Sobre personas y organizaciones

Categoría: Innovación & Creatividad Pagina 5 de 14

3 líneas de trabajo estratégicas para desarrollar la Inteligencia Colectiva

BrainsA estas alturas del partido, resulta redundante hablar de la inestabilidad, ambigüedad e incertidumbre a la que se enfrentan nuestras organizaciones, sin embargo este contexto nos permite entender que las empresas y profesionales de hoy viven en mercados impactados por muchas más variables y factores que hace unos años.

En definitiva, la complejidad de la gestión se ha incrementado de forma sobresaliente;  la capacidad predictiva de muchas herramientas de gestión es menor y los mecanismos que se utilizaban de forma más o menos generalizada para hacer proyecciones a futuro cuentan hoy con una fiabilidad cuando menos cuestionable. 

Este contexto evidencia la relevancia de uno de los conceptos que más repercusión está teniendo en los últimos años en los foros de management y gestión de personas: la inteligencia colectiva.

Me  temo que de nuevo son muchos los profesionales (y empresas) que, en el mejor de los casos,  utilizan de forma frívola o miran con incredulidad al concepto, y… en el peor, a duras penas consiguen entender la relevancia y el calado del mismo. Sin embargo, el desarrollo y la aplicación de la inteligencia colectiva se presenta como uno de los factores más determinantes en el contexto económico actual.  Por encima de la tendencia y de la vanguardia asociada a su práctica (o, al intento de la misma…) la realidad es que cualquier organización que sea capaz de anclar con firmeza la relevancia de la inteligencia colectiva, impulsar los mecanismos y procesos que permiten su expansión y reforzar el estilo de liderazgo que permite que esta aflore estarán tomando una clara y nada desdeñable ventaja competitiva frente a aquellas empresas que la menosprecien.

De la mucha literatura existente al respecto, os invito a que sigáis las aportaciones de Amalio Rey (@arey) en El blog de Inteligencia colectiva en el que profundiza de forma constructiva y crítica sobre el concepto desde ya hace tiempo. Hace aproximadamente un año Amalio hacía un intento por desarrollar una definición más operativa del concepto. El resultado, en mi opinión, merece ser compartido J ~ “Inteligencia Colectiva: Capacidad de un grupo de individuos para optimizar colaborativamente las decisiones que le afectan como colectivo.”

Por lo tanto, una vez definida su relevancia, aquellas empresas que realmente deseen potenciar la inteligencia colectiva de su organización y de los colectivos que la forman deberían revisar tres líneas de trabajo estratégicas desde una perspectiva de organización y desarrollo de personas, un área que, de nuevo, jugará un papel fundamental para que la inteligencia colectiva deje de ser un concepto inalcanzable y se transforme en una realidad…

1.- Estructurar (o crear…) entornos de conversación en comunidades.

En todas las organizaciones existente espacios de conversación, pero normalmente están desestructurados o poco sistematizados. Para que emerja la inteligencia colectiva se precisan espacios donde las interacciones entre los profesionales tengan lugar de manera abierta y democrática, pero también donde esas interacciones se produzcan de forma recurrente y con un fin concreto. Implantar una red social corporativa como canal para que estas conversaciones tengan lugar no es una condición sine qua non, pero sin duda, su existencia permite estructurar las conversaciones de una forma mucho más ágil definiendo, los roles de sus participantes, las métricas y KPI’s asociados y la finalidad de esas conversaciones dentro las múltiples comunidades que pueden surgir al implantar y utilizar una red social corporativa.

2.- Flexibilizar y relajar las estructuras organizativas: evolucionar hacia la redarquia.3891830619_af37ac736e

No olvidemos que la expresión genuina de ideas se produce cuando las relaciones se dan de igual a igual, por eso,  un sistema excesivamente jerarquizado en el que uno está por encima del otro, limita la posibilidad de que se produzcan conversaciones de valor.

La optimización de las decisiones que afectan al grupo de forma colaborativa, implica necesariamente que, en primer lugar, los integrantes de ese colectivo o grupo puedan expresar abiertamente sus ideas y opiniones, por ello una organización con forma de red, en la que todos los integrantes de la misma están al mismo nivel, es una estructura organizativa mucho más propicia para albergar conversaciones de valor frente a la tradicional estructura vertical-piramidal.

El área de organización debe poner foco en relajar (en la medida de lo posible) la estructura organizativa si está es excesivamente piramidal o vertical y en incorporar progresivamente modelos organizativos en forma de red. La aparición de nuevos departamentos, unidades de negocio o proyectos puede ser un momento idóneo para transitar hacia este modelo.

3.- Desarrollar las competencias asociadas al liderazgo transformador.

Por definición, un liderazgo autocrático no puede permitir el desarrollo de entornos organizativos en forma de red. Por ello, el desarrollo de la inteligencia colectiva requiere inevitablemente que el área de gestión de personas genere el contexto y la cultura necesarios para que el estilo de liderazgo predominante sea transformador: impulse el cambio, provoque conversaciones, impulse la conectividad (socialnetworking) y  gestione desde las emociones.

La capacidad de generar inteligencia colectiva es directamente proporcional a la capacidad para impulsar el liderazgo transformador; por ello, el área de talento debe focalizarse en el desarrollo de las nuevas competencias que dan paso a  este estilo de liderazgo: generación de red o socialnetworking, curación de contenidos y capacidad de aprendizaje en beta permanente (por citar tres de las competencias más relevantes que forman el ADN del líder transformador); El  desarrollo de las competencias que sostienen el liderazgo transformador es la llave de paso para que la inteligencia colectiva deje de ser ficción.

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La inteligencia colectiva es un profundo mecanismo de cambio y transformación, un factor determinante para que las empresas de hoy generen valor en un mercado convulso e impredecible.

La inteligencia colectiva no se produce al… trabajar en equipo, tampoco sucede por el mero hecho de reunirse o pasar cierto tiempo juntos, y, tampoco consiste en pensar o planificar algo juntos sin más, se precisa que suceda todo a la vez… y más…

La Inteligencia colectiva es el resultado de construir y desarrollar decisiones colaborativamente integrando las ideas de aquellos que piensan de forma diferente y divergente; un proceso en el que el interés colectivo debe superar a los egos individuales…

La práctica de la inteligencia colectiva es una de las claves del éxito de cualquier empresa en el S.XXI, una forma de inteligencia que solo tendrá lugar cuando la cultura de la conversación  supere a la del monólogo, cuando el conocimiento y las ideas sean monedas de libre circulación en modelos con forma de red, cuando el liderazgo autocrático haya sido reemplazado por un liderazgo transformador y distribuido, como no… colectivamente.

Revolución digital & Revolución cultural: el desafio de la gestión de personas del S.XXI

Shut_jing-jang_150_FotorNo existe revolución digital sin revolución cultural… en la misma medida que la auténtica revolución cultural de una organización está impulsada por la digitalización de los  comportamientos y de su cultura.

Reconozco que la forma de empezar la reflexión es contundente, pero no describe más que la realidad social y empresarial que nos toca vivir. Si a estas alturas del partido algún profesional (sobre todo aquellos que habitan la economía del conocimiento…) se pregunta porque es necesario surfear la ola de la digitalización, le sugeriría que abandonase la caverna en la que habita o que me indique dónde fue criogenizado…

La revolución tecnológica ha revolucionado los comportamientos de las personas, la forma en como estas se relacionan e interactúan entre sí, la forma de consumir productos, servicios e información y lógicamente también ha transformado los hábitos y la manera de compartir esta información, e, indudablemente la revolución digital ha cambiado la manera de hacer y ser empresa. El mundo es digital, no es una elección, sino un hecho observable a simple vista. Por eso, organizaciones y personas en el marco del cambio constante se enfrentan a la imperiosa necesidad de gestionar una transformación digital… en muchos casos, tanto a nivel individual como organizacional.

La trampa de la transformación digital

Obviedades al margen, muchas empresas y profesionales caen en la trampa de creer que la transformación digital es ante todo una transformación tecnológica. Unos y otros, dedican ingentes cantidades de tiempo y recursos a impulsar proyectos de índole tecnológico y digital…, sin embargo, son pocas las organizaciones capaces de elevarse un par de palmos del suelo para observar la realidad con cierta perspectiva… con la perspectiva necesaria para entender que un proceso de digitalización es ante todo una revolución cultural a través de los comportamientos que representan los atributos y principios que esconde esta nueva forma de entender el mundo y la empresa (a saber): transparencia, participación, colaboración, innovación abierta en red, inteligencia colectiva, capacidad conversadora y espíritu wiki (agilidad, informalidad, autenticidad, integridad, añadir valor genuino)

Revolución digital & Revolución cultural: un reto integral

Por lo tanto, tanto monta, monta tanto… revolución digital como transformación cultural  :-). Se trata de dos caras de la misma moneda. Dos polos opuestos que se atraen. El yin y el yang. Dos dimensiones complementarias y a la vez imprescindibles una respecto a otra.

Liderar la transformación cultural implica liderar en paralelo la revolución digital. Se antoja difícil establecer una secuencia lógica que de primacía a una en relación a la otra. Ambas dimensiones se retroalimentan, la consolidación de una, impacta en positivo sobre la otra dimensión y viceversa.

En la medida en que una organización y sus profesionales incorporan comportamientos como la apertura, la participación y la capacidad conversadora, la transformación digital adquiere sentido y la tecnología se convierte en un vehículo esencial para el cambio…

De la misma manera, a medida que la tecnología se afianza y se incorpora en los procesos, los comportamientos se resquebrajan y la cultura comienza a presentar las fisuras de la transformación.

Es una relación simbiótica positiva en la que revolución digital y revolución cultural son dos dimensiones esenciales de la gestión del cambio un reto integral en la empresa del S.XXI.

¿Cuál es el papel de la función de gestión de personas?

matrixParece razonable pensar que si la revolución digital y la revolución cultural son dos dimensiones de un reto integral e integrado, las personas jugarán un papel determinante en cualquier organización que quiera abordar con garantías de éxito este proceso.

Parece razonable pensar que si la revolución digital se sostiene en la revolución cultural y en comportamientos como la capacidad conversadora, la innovación en red y el espíritu wiki, aquellos profesionales cuyo foco sea la gestión de personas y de su talento no tendrán muchas más opciones que liderar la revolución digital… de lo contrario, es probable que en poco tiempo no tengan nada que liderar…

No existe una hoja de ruta predefinida y estándar para que los profesionales del área de gestión de personas lideren esta revolución, pero si es posible enumerar una serie de aspectos que deben formar parte del apasionante cuaderno de bitácoras que deben comenzar a escribir cuanto antes…

  • Un proceso de digitalización no es una moda transitoria sino la expresión de un nuevo modelo económico, social y empresarial que hoy nos toca vivir. Ser analógico no es ir contracorriente sino una forma más de suicidio empresarial y profesional en el contexto del S.XXI.
  • La transformación digital no es un “asunto” tecnológico sino un proceso organizacional cuyo foco está en las personas, en su talento, en su inteligencia colectiva y en la apertura de sus comportamientos, por lo tanto un asunto que atañe a todos…
  • Para liderar la revolución digital es imperativo replantear con firmeza la propia propuesta de valor del área de RR.HH. No es posible liderar una revolución digital sino se cuentan con las competencias digitales necesarias ni con la apertura mental suficiente para entender los atributos que esconde la nueva forma de hacer y ser empresa. La madurez de la deconstrucción de RR.HH determinará la capacidad para liderar la revolución digital y cultural
  • La revolución digital y cultural es inclusiva y no exclusiva; todos los niveles organizativos pueden (y deben)  jugar un papel fundamental en el proceso de transformación.
  • Es preciso revisar el rol del liderazgo en el proceso de “r-evolución”. La transformación afecta a todos los miembros de la organización pero en organizaciones típica y tradicionalmente jerarquizadas el éxito del proceso de transformación es directamente proporcional al grado de disruptividad de su estilo de liderazgo.
  • Un proceso de transformación digital es probablemente uno de los pilares para afianzar una nueva dimensión en gestión de personas. Si desde RR.HH no se es consecuente con esta aproximación la proposición de valor del área queda en entredicho…

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Son muchos los retos a los que se enfrentan los profesionales del área de RR.HH en estos tiempos de cambio que nos ha tocado vivir, sin duda la  deconstrucción de la propia función y la búsqueda de una nueva propuesta de valor sea uno de ellos, pero es probable que en la medida en que afronten el desafío de liderar el proceso de transformación digital (y cultural) en sus organizaciones estén iniciando en paralelo la reconstrucción de su propia identidad… una identidad que se antoja ubicua, atemporal y como no… digital.

7 principios para liderar (y transformar…) desde la honestidad radical

not trespassingEs una obviedad. Todos sabemos que existe una imperiosa necesidad por cambiar, transformar y evolucionar tanto a nivel individual como organizacional. Cualquier profesional de la economía del conocimiento es consciente de que su entorno y contexto profesional está y estará en permanente estado de cambio. Y también sabemos que el ejercicio de liderazgo es un factor crucial para que una organización tenga capacidad de reacción y agilidad suficiente para adaptarse a los requerimientos de un entorno absolutamente impredecible e inestable.

Desafortunadamente no existe un único modelo válido de liderazgo que permita asegurar con éxito la transformación de una organización. Sin embargo, en un contexto económico y social como el actual, donde la incertidumbre y la ambigüedad son factores dominantes, se antoja más necesario que nunca liderar gestionando la verdad y practicando la honestidad radical.

Esta reflexión no pretende ni puede ser una guía práctica para transformar desde la honestidad, tan solo pretende esbozar una serie de principios sobre los que cualquier profesional y líder que se enfrente en estos momentos a un proceso de cambio y transformación debería reflexionar…

1.- El origen de cualquier proceso de cambio colectivo es la auto crítica individual.

No se puede gestionar un cambio organizativo sin liderar el cambio a nivel individual. Reconocer la necesidad de cambio en uno mism@ es una condición “sine qua non” para contribuir con éxito a un proceso de cambio colectivo. Resulta una obviedad, pero no se puede invitar a cambiar sin demostrar la capacidad de ser radicalmente honesto consigo mismo.

2.- No se puede liderar el cambio desde la falsedad; para transformar con efectividad hay que decir la verdad.

Ocultar la verdad y maquillar la realidad es una práctica demasiado habitual. Sin embargo, si se quiere abordar con efectividad un proceso de transformación es imperativo comunicar la realidad en la que nos encontramos sin tapujos. Descafeinar la realidad no inyecta tranquilidad, tan solo retrasa lo inevitable: cambiar.

3.- Es imposible transformar con éxito desde la coacción, el cambio solo se produce si hay libertad de acción.

El liderazgo autocrático es un mecanismo excelente para la represión… pero una práctica francamente estéril para provocar un proceso de transformación. Un profesional se involucrará en un proceso de cambio si siente que tiene la libertad para hacerlo; por eso coaccionar no resulta una praxis inteligente para transformar.

4.- Para cambiar hay que cuestionar y para poder cuestionar se debe comunicar.

No es posible cuestionar lo que no se conoce. Po eso, existe una íntima relación entre la honestidad con la que comunica una organización su realidad y la medida en como la organización es capaz de cuestionar qué hace y para qué lo hace. Si no se cuenta lo que pasa, lo más probable es que no cambie nada. Si una organización y sus profesionales no se preguntan qué hacen y para qué lo hacen es imposible evolucionar. La capacidad de cuestionar (y evolucionar) es directamente proporcional a la capacidad de comunicar con honestidad.

5.- Las acciones dicen más que las palabras, para transformar hay que dejar de hablar y empezar a actuar.

“Walk the talk” o… el movimiento se demuestra andando. Las organizaciones están repletas de power points bien intencionados en los que se insta al cambio, pero la principal palanca para liderar un proceso de cambio no se encuentra en ninguna presentación, sino en los hechos y acciones observables por parte de quien ejerce el liderazgo. Un líder no influye por decir lo que va a hacer… sino por haber hecho lo que dijo.

6.- La hipocresía es el enemigo público número uno para gestionar cambios con efectividad.

La hipocresía es la actitud de fingir creencias, opiniones o cualidades que no se tienen o no se siguen. No es difícil, sino imposible que una organización y sus profesionales se involucren en un proceso de cambio cuando su liderazgo permite la existencia de cortinas de humo y falsas realidades. Desde una perspectiva de gestión del cambio, es preferible escuchar una verdad incómoda que escuchar una mentira inútil; el cambio se construye desde la honestidad radical.

7.- Para transformar hay que incomodar y para incomodar hay que ser políticamente incorrecto.

Muchas organizaciones y sus líderes se alojan con demasiada frecuencia en la corrección política, articulan sus mensajes tratando de no ofender, de no herir sensibilidades ni egos; sin embargo, un profesional activará sus mecanismos de cambio cuando se vea expulsado de su zona de confort, cuando quien le muestre la realidad no se aloje en la corrección política sino en verdades políticamente incorrectas…

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Una gran mayoría de empresas se enfrentan en la actualidad a profundos procesos de cambio inducidos por el contexto profesional que nos toca vivir. Sus profesionales y líderes son los únicos encargados de gestionar ese proceso de cambio en el que la incertidumbre se convertirá en su nueva zona de confort.

Edulcorar y maquillar la realidad, construir y permitir la existencia de cortinas de humo son, sin duda alguna, prácticas éticamente cuestionables que, además, suponen un claro freno de mano a cualquier proceso de cambio y transformación que pretenda llevarse a cabo con mínimas garantías de éxito.

Por ello y, aunque pueda incluso resultar políticamente incorrecto reflexionar al respecto, es muy probable que la mejor forma de gestionar esta ambigüedad sea liderar (y transformar) practicando en primera persona la honestidad radical, ejerciendo en última instancia el liderazgo de y desde la verdad…

 

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Hacía una nueva dimensión en gestión de personas…

bombillaReinventarse o claudicar… arriesgarse o sucumbir… innovar o, sencillamente… desaparecer. Esta es la realidad incuestionable a la que muchas organizaciones se enfrentan hoy: reconstruir su propuesta de valor para sobrevivir a un mercado cuyo comportamiento ha cambiado porque la sociedad y el comportamiento de las personas ha evolucionado.

Es imperativo entender que esta situación no va de modas… sino de supervivencia… hemos entrado en la era de la reinvención y la regeneración. En estas circunstancias la capacidad de re-construcción pasa inevitablemente por poner el foco en las personas. Una afirmación que no se sostiene en una visión romántica del retorno al humanismo… ni siquiera en un intento por reivindicar el papel fundamental de la casi siempre cuestionada  función de RR.HH… Es preciso poner foco en las personas y en sus capacidades porque las personas son el motor de re-acción para definir, inventar, construir y generar una nueva realidad… sin más.

Por lo tanto, si la reconstrucción de la propuesta de valor de una organización reside en las capacidades de las personas que la forman… la gestión de las mismas adquiere necesariamente otra dimensión  una dimensión que se antoja ostensiblemente diferente (salvo contadas excepciones) de la praxis habitual.

Pero no hagamos demagogia… el área de RR.HH. concebida y entendida como hasta ahora (en la mayoría de empresas), difícilmente podrá convertirse en un catalizador de las capacidades de las personas como mecanismo de re-acción al servicio de la organización.

Es preciso que RRHH resetee su propia propuesta de valor. Por encima de modas y tendencias, poner el foco en las personas en el contexto social, empresarial y tecnológico actual requiere activar sin paliativos, sin excusas y con convicción las siguientes líneas de actuación:

Liderar la digitalización

En la economía del Siglo XXI no habrá generación de valor sin digitalización. Los comportamientos de las personas se desarrollan cada vez más de forma atemporal, ubicua y virtual. La tecnología social es el catalizador de esta nueva forma de comportarse y de relacionarse. Poner el foco en las personas implica liderar el proceso de digitalización de la organización.

Optimizar la diversidad generacional y cultural

En las sociedades más longevas la convivencia de Baby boomers, Xers (nacidos en la Generación X) y Millennials ya es una realidad. Igualmente la globalización y el impacto de los flujos migratorios han convertido a la mayoría de empresas en auténticos mosaicos culturales y raciales. La complejidad se debe contrarrestar con diversidad… y, en este contexto, un gestor de personas debe ser ante todo un agente que optimice la diversidad y la heterogeneidad.

focoPotenciar la conectividad del talento.

No bastará con identificarlo… y, muy probablemente de nada servirá retenerlo… la nueva dimensión en materia de talento es su conexión. Poner el foco en las personas implica construir y desarrollar comunidades y plataformas de talento, en las que los profesionales se expresen con libertad, se relacionen entre sí y lleven a cabo conexiones en las que la combinación de sus habilidades y capacidades impacten en el negocio.

Liberar y practicar la desobediencia inteligente

RR.HH debe, como función, dejar de penalizar los pensamientos divergentes y comprender la riqueza que alberga una actitud inconformista, irreverente y que se revela contra lo establecido. Es preciso identificar competencias tradicionalmente estigmatizadas como la desobediencia inteligente y construir espacios donde esta se manifieste para generar valor.

Fomentar la redarquía del conocimiento

Se impone la necesidad de identificar el conocimiento instalado en la organización y definir mecanismos para que este se disemine a través de las redes formales e informales. Focalizarse en las personas requiere focalizarse en el intercambio de conocimiento utilizando la tecnología social y las comunidades virtuales. La capacidad de reaccionar en un contexto en permanente cambio es directamente proporcional a la capacidad para promover la gestión del conocimiento en red.

Promover la integración Vs la exclusión: “Y” Vs “O”

Vivimos en la era de la integración y la inclusión. La función de personas debe fomentar la hibridación e integración de opciones y alternativas; liderar el maridaje de nuevos conceptos, innovando desde la inclusión y la integración. En un mundo cada vez más complejo, lo que excluye resta valor… y, en contrapartida, lo que integra incrementa valor. Si RR.HH. quiere focalizarse en las personas debe impulsar los procesos de integración e inclusión dentro de la organización.

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Re-construirse para liderar la re-acción, renovarse para impulsar la re-construcción… una afirmación que esconde mucho más que un juego de palabras…

No deja de ser una paradoja que la renovación del área de RR.HH consista en volver a poner el foco en las personas y en sus capacidades, un foco, que muy probablemente nunca debería haberse abandonado…

En la actualidad, muchas empresas dependen de su capacidad para reinventar literalmente su propuesta de valor. Su supervivencia está en manos de las habilidades de sus profesionales, de su talento, de su capacidad para relacionarse e innovar.

Liderar la digitalización, optimizar la diversidad, potenciar la conexión del talento, practicar la desobediencia inteligente, fomentar el conocimiento en red y promover la inclusión son algunos de los itinerarios y caminos que la función de RR.HH debe emprender para volver a focalizarse en las personas ya que en ellas reside la supervivencia de la mayoría de organizaciones en un contexto que reclama con urgencia una nueva dimensión en gestión de personas…

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8 claves para transformar la incertidumbre en tu zona de confort

marionetas_del_mundo____by_killerofpupets-d386wgoEstos tiempos de cambio, convulsión y ebullición social, económica y tecnológica han puesto del revés la situación de falsa estabilidad en la que muchos profesionales y organizaciones vivían.  Los cimientos y pilares que sostenían los paradigmas de unos y otros se han tambaleado de forma sobresaliente, y, en muchos casos, se han venido abajo literalmente.

Hemos vivido la tormenta perfecta que ha arrasado el atrezzo que decoraba nuestra comodidad y tranquilidad profesional y personal. Aunque se ha convertido en un tópico, lo cierto es que la debacle económica se ha llevado por delante sin contemplaciones (entre otros…) el paradigma de la seguridad profesional y el del empleo para toda la vida.

Aunque resulte una paradoja, aquellos profesionales que vivieron en primera persona los efectos de la riada cuentan hoy con una ventaja competitiva frente a aquellos que consiguieron sobrevivir agazapados a los efectos devastadores de la “des-coyuntura” económica.

Los primeros, tuvieron que enfrentarse al día después, al encogerse del hombros, al preguntarse ¿y ahora qué?,  a la reconstrucción de su identidad profesionalmente y a la reparación de su auto-estima emocional, a la incómoda pero necesaria conversación(es) con su ego, y finamente a la desconcertante pero apasionante aventura de aprender a caminar de nuevo…

Aunque muchas personas siguen sumidas en ese proceso de rehabilitación y reconstrucción, para muchas otras, la crecida que les llevó por delante les ha permitido resurgir como el ave fénix o, en el mejor de los casos, darse una segunda oportunidad en su vida profesional, y, sobretodo, ser conscientes de que su zona de confort,  la que les protegió durante años, resultó ser un espejismo, un falso llano, una, paradójicamente, incómoda ilusión…

Los segundos, son todos los demás, los que consiguieron agarrarse al proyecto estratégico de turno, los que no tenían su función duplicada, a los que alguien les tendió la mano in extremis, los testigos de la riada que siguieron acudiendo a su trabajo cada mañana, quizás con algo menos de ilusión y más dudas, quizás con menos expectativas y más temor del necesario…

Ahora que el mercado se despereza es tiempo de hacer balance, pero sobretodo es tiempo de aprendizaje. Da igual que sea un tópico, también es una incómoda verdad: La incertidumbre es la nueva zona de confort. Una verdad que descubrieron en primera persona aquellos a los que se llevó la corriente y que deberían haber aprendido aquellos que la resistieron a duras penas…

Si sabemos que los ciclos económicos cada vez serán más frecuentes y probablemente más agudos e intensos; si sabemos que los cambios son cada vez más rápidos y menos previsibles, entonces también sabemos que la supervivencia profesional en el S.XXI pasa obligatoriamente por hacer de la incertidumbre la nueva zona de confort.

No te preguntes ¿por qué?, sencillamente pregúntate ¿cómo? Cualquier profesional tiene capacidad para hacer de la incertidumbre su particular zona de confort. Pero para ello es preciso huir de la comodidad y estar dispuesto a vivir situaciones no confortables.  No existen fórmulas mágicas… estas son tan solo algunas incomodas sugerencias…

  • Dibuja tu perímetro de comodidad; ¿qué te resulta sencillo?, ¿qué disciplinas, materias y conocimientos dominas?; para romper la comodidad es primordial delimitarla adecuadamente.
  • Muestra tu vulnerabilidad; si te acostumbras a vivir protegido en un búnker no sabrás como buscar apoyos pero en la era de la incertidumbre no podrás vivir sin ellos.
  • Trata de alcanzar tus objetivos con menos recursos aunque a priori cuentes con ellos; entrena tu habilidad para hacer más con menos aunque te resulte más complicado; precisamente, se trata de eso…
  • Relaciónate con personas y comunidades donde no seas la fuente de conocimiento. Te servirá para desarrollar tu capacidad de aprendizaje, una característica esencial para sobrevivir en la era de la incertidumbre.just do it
  • Dí más veces SÍ a lo que te incomoda y renuncia con más frecuencia a lo que no te genere cierta tensión… puede que no sea agradable, precisamente por eso será más efectivo.
  • Di más veces NO a lo que te resulta conocido y confortable, cada oportunidad para estar cómodo es un coste de oportunidad para desarrollar la resiliencia que necesitarás para sobrevivir en un contexto donde la certeza es una quimera.
  • Mira la incertidumbre desde otras perspectivas. Cuestiona más la realidad actual y no des las cosas por sentadas. Cuanto más desarrollada esté nuestra capacidad para entender la ausencia de certezas mayor será la probabilidad de que sobrevivamos sin ellas.
  • Chequea tu nivel de resistencia a la frustración a través de la opinión de personas que te ofrezcan una crítica constructiva. Permite que otros te indiquen cómo evoluciona tu habilidad para sobreponerte a situaciones complicadas e inesperadas.

De ahora en adelante nuestro entorno profesional siempre estará repleto de interrogantes y vacío de certezas. En los próximos años viviremos una realidad económica más favorable tras la que sin duda habrá nuevas tormentas perfectas. Sería un error reconstruir el espejismo del paradigma de la seguridad,  olvidarnos de la necesidad de aprender a aprender y dejarnos atrapar en la jaula de oro que representa nuestra zona de confort.

La incertidumbre y el cambio serán nuestro hábitat natural, esa es la única certeza, cualquier profesional tiene en su mano la capacidad de cortar los hilos que nos convierten en marionetas de la incertidumbre, y, en su lugar, desarrollar la habilidad para habitar en ella con absoluta incomodidad…

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