Vivimos una realidad de empresa en la que la motivación se convierte en un elemento clave para alcanzar los objetivos de negocio, porque la respuesta al cambio, a la incertidumbre, a la volatilidad y a la complejidad requiere que entrenemos a conciencia el músculo que representa nuestra motivación. Nuestra capacidad de resiliencia, de adaptabilidad y en definitiva de reacción depende en gran parte de ella. Una motivación adecuada es vital para la consecución de resultados en cualquier circunstancia pero en un ecosistema de cambio resulta aún más determinante.
Sin embargo, cuando se trata de analizar las causas de su ausencia o de su deterioro somos adictos al deporte de echar balones fuera. Resulta encomiable nuestra habilidad para señalar a otros y al siempre tan a mano entorno y sus circunstancias como los causantes de nuestra desdicha profesional…
Y, aunque ciertamente el entorno, el ecosistema organizativo y cultural en el que vivimos y sus circunstancias juegan un papel muy relevante en términos motivacionales, es vital reivindicar el protagonismo que cada profesional tiene consigo mismo en términos de motivación.
La autocrítica es una disciplina que no se practica, cuando sin embargo, deberíamos esforzarnos por hacer pole position a diario en nuestras respectivas marcas de análisis y autoconocimiento… pero es un ejercicio duro e incómodo… es más sencillo descargar la responsabilidad en factores y elementos externos…
La motivación son las razones que nos hacen ponernos en movimiento para conseguir resultados, por eso, es un término que debería redefinirse porque no se refiere tanto a un estado de ánimo como a los motivos que nos ponen en acción… quizás deberíamos hablar de “motivacción”…
Así las cosas, cualquier profesional debe entender que en un contexto de cambio constante, entrenar el músculo que representa su motivacción se convierte en un elemento determinante para la consecución de los objetivos…
No existen pócimas mágicas que incrementen la motivación por igual, solo cada profesional en base a sus características personales y a su momento vital es capaz de identificar los motivos que le movilizan a la acción. Sin embargo, más allá de las diferencias individuales, existen una serie de pautas o hábitos que pueden contribuir a entrenar el músculo que supone nuestra motivacción y del que en gran medida dependen nuestra capacidad de reacción al cambio.
1.- Analizar en profundidad las razones y los motivos que nos ponen en acción.
Con demasiada frecuencia tendemos a actuar por inercia. La rutina nos absorbe y nos convierte en autómatas que repiten acciones por costumbre. Es clave revisar los motivos que nos ponen en acción, porque estos también cambian, y solemos tener intereses, deseos y expectativas latentes que pueden no surgir a menos que tengamos esas incómodas pero productivas conversaciones con nosotros mismos. Nuestra energía para conseguir resultados no es infinita, por eso es clave revisar si la empleamos en conseguir aquello que realmente queremos.
2.- Incrementar la frecuencia con la que hacemos balance.
En el mejor de los casos se trata de un ejercicio con perioricidad anual, al menos esa es nuestra sana intención cuando finaliza el año y echamos la vista atrás (aunque en pocas ocasiones se trata de un balance sistematizado y ordenado…) Sin embargo, ante la cantidad de cambios que nos impactan y la velocidad a la que estos se producen es razonable pensar que revisar nuestros motivos y nuestros propósitos anualmente puede ser insuficiente. Creo que es conveniente revisar con mayor frecuencia que nos mueve a la acción, en qué medida hemos alcanzado los objetivos que nos marcamos y cuantos recursos hemos empleado. En definitiva, nuestra capacidad de maniobra sobre nuestra motivacción es directamente proporcional a la frecuencia con la que hacemos balance sobre todo lo que la rodea…
3.- Buscar apoyos y contrastar con personas de nuestro entorno de confianza.
Convertirse en el actor principal, guionista y director de nuestra motivacción no implica desarrollarla de forma individualista. Aunque el análisis introspectivo y las conversaciones con nosotros mismos tienen un papel importante, en ocasiones es preciso que contemos con apoyos de nuestro entorno de confianza. Contrastar nuestra autoimagen en términos de motivos y acciones con lo que otras personas perciben al respecto puede convertirse en un ejercicio saludable. Necesitamos que alguien nos confronte la realidad y nos haga de espejo para que podamos reafirmar los motivos por los que hacemos lo que hacemos o introducir las correcciones necesarias…
4.- Incorporar la innovación para potenciar la motivacción
Incluso cuando nuestros motivos, la energía empleada y las acciones son las adecuadas conviene incorporar nuevas prácticas a nuestro set de comportamientos. No se trata de dejar de hacer lo que hacemos sobre todo si ello es lo correcto para alcanzar lo que queremos, pero incorporar pequeñas variaciones o nuevos elementos a nuestras acciones no solamente genera un efecto positivo sino que previene el deterioro de nuestra motivacción ante la rutina y la monotonía. Aunque nuestros motivos sean sólidos y nuestra energía la adecuada…si nuestras acciones son siempre las mismas, pondremos en riesgo la adecuación de nuestra motivacción en un contexto que nos invita a experimentar, a probar y a innovar.
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Somos los principales responsables de que nuestros niveles de motivacción sean los adecuados en un contexto social y empresarial dominado por el cambio, la incertidumbre y la volatilidad.
No deberíamos malgastar nuestra energía en buscar excusas para justificar nuestra falta de motivos y razones para ponernos en movimiento; por el contrario, analizar en profundidad nuestros motivos, incrementar la frecuencia con la que hacemos balance, contrastar con personas de confianza la percepción de nuestra motivacción e incorporar pequeñas variaciones para que nuestra motivación se oxigene y no se oxide, resultan mecanismos y hábitos mucho más saludables para asegurar que nuestra motivacción es un músculo fuerte y ágil, entrenado adecuadamente para responder ante la complejidad y el cambio de nuestro entorno.
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Mirka Plasencia
Hola Andrés!!
Gran exposición como siempre… Tengo los motivos suficientes para llevar a la acción y estar en movimiento para conseguir…
Abrazo y seguimos
Buen fsem!!!
Andrés Ortega Martínez
Gracias Mirka,
Y, tambien como siempre gracias por tu comentario… los motivos llevan a la acción y la acción nos da motivos… es un binomio inseparable 😉
Saludos
Andrés
Miguel Ángel García
Motivacción, resiliencia, autocrítica, excusas. Un post formidable Andrés. No somos muy dados a la autocrítica (una buena palanca de mejora) y lo que si hacemos es echar las culpas al tiempo, a los demás o a la coyuntura. Dejémonos de excusas y pongámonos a trabajar, a tener la constancia suficiente para que nuestros sueños se puedan realizar.
Andrés Ortega Martínez
Gracias por tu feedback Miguel Angel…
Normalmente encontramos en la excusas, de todo tipo, índole y condición unas magnificas aliadas para flagelarnos y darnos lástima de nosotros mismos y, porsupuesto, para justificar nuestra falta de motivos… quería evidenciar con el artículo que está realmente en nuestras manos…
Un abrazo
Andrés
Olga de Vega Pérez
Hola Andrés
De 5 estrellas! Y leerlo justo hoy después de una experiencia ayer (Jane seguro que lo entiende) Me encanta sobre todo el concepto de motivacción, muy importante. Porque aunque entrenes tu motivación con voluntad, si solo lo dejas en un estado mental o anímico, más bien se convierte en un «subidón» . Lo verdaderamente inteligente es actuar y más inteligente todavía, hacerlo en los momentos de mayor fortaleza.
Respecto a la autocrítica, puede doler un poco pero es muy saludable.
Buen fin de semana
Andrés Ortega Martínez
Gracias Olga,
Me halagas con tu comentario. La autocrítica puede ser dolorosa pero tiene a medio y largo plazo propiedades más que recomendables… no concibo el desarrollo y el crecimiento profesional sin ella….y porsupuesto la motivacción 😉
Gracias de nuevo por tu comentario.
Saludos
Andrés
Rosa Esteban
Tengo dentro de unos días una sesión de trabajo de la «gestión de la ilusión» para el Comité de Dirección de una empresa que creyó no ser tocada por la crisis…y la crisis no respetó su creencia.
…Quería transmitirles que las reglas del juego cambiaron, ponerles el escenario…el world Vuca, las actitudes apropiadas, la resiliencia, el optimismo inteligente y la motivación y….buscando «pilas» ..voy y te encuentro…
Y ahora sé que voy bien…que el despegue es correcto y el vuelo irá por cielos ciertos..a ver qué tal se me da ese vuelo conjunto de 9 personas..para que el aterrizaje, la toma tierra les sea realmente de utilidad y vuelvan a empoderarse y triunfar.
Gracias Andrés!!! Grande!!
Andrés Ortega Martínez
Hola Rosa,
Estoy seguro de que esa sesión de trabajo ha ido fantasticamente bien. Un placer haber sido encontrado…
Feliz aterrizaje 🙂 Espero tu feedback sobre la sesión de trabajo y si necesitas refuerzos ya sabes donde ubicarme 🙂
Saludos
Andrés
Cristina Pérez
Hola Andrés,
Ésta es mi primera participación en un debate y admito me viene muy bien tu artículo. En especial el punto 4, el cuál voy a poner en práctica desde ahora mismo y en adelante. Mil gracias.
Andrés Ortega Martínez
Hola Cristina,
Gracias por visitar el blog y porsupuesto por tu comentario y aún más me alegro de que te sea de utilidad…
Saludos
Andrés
Zully Díaz
Excelente artículo! De mucha utilizadad para aplicar
Andrés Ortega Martínez
Gracias Zully 😉
Myriam Sánchez Nocea
¡¡¡Genial Andrés¡¡¡. Me encanta especialmente el 4º punto («Incorporar la innovación para potenciar la motivación»), ya que la rutina puede ser el principal destructor de la motivación, del interés, de la creatividad,…..
Andrés Ortega Martínez
Gracias Myriam!
Un placer contar con tu comentario ne el blog! 😉
Saludos
Andrés
Julia Fernandez Castillo
Muchas gracias.
Hace solo unos días que he descubierto sus artículos, y creo que por «sincronicidad» , y están siendo vitales para organizar mi equipaje para la diversificación profesional que estoy decidida emprender.
Escribe muy bien, conoce en profundidad lo que transmite, expresa sinceramente lo que que piensa y cree, es riguroso, sintético…
Seguiré su blog con la seguridad de descubrir muchas ideas, conceptos… que me enriquecerán