convierte en un lujo sin más, en las maltrechas estructuras de costes de sus empleadores.

Replantear o reenfocar sus itinerarios profesionales; diseñar una nueva hoja de ruta que les permita mantener ese valor que les hizo excepcionales pero teniendo presente una serie de pautas y consideraciones imprescindibles para su enriquecimiento profesional en la Organización del Siglo XXI.

Liberar su talento, haciendo un butrón en los límites que ahora suponen los puestos, posiciones y responsabilidades a los que han sido invitados a ajustarse y adecuarse tras las innumerables reorganizaciones por las que han pasado los empleadores que les ofrecían un ilimitado campo de acción. Rasgar las vestiduras del traje de rayas que ahora lleva puesto su talento y escarbar tanto internamente en el seno de su organización, como fuera de ella, para localizar los retos que les permitirá volver a ponerse el traje de luces con el que antes brillaban.

La Guerra por el talento fue dura, pero las consecuencias de la Posguerra pueden ser devastadoras si empresas y profesionales no afrontan con espíritu pragmático estos retos. Los profesionales de RR.HH. tienen ante sí la tarea de liderar la reconstrucción de estructuras y expectativas, pero sobre todo el reto de interiorizar el aprendizaje que deja tras de sí esta etapa…

 

La letra de la canción de los míticos Burning esconde mensajes extrapolables a esta situación…

5 claves para rentabilizar las Conversaciones en la Web Social

Es indudable que la web social está transformando nuestra forma de vida tanto personal como profesional. A la velocidad que se suceden los avances tecnológicos y las funcionalidades de los entornos 2.0, resulta complicado aventurar el impacto de ese cambio en el medio y largo plazo. Es lógico pensar que la forma en cómo hoy gestionamos nuestro desarrollo profesional será uno de los aspectos donde mayor sea ese impacto.

En paralelo, la importancia de la gestión de las conversaciones a través de la web social (y fuera de ella) cada vez cobra mayor protagonismo. Resulta curiosa la relevancia que damos ahora a la idea de conversar; es como si no hubiésemos conversado nunca hasta ahora en nuestros entornos organizativos. Sin embargo, nunca he concebido la actividad socio-económica sin la conversación, quizás porque desde mi condición innata de Socialnetworker siempre otorgué un papel primordial a las conversaciones para el auto-desarrollo y aprendizaje propio y de terceros.

Esta reflexión pretende conjugar la relevancia de la conversación en el marco que supone la Web social para el establecimiento de conexiones, interacciones y la generación de aprendizajes.

Hay que dar importancia a la idea de conversar, porque a través de la conversación podemos aprender y, posteriormente, podemos capitalizar ese aprendizaje para enriquecer nuestra propuesta de valor y para incrementar nuestra empleabilidad; la web social, por su parte, permite que nuestras conversaciones como mecanismo de aprendizaje puedan crecer de forma exponencial.

El entorno 2.0 nos abre la puerta a un mundo que carece de barreras y límites para establecer conexiones y construir relaciones.

Sin embargo, no debemos idealizar y convertir el binomio web social–conversación en la panacea del crecimiento profesional. Es más, si no gestionamos adecuadamente este binomio podemos incurrir en una alarmante falta de productividad. De todos los riesgos a evitar, cabría destacar la infoxicación, es decir, la intoxicación por exceso de información en la que fácilmente podemos caer debido al descomunal volumen de datos, imágenes e ideas a las que estamos expuestos cuando nos adentramos en cualquier entramado 2.0 con un mínimo de curiosidad; Si no sabemos dosificar esa sobredosis de información, podemos entrar en colapso o desbordar nuestra capacidad de absorción de ideas. Otro riesgo a evitar, sería una afección que podríamos definir como “hiperconectivitis aguda” o la inflamación aguda de nuestro sistema relacional, que se produciría al establecer e intentar gestionar más relaciones de las que nuestro espacio-tiempo nos permite administrar.

Pero la idea de esta entrada no es centrarse en los  “trastornos” producidos por un uso indebido o irracional del binomio conversación–web social, al contrario, me detendré en definir cinco aspectos claves que debemos tener en cuenta para rentabilizar las conversaciones que pueden establecerse a través del ecosistema 2.0.

1. Definir cuidadosamente los objetivos por los que se está presente en la web social. Antes de la inmersión 2.0, convendría revisar que queremos ofrecer y que esperamos obtener, siendo esta la secuencia correcta. Si estás dando tus primeros pasos, dedica el tiempo suficiente a la definición del “¿Por qué y Para qué?”, si ya eres un usuario avanzado, revisa las razones por las que sigues interactuando. El punto de partida es más relevante de lo que parece.

2. Conceptualizar el nivel conversacional: sobre qué materias, disciplinas estamos cualificados y dispuestos a conversar. Conviene tener presente que una conversación siempre es (como poco) bidireccional. Interactuar sólo para escuchar no es interaccionar ni establecer conversaciones, ni en versión 2.0 ni en 1.0. Definidos los objetivos, conviene analizar el discurso o discursos que compondrán nuestro nivel conversacional y evaluar el impacto del mismo y su potencial percepción en el marco de las conversaciones que se lleven a cabo.

3. Seleccionar cuidadosamente las redes, foros virtuales, grupos y comunidades a las que quieres pertenecer. La web social es todo un universo plagado de galaxias espectaculares repletas de información, pero también de agujeros negros que pueden absorber tu tiempo y tus recursos de forma improductiva.

4. Identificar correctamente quienes serán los interlocutores virtuales. La comunidad virtual debe crecer de forma racional, siendo acorde a los objetivos definidos y al nivel conversacional. La velocidad a la que crezca una comunidad virtual y la consistencia de la misma impactarán de lleno en la optimización de las conversaciones que se establezcan en el ecosistema 2.0. y, en el aprendizaje que obtengamos en el mismo.

5. Utilizar las conversaciones en la web social como un punto de partida para establecer conexiones en modo 1.0. Pese a que el enriquecimiento profesional a través de conversaciones en comunidades virtuales es una realidad, la traslación de esas interacciones a la vida real debería ser uno de los objetivos principales en un porcentaje de las  conversaciones y conexiones que se establecen en versión 2.0.

Banalizar la importancia de la web social y trivializar las conversaciones que desarrollamos dentro de esta, son errores que no debemos cometer bajo ningún concepto.

La rentabilización de nuestro aprendizaje en entornos y comunidades virtuales (y reales) y, el impacto que las conversaciones y conexiones desarrolladas en ellas tienen sobre nuestro capital social, son ya aspectos imprescindibles en nuestro esquema de desarrollo como profesionales del siglo XXI

 

Este post es una adaptación de una entrada publicada en Zyncro blog

Autoconfianza, Esfuerzo y Aprendizaje, todo lo tienes al alcance de tu mano!

“No se trata de ser el mejor. No compitas para obtener la nota más alta. Eso no es lo realmente importante. A lo que debes de dar importancia es a lo que has aprendido durante todo este tiempo. Fíjate en lo que sabías antes y en lo que sabes ahora. Pero aún más, ni siquiera eso es lo más importante; lo realmente importante es que hayas disfrutado de ese aprendizaje, que te lo hayas pasado bien aprendiendo, eso es lo que realmente cuenta.

Escucha atentamente, lo que te voy a contar es probablemente una de las cosas más importantes que te voy a decir siempre y te lo voy a repetir constantemente hasta que no tengas ninguna duda de ello, list@? 😉

Solo serás capaz de conseguir lo que te propongas cuando estés plenamente convencid@ de que puedes lograrlo. No hay nada más importante. Esta es la clave. Tienes que irte a la cama todos los días pensando en que eres capaz de hacer todo lo que quieras, porque tienes toda la capacidad que necesitas para alcanzar cualquier meta que te propongas.

Cada vez que dudes sobre tus posibilidades para lograr algo, estarás diciéndote a  ti mism@, no voy a ser capaz de conseguirlo. Pero si, en lugar de ello, te metes en la cama pensando que mañana darás un paso más para lograr eso que tantas ganas tienes de alcanzar, entonces y solo entonces, serás capaz de conseguirlo.

Pero aún tienes que tener otra cosa muy muy clara, no basta con que estés convencid@ de que eres capaz de conseguir lo que te propongas. Esa es solo la primera parte. Una vez lo tengas claro, entonces tendrás que trabajar duro, todos los días. Tendrás que esforzarte, aprender lo que funciona y desaprender lo que no te ha servido tanto durante todo este tiempo.

No conozco a nadie que haya conseguido alcanzar sus metas sin haber trabajado muy duro durante mucho tiempo. La suerte no existe. Si trabajas incondicionalmente, de forma constante, sin perder nunca de vista lo que quieres conseguir y, además, lo haces creyendo firmemente que eres capaz de conseguir lo que propongas, eso te traerá “suerte”. Nada de lo que te sucede es casualidad, sino la causa de tu trabajo y de cómo confías en ti mism@”.

Este “discurso” no resulta para nada excepcional, lo que para mí lo convierte en especial es la persona a quien se lo regalo. Se trata de mi hija “mayor”, que esta semana cumplirá ocho años.

Al terminar de hablar con ella, mientras me preguntaba – con esa curiosidad innata instalada en sus pupilas, propias de un niño- las razones por las que de una manera tan convincente le contaba esta “historia”…, me quede pensando.

Reflexioné acerca de en cuantas ocasiones había sido capaz de manejar un discurso de similares características junto a mis colaboradores. Intenté recordar las veces en que había sido tan nítido con mis compañeros en mi entorno profesional…

Evidentemente, y, siendo autocrítico, la respuesta fue… no todas las que debería haberlo hecho. De forma instantánea, surgió la siguiente reflexión que comparto ahora con vosotros.

Si tenemos tan claro que la autoconfianza es un factor esencial para alcanzar resultados excepcionales…

Si sabemos que lo realmente importante es fomentar el aprendizaje y el des-aprendizaje como un proceso natural del enriquecimiento profesional…

Si no tenemos dudas acerca de que los resultados excepcionales requieren esforzarse de manera constante

¿Por qué no somos capaces de manejar un discurso como este ante nuestros colegas o colaboradores en nuestro “adulto” y “adulterado” día a día profesional?

¿Cómo serían nuestras organizaciones si la autoconfianza fuese generalizada, si reinase el “apetito” y el gusto por el aprendizaje y si el esfuerzo constante fuese un valor al alza?

Intentemos potenciar la autoconfianza en aquellos que trabajan y colaboran con nosotros. No sintamos vergüenza por transmitir este mensaje…

Dejemos de verbalizar y pongamos en práctica el término “Empowerment”… hagamos creer a nuestros colegas, colaboradores, y en general a cualquier profesional que se acerque a nosotros que pueden y que van a conseguir sus objetivos y metas… eso sí, con esfuerzo…

Insistamos hasta la saciedad en que lo realmente importante en términos de crecimiento profesional consiste sencillamente en disfrutar del proceso de aprendizaje…

Como gestores de personas, dirijámonos si es necesario a nuestro entorno profesional, a nuestros stakeholders como si fuesen niñ@s que tienen que descubrir todo el potencial que llevan dentro, quizás así, nuestras organizaciones y nuestro modelo productivo evolucione de forma diferente….

 

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