Sobre personas y organizaciones

La incógnita que resuelve la ecuación 2.0

Cada vez encuentro más similitudes entre las matemáticas y el concepto de Organización 2.0., sencillamente porque ambas disciplinas están repletas de incógnitas, factores y variables que pueden hacerlas tan apasionantes como complicadas de entender.

Aún más, el concepto 2.0, puede resultar tan complejo o más que las matemáticas;  la clave radica en la sencillez con la que se explique el modelo o el paradigma organizativo que supone la mal llamada Organización 2.0.; y, digo “mal llamada”, porque creo que el adjetivo que se le ha acuñado está haciendo un flaco favor a la comprensión de este escenario organizativo y lo que representa en términos de gestión en general y de personas en particular.

Por acotar la reflexión, entiendo la Organización 2.0 como una versión diferente del modelo organizativo en el que hasta la fecha hemos habitado profesionalmente. Se trata por lo tanto de un modelo organizativo que evoluciona sus prácticas de gestión en la medida en que desplaza su atención y coloca más peso y relevancia en uno u otro de los extremos de los siguientes ejes de coordenadas:

Estilo de difusión de Información: Opaco – Transparente

– Nivel de participación en la gestión: Centralizada – Distribuida

– Grado de colaboración: Rígido – Flexible

– Nivel de conexión (interno y externo): Limitado – Ilimitado

– Estructura Organizativa: Jerárquica – Redárquica

– Dinamismo: Reactivo – Proactivo

– Cultura: Formal – Informal

Me temo que podemos complicar el modelo hasta el infinito (y más allá…) si decidimos sacar punta a cada uno de los extremos de cada eje, aunque, a priori, parecería lógico pensar que una Organización es más o menos 2.0 en la medida en que, en mayor o menor medida, difunde su información de forma transparente, distribuye la participación en la toma de decisiones entre sus integrantes, flexibiliza e impulsa la colaboración entre sus profesionales, favorece más o menos ilimitadamente las conexiones hacia dentro y hacia fuera entre todos sus stakeholders (empleados, accionistas, clientes, proveedores, sociedad, etc), su estructura es menos piramidal y más redárquica y conectada, su nivel de agilidad y dinamismo es más proactivo que reactivo y su cultura organizativa es más informal que formal.

Dudo que sea posible hacer un análisis matemático del grado evolutivo de una organización… requeriría escudriñar muchísimos factores y variables. De hecho creo que es imposible determinar si una organización en concreto se encuentra en un nivel 1.3 en su grado de dinamismo o en un nivel 1.9 en su nivel de participación… fundamentalmente porque todavía no hay ejemplos claros que permitan hacer una muestra lo suficientemente representativa que permita comparar en qué grado nos colocamos como empresa en cada uno de esos ejes…

En realidad creo que complicamos excesivamente todo este debate sobre la evolución organizativa hacia el paradigma 2.0, en el fondo, creo que avanzar en esa dirección se limita a una fórmula tan sencilla que puede llegar a ofender. Pero la sencillez en ocasiones es vital para entender situaciones que nos empeñamos en hacer complejas.

Despejando la incógnita de la ecuación…

Evolucionar la Organización hacia un marco 2.0 depende del estilo de liderazgo y el estilo de liderazgo depende las personas que ocupan este rol en la Organización. Y creo que no hay que darle muchas más vueltas ni convertir el debate en algo que vaya más allá de entender que en el punto en el que se encuentran las mayorías de empresas y organizaciones hoy, la posibilidad de que comiencen su evolución, transformación o como queramos llamarlo hacia un modelo de gestión que ponga el foco en los extremos correspondientes de los ejes explicados anteriormente depende casi unilateralmente del estilo de liderazgo de su  cúspide organizativa.

Quizás una simplificación al extremo de un debate tremendamente rico y apasionante y que podemos complicar tanto como queramos a tenor de todos los ejes y el posible posicionamiento de cada empresa en cada uno de ellos.

La cultura de una organización la conforman los comportamientos de sus profesionales y estos, hoy por hoy siguen siendo moldeados e impulsados por sus líderes, comités de dirección y órganos ejecutivos y de gobierno. Una organización nunca evolucionará en esa dirección mientras sus ejecutivos no vean ni entiendan la necesidad de llevarlo a cabo, así de simple, así de sencillo.

Creo que es interesante y enriquecedor revisar los aspectos, los ejes, las variables, los factores que permiten evolucionar en esa dirección y considero que es un debate del que no podemos escapar como profesionales y que cada vez cala más en nuestro entorno porque cada vez es más obvio que para ser competitivos hay que hacer las cosas de forma diferente.

Pero en la práctica, tratando de resolver la ecuación, la posibilidad de movernos en esa dirección, se limita al estilo de liderazgo, al sello de identidad que este quiera imprimir a la organización, a su capacidad transgresora que le llevaría… al despejar incógnitas, al ofrecer derivadas, al potenciar otros factores de la ecuación organizativa 2.0 a diluir su propio liderazgo a lo largo y ancho de la organización… quizás sea esta, precisamente, la clave que permite entender porque es preferible complicar hasta el infinito la resolución de la ecuación 2.0…

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4 comentarios

  1. Rafa Diaz

    Buenas Andrés,

    Hoy, al leer tu blog me he dado cuenta que el planteamiento de organización 2.0 , es simplemente una organización abierta (o así se llamaban cuando las estudié ;-)..tendré que repasar mis apuntes de la facultad) y son modelos organizativos teóricos de los años 90, la «mal» difundida organización 2.0, para mí, refleja cómo los social media y las nuevas tecnología pueden acelerar el camino hacia este tipo de organización. Y por supuesto, el nuevo contexto creado por la ausencia de capital hace que cada vez sea más necesario ese ajuste.

    Y sin duda, sin el impulso de la dirección de la organización este cambio es imposible. Igual que su supervivencia. Vamos a vivir una época de disrupción organizacional 😉

    Gracias por invitarme a reflexionar 😉

    Un abrazo,

    Rafa.

    • Andrés Ortega Martínez

      Gracias Rafa,
      Cada vez me «chirría» más el concepto Org. 2.0, sobre todo porque lleva a confusión con la archiconocida web 2.0 y se tiende al equivoco fácil de pensar que una organización que avanza su modelo de gestión lo hace por su presencia en redes o por la incorporacion de redes sociales corporativas internas… creo que cada vez más los profesionales que hacemos un esfuerzo por entender la repercursión real de este modelo organizativo debemos también explicar que se trata de algo que va más allá de esa mera influencia de la web social, que hablamos de la implantación de un modelo organizativo con unas características concretas. Creo que conviene acuñar otro calificativo… pero la empresa abierta como bien describen otros autores es algo aún más diferencial, hasta el punto de que puede que llegue a ser una no-empresa.
      Por lo tanto, o bien acuñamos un nuevo término o bien hacemos un esfuerzo importante por aclarar lo que es y no es una organización 2.0… el próximo jueves en el marco de Conversaciones 2.0 en Madrid haré un intento 🙂
      Un abrazo
      Andrés

  2. Julio

    Comparto al 100% la conclusión clave , lo más complejo reside en poner a las personas adecuadas en el lugar adecuado, hablando de los lideres que pueden ser capaces de dar la vuelta a los modelos de gestión, todo lo demás vendría seguido.

    La resistencia es brutal, la resistencia al cambio de modelo de actual dificulta sobre manera esta empresa, con lideres como los que existen en estos momentos, muchos de ellos con modelos del siglo XV, el trabajo será lento muchas y el precio a pagar será alto y traumático.

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