Sobre personas y organizaciones

Autor: Andrés Ortega Pagina 29 de 39

HR Director & Social Networker
Sociologist & Blogger / Sociólogo & Blogger
HR 2.0 Pionner Agent / Dinamizador de entornos RR.HH. 2.0
Inconformista, Convensador y Barman de Ideas / Nonconformist, Speaker and Ideas Barman

El “sex appeal” de la innovación Vs La erótica del poder

Una realidad incontestable…

Que las Organizaciones se encuentran en un profundo proceso de cambio es sin duda un secreto a voces. Y que el modelo de organización hacía el que avanzamos se gestionará de una forma completamente diferente a la que hoy conocemos resulta una verdad incontestable. ¿Por qué?

– Somos miembros de un mercado global ultra-conectado, cada rincón del mundo esconde potenciales clientes, proveedores y colaboradores que se relacionan entre sí en tiempo real.

– “Anticiparse al cambio” es un concepto obsoleto, los negocios, las operaciones, la comercialización, la gestión de las relaciones a cualquier nivel se desarrolla en y durante el cambio constante.

– La información ya no es poder. La vertiginosidad  con la que esta se propaga a través de las redes sociales conocidas hoy (probablemente solo la punta del iceberg de este fenómeno en los próximos años) ha transformado la manera de establecer relaciones entre los diferentes stakeholders del mundo organizativo y de cómo estos comparten y hacen uso de la información.

– Las organizaciones son diversidad representada a través de un mosaico generacional y multicultural materializado en diferentes formas de ver y comprender la realidad.

La erótica del poder Vs el “Sex appeal” de la innovación y la creatividad

Esta es la realidad  irrefutable, innegable e incontestable  a la que se enfrentan las organizaciones en este preciso instante. Este es el panorama en el que los líderes organizativos tendrán que llevan a cabo su gestión.

La erótica del poder puesta de manifiesto a través de  un estilo de liderazgo tradicional, de ordeno y mando, ya no supone un modelo válido para liderar este nuevo marco organizativo.

El mayor conocimiento y el acceso exclusivo a información “privilegiada” ya no son el elemento diferencial que permite afianzarse en el poder y atraer a las masas a través del erotismo que este emana. El líder de pedestal de mármol que dicta cátedra y sentencia está en declive. Su poder ya no atrae a la plebe organizativa, su erótica está en horas bajas. La rebelión “pacífica” de las masas organizativas,  auspiciada por la incontestable realidad descrita anteriormente se ha ido fraguando progresivamente.

La erótica del poder del “Manager” de la vieja escuela toca a su fin, la plebe organizativa cada vez más informada, infinitamente conectada,  reclama, reivindica y precisa una nueva forma de ser seducida.

La organización del siglo XXI y sus profesionales, sucumbirán a los encantos de un liderazgo cuyo atractivo  radique en la manera en cómo se utiliza la creatividad y la innovación como principales armas de seducción masiva.

Los profesionales se rendirán al “sex appeal” de aquellos líderes que…

– Provoquen entornos organizativos dinámicos, flexibles, ágiles dónde fluya el conocimiento.

– Permitan espacios de generación y experimentación de ideas…, de creación.

– Inviten a sus colaboradores a implementar nuevos procesos, proyectos, modelos, formas de hacer, probar, errar y reintentar… innovación en estado puro.

– Compartan y hagan compartir información sin compartimentos estancos.

– Alienten el aprendizaje constante como forma de desarrollo y fuente de motivación.

– Se cuestionen el status quo permanentemente.

– Fomenten la interacción en abierto de todos los miembros de la organización.

Lo que la realidad esconde…

Los profesionales y las organizaciones necesitan imperiosamente de la creatividad y la innovación para activar de nuevo la generación de valor, para desmarcarse de la competencia y para alcanzar el éxito en forma de beneficio y productividad, algo que nunca dejó de ser el objetivo final.

El entorno global hiper-conectado que habitamos,  en el que anticiparse al cambio ya no supone una ventaja competitiva tanto como gestionar en y desde el cambio permanente, en el que la información se propaga a velocidades ultrasónicas y en el que la organización equivale a diversidad, esconde una obviedad… en la Organización del S XXI la erótica del poder, será reemplazada por el «sex appeal» de la innovación y la creatividad.

Una dimensión organizativa sin límites, Matrix: ¿Realidad o Ficción?

Existen, en términos de gestión de personas y organizaciones dos universos paralelos. Dos realidades, a priori, no conectadas.

La realidad cotidiana

Por un lado está nuestra realidad “conocida”, la que vivimos a diario en nuestro entorno profesional. Una realidad que dominamos y conocemos, más allá de las pequeñas incertidumbres y cambios que suelen asaltar, cada vez con más frecuencia, nuestra zona de confort.

En esta realidad cotidiana nuestra maniobrabilidad, nuestra capacidad de hacer diferente, de innovar, de inventar, de crear procesos, proyectos y organizaciones de otro tipo, se limita a las habilidades y libertades con las que hemos crecido profesionalmente. Es una realidad limitada a las dimensiones conocidas del espacio y el tiempo. Representadas por las estrecheces que suponen nuestras estructuras organizativas, las descripciones y catálogos de puestos, las líneas de “reporting” rígidas, verticales, horizontales, arraigadas, ancladas y el modelo de liderazgo tradicionalista, austero, conservador, temeroso a la hora de dejar fluir las ideas…

Aunque parece haber excepciones, la mayoría de organizaciones y profesionales viven esta realidad durante todo su devenir profesional, sin tan siquiera conocer la existencia de otro universo que transcurre de manera paralela a esta “cotidianeidad”.

La otra dimensión

Sin embargo, existen Organizaciones y profesionales que parecen haber descubierto un código capaz de transportarles a una realidad dimensionalmente diferente. Una realidad, en la que es posible llevar a cabo una gestión de organizaciones y  personas con un despliegue de capacidades indescriptible y, por supuesto, impensable en nuestra “realidad organizativa cotidiana”. Un universo donde los límites conocidos de la gestión de personas, se diluyen, dejando paso a un plano dimensional en el que podemos ejecutar todo tipo de acciones, implementando prácticas, procesos y proyectos aplicando libremente, previa proyección y visualización de las mismas, todo tipo de habilidades de management y liderazgo.

Un Matrix organizacional en el que podemos “jugar” con la organización, deformarla a nuestro antojo, estirarla, encogerla, aplanarla y hacerla circular; una dimensión en la que los Managers y Líderes despliegan todo su arsenal cognitivo para interactuar en abierto con el resto de profesionales, a quienes permiten liberar al mismo tiempo todo su potencial trabajando en entornos líquidos, sin departamentos estancos, hibridando formas de colaboración y cooperación imposibles. Una realidad sin límites dimensionales ni de ningún otro tipo. Se trata de un Matrix organizativo en el que todo cabe, tan solo hay que proyectar la voluntad de acción y ponerla en práctica, para alcanzar y materializar los objetivos y mejorar los resultados de la organización al tiempo que los profesionales desarrollan ilimitadamente sus habilidades

 La puerta a la nueva dimensión…

Superando la ficción que supone la fantástica película que lógicamente inspira esta reflexión, lo cierto es que existen dos universos organizacionales y conceptuales dimensionalmente diferentes, incluso antagónicos.

La irrupción de las redes sociales y de la virtualidad que las envuelve podría considerarse la ventana o la puerta a una nueva dimensión en términos de gestión, debido a la forma en la que se plasman las ideas y conceptos que fluyen vertiginosamente por su virtualización. Los profesionales que se asoman a esta realidad se exponen a una contaminación conceptual aparentemente positiva. Mientras están “virtualmente conectados”, asomados a las ideas, conceptos, formas de hacer diferentes que fluyen por la red, toman consciencia de sus capacidades y posibilidades… llegando incluso a sentirse “los elegidos”… visualizando e imaginando nítidamente una realidad organizativa a-dimensional, maleable a su voluntad, dónde despliegan su capacidad para proyectar y llevar a cabo prácticas “imposibles”… intra-emprendimiento, liderazgo 2.0, organizaciones ultra-flexibles, entornos colaborativos abiertos… la hiper-conexión es en ocasiones tan potente, que genera la sensación de estar viviendo realmente en esa nueva dimensión organizativa…

¿Ficción o Realidad?

Sueño o realidad… Realidad o Ficción… Ficción o Ensoñación… El regreso a la realidad cotidiana suele ser traumático… la intensidad de la conexión nos devuelve agotados conceptualmente tras proyectar y experimentar nuestras ilimitadas capacidades…

Aunque quizás sea nuestra realidad organizativa cotidiana la que nos deja secuelas emocionales, y físicas, la que oprime hasta el infinito nuestra capacidad de hacer diferente, impidiendo a base de delimitaciones ficticias e inventadas nuestra conexión con otro plano dimensional de gestión… completamente real…

Quizás, aquellos que se asoman y conectan a la otra realidad, traspasando y experimentando per se esa dimensión ilimitada de gestión,… aquellos que se saben capaces de liderar y gestionar desplegando habilidades y conceptos imposibles… quizás sean ellos “los elegidos” para transformar la realidad organizativa cotidiana en una dimensión ulterior, en un matrix organizativo ilimitado hoy ya al alcance de todos… pero al que solo unos pocos son capaces de asomarse formando parte de él….

Para terminar, os dejo, una de las mejores escenas de la película Matrix…¿pildora roja o azul? 

                                                                                             

Inconquistable, Invencible… INVICTUS

Vivimos momentos turbulentos, en los que la incertidumbre marca nuestro día a día. Nuestro hasta hace poco,  sólido y cómodo entorno, se transforma a cada minuto en una realidad que resulta difícil de descifrar.

Esta es la realidad del panorama profesional que nos está tocando vivir desde hace unos años y a la que nadie se atreve a poner fecha de caducidad. Probablemente porque no la tenga y simplemente tengamos que adaptarnos a un nuevo entorno, a un nuevo esquema de relaciones profesionales gobernadas, sencillamente, por unos parámetros diferentes.

Muy probablemente también, muchos de los que hoy leemos esta entrada nos enfrentaremos dentro de un tiempo ante la necesidad de desarrollar una ocupación profesional que poco tiene que ver con la que desempeñamos en la actualidad.

Esta reflexión no pretende hacer saltar las alarmas, hace tiempo que están dadas y accionadas. Las sirenas en forma de mensajes negativos, casi apocalípticos, sobre nuestro futuro económico, social y por ende profesional nos asedian tan pronto como nos despertamos.

Asistimos a un éxodo de talento a nuestro alrededor, como si la huida en busca de la tierra prometida fuese nuestra única escapatoria, cuando, quizás, la opción, es trabajar la tierra que pisamos de forma diferente a como veníamos haciéndolo hasta ahora.

Sin embargo, muchos profesionales prefieren seguir llevándose las manos a la cabeza, o utilizarlas para taponarse los oídos o para taparse los ojos, en lugar de utilizarlas para construir en positivo su futuro.

Inexplicablemente, no somos conscientes de la inmensa suerte que tenemos. En otro tiempo, la “amenaza” del cambio nos habría cogido por sorpresa, pero ahora el tiempo juega a nuestro favor. Estamos advertidos desde hace tiempo. Somos plenamente conscientes de que el terreno que tenemos ante nosotros y que espera nuestros pasos es pantanoso, inestable, irregular…abrupto.

Todos, sin excepción, poseemos competencias y destrezas suficientes para hacer frente a esta situación;  Nuestra voluntad, nuestra infinita capacidad de imaginación e innovación, nuestra capacidad de adaptación al entorno, y nuestra habilidad para establecer relaciones y alianzas, son ahora nuestros mejores aliados; herramientas en última instancia, que ya están en nuestro poder y que tan solo requieren ser accionadas y puestas en práctica…

INVICTUS

En la noche que me envuelve

negra como un pozo insondable

doy gracias al Dios que fuere

por mi alma inconquistable

 

En las garras de las circunstancias

no he gemido, ni llorado

Ante las puñaladas del azar,

si bien he sangrado, jamás me he postrado

 

Más allá de este lugar de ira y llantos

Acecha la oscuridad con su horror

No obstante la amenaza de los años

me halla, y me hallará, sin temor.

 

Ya no importa cuán recto haya sido el camino

ni cuantos castigos lleve a la espalda

Soy el amo de mi destino

Soy el capitan de mi alma

El poeta inglés William Ernest Henley escribía INVICTUS en el año 1875 mientras se recuperaba de la amputación de una pierna tras una larga lucha contra la tuberculosis; es también el poema que Nelson Mandela  se recitaba una y otra vez en los peores y más dramáticos momentos durante sus 27 años  de encarcelamiento (1962-1990) por su lucha contra el racismo y el apartheid.

Nuestra realidad hoy, está alejada del sufrimiento en los que estos versos cobraron significado. Sin embargo, la situación económico-social que vivimos, representa nuestras particulares garras de las circunstancias, la oscuridad que acecha es equivalente al horizonte incierto al que nos enfrentamos, la rectitud del camino y los castigos en la espalda suponen un inquietante paralelismo con los ajustes y sacrificios a los que nos venimos enfrentando desde hace tiempo…

Pero hoy, sin necesidad de buscar analogías, al igual que sucedía en 1875 o entre 1962 y 1990 seguimos siendo los únicos capaces de gobernar nuestro futuro, actuando en nuestro presente. INVICTUS nos evoca como pocos poemas la infinita capacidad humana de crecerse ante la adversidad, haciendo frente a los problemas a través de la fe y una profunda convicción en las propias capacidades del ser humano.

Nuestra actitud hoy debe ser invencible…, inconquistable; las acciones que decidamos llevar a cabo desde este instante serán las que determinen en qué medida nos convertiremos en esclavos… o amos de nuestro destino (profesional…y personal) y si actuamos como soldados rasos de nuestra alma o capitanes de la misma…

Nelson Mandela nació el 18 de Julio de 1918, hace exactamente hoy, 94 años…y sigue siendo con casi total seguridad, amo de su destino…

Shopping Talent… «de Prada” a las “Rebajas”

Identificar e incorporar a un profesional que aporta las características, motivación y experiencia que se amoldan a la perfección a un proyecto determinado en un momento organizativo concreto, no tiene precio…

Esta debería ser la premisa con la que los empleadores deberían asomarse al mercado a la hora de reclutar el talento necesario. Su principal y único cometido debería ser localizar al profesional más adecuado para un proyecto, tarea, o responsabilidad determinada en base a las circunstancias organizativas existentes; teniendo siempre en mente el momentum profesional en el que se encuentra ese profesional y como entronca su expectativa de desarrollo a corto y medio plazo.

¨¿Cuánto me cuesta?” debería ser una pregunta fuera de debate, necesariamente  aparcada durante el proceso de identificación y captación del talento requerido.

Sin embargo, en la mayoría de situaciones, no solo no se parte de esta premisa, sino que sucede todo lo contrario. La gran mayoría de organizaciones antepone la limitación del “coste” al precio que en realidad acabaremos pagando si no hacemos un “matching” perfecto que tenga en cuenta los aspectos arriba mencionados. Pero esta degeneración del target inicial, suele ser un proceso progresivo…

El Talento viste de Prada

En primera instancia, el instinto organizativo pivota entorno a un loable objetivo: incorporar al profesional que realmente suponga el matching perfecto… cueste lo que cueste!

De tal suerte que, en muchas, quizás demasiadas ocasiones, las organizaciones deciden regresar a casa con las manos vacías, pero con los dientes arañando el suelo tras pasear por las calles que alojan las más preciosas boutiques y que recogen en sus escaparates los últimos modelos y tendencias, pero que, desafortunadamente, están fuera del alcance de su limitado presupuesto. El profesional que nos gusta viste de Prada…

De visita al  “Mall”

Tras digerir la frustración que implica regresar de vacio…,  hacemos el correspondiente ajuste en nuestro target. Comienza el sacrificio de requisitos y habilidades requeridas. Comenzamos a prostituir nuestro target inicial, acomodando el perfil profesional que necesitábamos (y que seguiremos necesitando) a una percha que se adapte a nuestro armario. Segundo intento. Nos vamos “de compras” de nuevo, en esta ocasión al Centro comercial del extrarradio y esta vez con un presupuesto perfectamente delimitado en nuestra tarjeta de crédito…

Esta acotación supone una clara limitación a la identificación del profesional que se adecúe a nuestras necesidades. El objetivo, sigue siendo igual de loable, el target del empleador sigue siendo hacer un “matching” perfecto, pero en un mercado más concreto, nuestro universo de “compra” ya no es la totalidad del mercado; adquiriremos nuestro producto dónde compra la mayoría de las Organizaciones, sabiendo que encontraremos profesionales de gran calidad, pero que no vestirán a la última en materia de talento.

No obstante, la situación económica que vivimos en la actualidad hará que en ocasiones las Organizaciones regresen de vuelta otra vez con las manos vacías. Incluso los profesionales que encontramos en los escaparates de las principales franquicias nos resultan “caros”. Creíamos que el mercado había hecho un ajuste en los precios de los modelos de la “temporada pasada”, pero no es así, siguen estando igual de caros. Es preciso replantear la estrategia para renovar el armario.

De rebajas…

Y, mientras tanto, la temporada se acaba y la Organización se ve abocada a las prisas, con una diferencia, ahora la presión es mayor… el cambio de estación se aproxima y seguimos con la percha vacía; hay que comprar a toda costa, curiosamente, “cueste lo que cueste” , eso sí, en las rebajas; se trata de salir al mercado para encontrar el saldo, la oportunidad de oro en forma de profesional amontonado, cansado de que lo manoseen para ver el precio que se oculta tras su etiqueta. Los profesionales, en tiempo de rebajas, se convierten en un 2×1, en un lleve 3 y pague 2, en un: “por este precio”…aunque no sea el modelo que estoy buscando, seguro que se puede hacer algún ajuste, retocar los bajos o mover los botones… al final verás cómo nos sienta como un guante”.

De esta manera muchas organizaciones van prostituyendo de manera progresiva la loable intención de incorporar al profesional más idóneo, aquel que habían imaginado en sus mejores sueños,  y que suponía nuestro traje a medida, aquel que nos permitiría ir a la última, organizativamente hablando.

La coyuntura de mercado que atravesamos contribuye con suma facilidad a que una Organización inicie su andadura visitando boutiques de primer nivel que normalmente albergan a los profesionales que nos asegurarían ir a la última (aunque existen colecciones que también son infumables…) para, acabar pasando por el shopping center repleto de franquicias cómo mercado común y más transitado y en muchas ocasiones acabar “adquiriendo” el ofertón en las rebajas de temporada…

Sin embargo, y aunque la situación que vivimos ha puesto a magníficos profesionales que fueron “prêt a porter” contra las cuerdas, somos muchas veces los propios profesionales quienes nos hemos auto-etiquetado como profesional en rebajas, otorgándonos a nosotros mismos la condición de “2×1”, avocados por la necesidad de un cambio o de regresar a la actividad profesional a cualquier precio… olvidándonos, de que en ambos casos, tanto para el profesional como para la Organización… lo barato acaba resultando muy caro… en términos de resultados o de carrera profesional…

Os dejo un video extraído de la película “El diablo viste de Prada”…

  

El punto G y el mito del Talento en la red

Desde tiempos inmemoriales numerosos investigadores, pensadores y exploradores de todo tipo y condición, han debatido, sin aparentemente una conclusión definitiva, sobre la existencia o no del “Punto G” en la sexualidad femenina…(y masculina). Su nombre se le otorga en honor del ginecólogo alemán Ernst Gräfenberg, quien afirma su “descubrimiento” a mediados del Siglo pasado.

Cómo directivo de la función de gestión de personas, y… refiriéndome al Talento, siempre he tenido la sensación de ser una especie de explorador en su búsqueda.

La reciente eclosión de las redes sociales virtuales y su cada vez mayor aplicación a la tarea de reclutamiento sumada a esa concepción de “explorador”…  me sugiere la existencia de un curioso paralelismo entre el Talento y el Punto G…

El Porqué de esta excitante metáfora…

El debate hoy en día gira entorno a dirimir si el talento puede o no encontrarse en la red…como si del Punto G se tratase; en este terreno, el talento parece estar oculto, rodeado de misterio y aparentemente al alcance de muy pocos…solo de aquellos que decidan explorar a conciencia y con delicadeza un territorio cuasi-virgen.

Al parecer, la mayoría de profesionales, no solamente los buscadores de talento, coinciden en que cuando una organización es capaz de identificar a la persona correcta, para el proyecto concreto en el momento exacto, se produce una especie de alineación planetaria que equivaldría a un éxtasis organizativo traducido en compromiso, productividad y alto desempeño.

La identificación del talento de un profesional en el entorno organizativo tangible y su adecuación a un proyecto concreto en un momento determinado, resulta, a priori, un “orgasmo” organizativo fácilmente alcanzable, debido a la cantidad de herramientas y procesos al alcance de aquellos que se dedican en cuerpo y alma a la cuadratura del círculo.

El reto radica, sin duda, en identificar ese talento cuando abandonando el plano organizativo real nos adentramos en el entorno profesional virtual, repleto de conexiones, ideas, aportes e interacciones de todo tipo; entonces es cuando el orgasmo que provoca la identificación del talento en modo 1.0, se torna, cuando menos, cuestionable y los profesionales especializados nos planteamos si la  dimensión 2.0, nos permitirá descubrir e identificar ese Talento, que parece convertirse en el Punto G por descubrir tras la anatomía que conforma la red…

La falta de herramientas adecuadas, quizás simplemente la falta de práctica, incluso, puede que el mero agnosticismo hacia el entorno 2.0, por parte de los tradicionales rastreadores de talento en su versión 1.0 pueden ser algunas de las causas que justifican las dudas razonables acerca de la posibilidad de dar con el punto G en un territorio desconocido.

Personalmente, muy alejado del agnosticismo, considero que el Talento, entendido como esa habilidad/es que cualquier persona posee para llevar a cabo una tarea de forma excepcional al resto, puede ser ubicado e identificado en el entramado que conforman las redes sociales.

Pero su localización, al igual que sucede con el mítico Punto G, requiere una aproximación diferente; el rastreador de talento deberá adentrarse con cuidado, incluso con mimo, liberarse de sus prejuicios y acariciar la profundidad de la red estableciendo interacciones en abierto, de manera constante, en tiempo real, preguntando, descubriendo habilidades en base a comportamientos, interacciones, ideas, iniciativas y opiniones, hasta finalmente dar con él.

Las redes sociales, albergan con total seguridad profesionales cargados de talento, un talento que, al igual que sucede con el sensual y sexual Punto G , una vez descubierto, puede llegar a ofrecer un orgasmo organizativo mucho más intenso que el propiciado por la identificación del talento de manera convencional… pero hay que liberarse de los prejuicios y del agnosticismo que duda de su existencia.

Pagina 29 de 39

Funciona con WordPress & Tema de Anders Norén