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8 claves para transformar la incertidumbre en tu zona de confort

marionetas_del_mundo____by_killerofpupets-d386wgoEstos tiempos de cambio, convulsión y ebullición social, económica y tecnológica han puesto del revés la situación de falsa estabilidad en la que muchos profesionales y organizaciones vivían.  Los cimientos y pilares que sostenían los paradigmas de unos y otros se han tambaleado de forma sobresaliente, y, en muchos casos, se han venido abajo literalmente.

Hemos vivido la tormenta perfecta que ha arrasado el atrezzo que decoraba nuestra comodidad y tranquilidad profesional y personal. Aunque se ha convertido en un tópico, lo cierto es que la debacle económica se ha llevado por delante sin contemplaciones (entre otros…) el paradigma de la seguridad profesional y el del empleo para toda la vida.

Aunque resulte una paradoja, aquellos profesionales que vivieron en primera persona los efectos de la riada cuentan hoy con una ventaja competitiva frente a aquellos que consiguieron sobrevivir agazapados a los efectos devastadores de la “des-coyuntura” económica.

Los primeros, tuvieron que enfrentarse al día después, al encogerse del hombros, al preguntarse ¿y ahora qué?,  a la reconstrucción de su identidad profesionalmente y a la reparación de su auto-estima emocional, a la incómoda pero necesaria conversación(es) con su ego, y finamente a la desconcertante pero apasionante aventura de aprender a caminar de nuevo…

Aunque muchas personas siguen sumidas en ese proceso de rehabilitación y reconstrucción, para muchas otras, la crecida que les llevó por delante les ha permitido resurgir como el ave fénix o, en el mejor de los casos, darse una segunda oportunidad en su vida profesional, y, sobretodo, ser conscientes de que su zona de confort,  la que les protegió durante años, resultó ser un espejismo, un falso llano, una, paradójicamente, incómoda ilusión…

Los segundos, son todos los demás, los que consiguieron agarrarse al proyecto estratégico de turno, los que no tenían su función duplicada, a los que alguien les tendió la mano in extremis, los testigos de la riada que siguieron acudiendo a su trabajo cada mañana, quizás con algo menos de ilusión y más dudas, quizás con menos expectativas y más temor del necesario…

Ahora que el mercado se despereza es tiempo de hacer balance, pero sobretodo es tiempo de aprendizaje. Da igual que sea un tópico, también es una incómoda verdad: La incertidumbre es la nueva zona de confort. Una verdad que descubrieron en primera persona aquellos a los que se llevó la corriente y que deberían haber aprendido aquellos que la resistieron a duras penas…

Si sabemos que los ciclos económicos cada vez serán más frecuentes y probablemente más agudos e intensos; si sabemos que los cambios son cada vez más rápidos y menos previsibles, entonces también sabemos que la supervivencia profesional en el S.XXI pasa obligatoriamente por hacer de la incertidumbre la nueva zona de confort.

No te preguntes ¿por qué?, sencillamente pregúntate ¿cómo? Cualquier profesional tiene capacidad para hacer de la incertidumbre su particular zona de confort. Pero para ello es preciso huir de la comodidad y estar dispuesto a vivir situaciones no confortables.  No existen fórmulas mágicas… estas son tan solo algunas incomodas sugerencias…

  • Dibuja tu perímetro de comodidad; ¿qué te resulta sencillo?, ¿qué disciplinas, materias y conocimientos dominas?; para romper la comodidad es primordial delimitarla adecuadamente.
  • Muestra tu vulnerabilidad; si te acostumbras a vivir protegido en un búnker no sabrás como buscar apoyos pero en la era de la incertidumbre no podrás vivir sin ellos.
  • Trata de alcanzar tus objetivos con menos recursos aunque a priori cuentes con ellos; entrena tu habilidad para hacer más con menos aunque te resulte más complicado; precisamente, se trata de eso…
  • Relaciónate con personas y comunidades donde no seas la fuente de conocimiento. Te servirá para desarrollar tu capacidad de aprendizaje, una característica esencial para sobrevivir en la era de la incertidumbre.just do it
  • Dí más veces SÍ a lo que te incomoda y renuncia con más frecuencia a lo que no te genere cierta tensión… puede que no sea agradable, precisamente por eso será más efectivo.
  • Di más veces NO a lo que te resulta conocido y confortable, cada oportunidad para estar cómodo es un coste de oportunidad para desarrollar la resiliencia que necesitarás para sobrevivir en un contexto donde la certeza es una quimera.
  • Mira la incertidumbre desde otras perspectivas. Cuestiona más la realidad actual y no des las cosas por sentadas. Cuanto más desarrollada esté nuestra capacidad para entender la ausencia de certezas mayor será la probabilidad de que sobrevivamos sin ellas.
  • Chequea tu nivel de resistencia a la frustración a través de la opinión de personas que te ofrezcan una crítica constructiva. Permite que otros te indiquen cómo evoluciona tu habilidad para sobreponerte a situaciones complicadas e inesperadas.

De ahora en adelante nuestro entorno profesional siempre estará repleto de interrogantes y vacío de certezas. En los próximos años viviremos una realidad económica más favorable tras la que sin duda habrá nuevas tormentas perfectas. Sería un error reconstruir el espejismo del paradigma de la seguridad,  olvidarnos de la necesidad de aprender a aprender y dejarnos atrapar en la jaula de oro que representa nuestra zona de confort.

La incertidumbre y el cambio serán nuestro hábitat natural, esa es la única certeza, cualquier profesional tiene en su mano la capacidad de cortar los hilos que nos convierten en marionetas de la incertidumbre, y, en su lugar, desarrollar la habilidad para habitar en ella con absoluta incomodidad…

10 principios para liderar la transformación y el cambio

3752428880_02724d33c6Cada vez son más las organizaciones que han comprendido que su supervivencia depende de su capacidad para gobernar de forma inteligente (y con rapidez…) un proceso de cambio y transformación cultural. Nadie se cuestiona ya la necesidad de adecuar la organización a un nuevo tiempo.

Por lo tanto, el debate (si es que alguna vez debió existir…) sobre si  se debe llevar o no a cabo una transformación cultural está agotado, sencillamente resulta estéril. La cuestión esencial es ahora como ejecutar y liderar el proceso de cambio.

Lamentablemente no existen pócimas mágicas ni bálsamos de fierabrás que puedan administrarse a todas las empresas por igual. Cada organización posee una señas de identidad específicas, una idiosincrasia particular que la hace única e irrepetible, un código genético exclusivo… elementos todos que deben ser tenidos en cuenta a la hora de activar e impulsar el incuestionable proceso de cambio que les permita sobrevivir a este entorno ya bautizado como VUCA (volatility uncertainty complexity ambiguity).

Pero que la alquimia no pueda resolver el problema sobre como abordar el proceso de transformación cultural necesario no es excusa para reflexionar en profundidad sobre una serie de principios que bien entendidos pueden ser claves para liderar la transformación…

1.- El cambio no se produce por pensar en innovar, sino por innovar en nuestra forma de pensar…

Pensar en innovar es una obviedad. La velocidad de transformación será directamente proporcional a la capacidad de la organización para pensar de forma diferente.

2.- El líder de la empresa del S.XXI no debe predecir el futuro, sino asumir que liderará una realidad impredecible…

El liderazgo visionario es un modelo insuficiente para liderar el cambio ante la complejidad. Lo razonable no es tratar de predecir el futuro, sino preparar a la organización para navegar en un contexto empresarial impredecible, inestable e incierto…siempre.

3.- Una organización inicia su proceso de transformación cuando la cultura de la colaboración supera al paradigma del control y conexión se convierte en sinónimo de gestión…

El control y la fiscalización son mecanismos que ralentizan profundamente la transformación. En un entorno empresarial global y conectado, la cultura de la colaboración es el principal acelerador de cualquier proceso de transformación.

4.- Nos han educado pensando que al equivocarnos estamos perdidos, cuando perderse es la mejor forma de encontrar nuevos caminos…

La penalización del error es un freno para liderar el cambio. Desterrar la creencia de que el error es perjudicial resulta crucial para impulsar una transformación cultural. Equivocarse no es perderse, sino más bien encontrar nuevos caminos…

5.- En la empresa del S.XXI un profesional no debe preocuparse por adaptarse al cambio… debe ocuparse de crearlo…

La competencia “adaptación al cambio” es una reliquia del pasado. La competencia más valiosa que cualquier empresa debe fomentar en sus profesionales será la de crear, impulsar y dinamizar el cambio…

3945439186_20c988a9aa6. Un líder es genuinamente transformador cuando lo primero que pone en cuestión es… a él mismo…

El ejercicio más importante para poder impulsar el cambio en la organización es la autocrítica constante. El líder que mejor puede impulsar un proceso de cambio es el que tiene la capacidad de cuestionarse su propio estilo de liderazgo.

7.- En tiempos de transformación el talento más valioso es el de poder identificar, saber reconocer y querer liberar el talento de los demás…

Liderar un cambio no es una tarea individual sino colectiva. El éxito de un proceso de transformación reside en la capacidad de conectar el talento de toda la organización; por ello, el talento más valioso para liderar el cambio es identificar y liberar el talento de los demás…

8.- El aprendizaje más importante en un proceso de transformación es aprender a aprender de otra manera…

Una de las claves para liderar el cambio no será aprender nuevos conceptos, procesos y metodologías,  sino comprender que la forma de aprenderlos será diferente. En la empresa del S.XXI liderar el cambio pasa por aprender a aprender de otra manera.

9.- En la empresa del S.XXI la digitalización de la conversación es una condición imprescindible para la transformación…

En un mercado digitalmente conectado, liderar el cambio implica fomentar y multiplicar conversaciones. Para ello, los entornos 2.0 en forma de tecnología social son vehículos esenciales para transportar las ideas y los comportamientos que aceleran la transformación.

10.- Si lo único que no cambia es el cambio no hay nada más “seguro” que estar en constante transformación…

La seguridad es la utopía del profesional del S.XXI. Cuanta más estática es la cultura de la organización más inestable se muestra ante un mercado que cambia a mayor velocidad. La seguridad es un falso llano que solo se puede ascender… cambiando…

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Vivimos tiempos en los que lo nuevo reemplaza y sustituye cada vez con mayor rapidez a lo viejo. Tiempos en los que aparecen nuevas reglas de mercado, nuevos procesos de negocio, nuevos consumidores y lógicamente nuevos competidores.

Nuevos consumidores y competidores que invitan a pensar que el éxito o simplemente la supervivencia implican desarrollar nuevas competencias, comportamientos y, obviamente, un nuevo liderazgo acorde a estos tiempos…

Tiempos convulsos para aquellas empresas y profesionales que permanezcan estáticos e impasibles… Tiempos, sin embargo, de oportunidad para aquellas organizaciones  que revisen los principios necesarios para liderar el cambio…

 

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4 hábitos para entrenar la motivACCIÓN frente al cambio

2634926694_b5a027fd6fVivimos una realidad de empresa en la que la motivación se convierte en un elemento clave para alcanzar los objetivos de negocio, porque la respuesta al cambio, a la incertidumbre, a la volatilidad y a la complejidad requiere que entrenemos a conciencia el músculo que representa nuestra motivación. Nuestra capacidad de resiliencia, de adaptabilidad y en definitiva de reacción depende en gran parte de ella. Una motivación adecuada es vital para la consecución de resultados en cualquier circunstancia pero en un ecosistema de cambio resulta aún más determinante.

Sin embargo, cuando se trata de analizar las causas de su ausencia o de su deterioro somos adictos al deporte de echar balones fuera. Resulta encomiable nuestra habilidad para señalar a otros y al siempre tan a mano entorno y sus circunstancias como los causantes de nuestra desdicha profesional…

Y, aunque ciertamente el entorno, el ecosistema organizativo y cultural en el que vivimos y sus circunstancias juegan un papel muy relevante en términos motivacionales, es vital reivindicar el protagonismo que cada profesional tiene consigo mismo en términos de motivación.

La autocrítica es una disciplina que no se practica, cuando sin embargo, deberíamos esforzarnos por hacer pole position a diario en nuestras respectivas marcas de análisis y autoconocimiento… pero es un ejercicio duro e incómodo… es más sencillo descargar la responsabilidad en factores y elementos externos…

La motivación son las razones que nos hacen ponernos en movimiento para conseguir resultados, por eso, es un término que debería redefinirse porque no se refiere tanto a un estado de ánimo como a los motivos que nos ponen en acción… quizás deberíamos hablar de “motivacción”…

Así las cosas, cualquier profesional debe entender que en un contexto de cambio constante, entrenar el músculo que representa su motivacción se convierte en un elemento determinante para la consecución de los objetivos…

No existen pócimas mágicas que incrementen la motivación por igual, solo cada profesional en base a sus características personales y a su momento vital es capaz de identificar los motivos que le movilizan a la acción. Sin embargo, más allá de las diferencias individuales, existen una serie de pautas o hábitos que pueden contribuir a entrenar el músculo que supone nuestra motivacción y del que en gran medida dependen nuestra capacidad de reacción al cambio.

1.- Analizar en profundidad las razones y los motivos que nos ponen en acción.

Con demasiada frecuencia tendemos a actuar por inercia. La rutina nos absorbe y nos convierte en autómatas que repiten acciones por costumbre. Es clave revisar los motivos que nos ponen en acción, porque estos también cambian, y solemos tener intereses, deseos y expectativas latentes que pueden no surgir a menos que tengamos esas incómodas pero productivas conversaciones con nosotros mismos. Nuestra energía para conseguir resultados no es infinita, por eso es clave revisar si la empleamos en conseguir aquello que realmente queremos.

2.- Incrementar la frecuencia con la que hacemos balance.

En el mejor de los casos se trata de un ejercicio con perioricidad anual, al menos esa es nuestra sana intención cuando finaliza el año y echamos la vista atrás (aunque en pocas ocasiones se trata de un balance sistematizado y ordenado…) Sin embargo, ante la cantidad de cambios que nos impactan y la velocidad a la que estos se producen es razonable pensar que revisar nuestros motivos y nuestros propósitos anualmente puede ser insuficiente. Creo que es conveniente revisar con mayor frecuencia  que nos mueve a la acción, en qué medida hemos alcanzado los objetivos que nos marcamos y cuantos recursos hemos empleado. En definitiva, nuestra capacidad de maniobra sobre nuestra motivacción es directamente proporcional a la frecuencia con la que hacemos balance sobre todo lo que la rodea…

3.- Buscar apoyos y contrastar con personas de nuestro entorno de confianza.4639887896_866b287fc2

Convertirse en el actor principal, guionista y director de nuestra motivacción no implica desarrollarla de forma individualista. Aunque el análisis introspectivo y las conversaciones con nosotros mismos tienen un papel importante, en ocasiones  es preciso que contemos con apoyos de nuestro entorno de confianza. Contrastar nuestra autoimagen en términos de motivos y acciones con lo que otras personas perciben al respecto puede convertirse en un ejercicio saludable. Necesitamos que alguien nos confronte la realidad y nos haga de espejo para que podamos reafirmar los motivos por los que hacemos lo que hacemos o introducir las correcciones necesarias…

4.- Incorporar la innovación para potenciar la motivacción

Incluso cuando nuestros motivos, la energía empleada y las acciones son las adecuadas conviene incorporar nuevas prácticas a nuestro set de comportamientos. No se trata de dejar de hacer lo que hacemos sobre todo si ello es lo correcto para alcanzar lo que queremos, pero incorporar pequeñas variaciones o nuevos elementos a nuestras acciones no solamente genera un efecto positivo sino que previene el deterioro de nuestra motivacción ante la rutina y la monotonía. Aunque nuestros motivos sean sólidos y nuestra energía la adecuada…si nuestras acciones son siempre las mismas, pondremos en riesgo la adecuación de nuestra motivacción en un contexto que nos invita a experimentar, a probar y a innovar.

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Somos los principales responsables de que nuestros niveles de motivacción sean los adecuados en un contexto social y empresarial dominado por el cambio, la incertidumbre y la volatilidad.

No deberíamos malgastar nuestra energía en buscar excusas para justificar nuestra falta de motivos y razones para ponernos en movimiento; por el contrario, analizar en profundidad nuestros motivos, incrementar la frecuencia con la que hacemos balance, contrastar con personas de confianza la percepción de nuestra motivacción e incorporar pequeñas variaciones para que nuestra motivación se oxigene y no se oxide, resultan mecanismos y hábitos mucho más saludables para asegurar que nuestra motivacción es un músculo fuerte y ágil, entrenado adecuadamente para responder ante la complejidad y el cambio de nuestro entorno.

 

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