Sobre personas y organizaciones

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Sin ética no hay compromiso

Vivimos una situación de quiebre emocional organizativo de forma generalizada. La pandemia de COVID19 ha sacudido todos y cada uno de los rincones del planeta sin excepción.

Desde hace unos meses casi la totalidad de empresas son testigos del deterioro de sus cuentas de resultados y del desgaste de un porcentaje no minoritario de sus profesionales.

Es la segunda crisis económica importante en una década.

Conscientes de lo crucial que es ahora “arrimar el hombro” “go the extra mile” “tomar la iniciativa”, un gran número de directivos se han instalado en la idea de que las personas son lo más importante en las organizaciones que gestionan. En cierto modo casi ofende que sea así, porque eso puede ser síntoma de que en el pasado no lo fueran.

 

Como se hizo en la anterior crisis, recurrimos a la idea de que la nueva economía en esta desconocida nueva normalidad que nos envuelve justifica más que nunca el retorno al humanismo; que la “nueva normalidad” será implacable con aquellas organizaciones que no ensalcen la figura de la persona, que ha dejado de convertirse en un recurso para ser la célula fundamental del sistema productivo.

Y mientras el tsunami coge fuerza y velocidad desde las empresas (ni siquiera desde todas) nos empeñamos en poner en marcha todos los engranajes posibles para que ahora, las personas, cobren protagonismo y se conviertan en el epicentro de las presentaciones corporativa. Porque ahora lo importante es gestionar el compromiso para seguir a flote.

También parece que ha llegado la hora de desterrar términos como talento y liderazgo que durante tantos años fueron la piedra angular de la gestión de los recursos humanos en muchas organizaciones… porque ahora todo debe orbitar entorno a ese mantra llamado persona… y corremos el riesgo de olvidar que el liderazgo siempre será necesario para activar el talento que todos portamos.

Por más que sean términos manoseados hasta la saciedad… me resisto a guardarlos en el baúl de los recuerdos. Hay conceptos que nunca pasan de moda…

Necesitamos más que nunca creer en el binomio digital-persona porque para alcanzar resultados en esta nueva realidad hay que abandonar a la desesperada el pensamiento analógico.

Estamos obligados a digerir la aceleración sin precedentes de la transformación digital a golpe de trabajo en remoto, de programas de upskilling, de experiencias de empleado top y, como no, modelos de “change management” y liderazgo para, una vez más, potenciar el compromiso.

Asumimos que todos estos mecanismos activarán el máximo nivel de “engagement” de las personas y, por lo tanto, harán saltar la chispa que encienda el desarrollo del nuevo producto o servicio que nos saque del atolladero, volviendo a liderar el ranking de la industria correspondiente. Creemos que las nuevas tendencias en gestión de RRHH, serán el bálsamo de fierabrás que nos ayude a tirar de riñón en este inesperado “Tourmalet”.

Y mientras inventamos términos que marcarán las tendencias de la gestión de personas en un futuro inmediato (ciertamente algunas necesarias) que reemplacen a las obsoletas prácticas, podemos no caer en la cuenta de que puede que haya un elemento tan sencillo como determinante e imperecedero para conseguir que las empresas consigan misiones imposibles a través de sus personas.

Porque mientras la digitalización nos engulle, mientras construimos nuevos conceptos, mientras sepultamos las practicas asociadas a la economía industrial… no debemos ni podemos olvidarnos de la ética, del valor de hacer lo moralmente adecuado, del impacto que supone predicar con el ejemplo, de la imperiosa necesidad de trabajar con la verdad sin maquillar la realidad, de la virtud que supone la honestidad en primera persona, de entender que conseguir el bien común está por encima de cualquier interés individual. De ser ecuánime. En definitiva, del valor incalculable que esconde la ética para generar compromiso.

Las grandes proezas organizativas nunca tendrán lugar solamente por ser vanguardistas, ni mucho menos por jubilar anticipadamente los conceptos apolillados en el baúl de los recuerdos del management… sino más bien por actuar con una ética inquebrantable, férrea y honesta.

Por parte de todos. Pero, sobre todo, por parte de aquellos que en estos días de nueva normalidad tienen la enorme responsabilidad de ser un referente para los demás.

Porque no lo olvidemos, sin ética, no hay compromiso.

No habrá cambio sin compromiso: 10 +1 comportamientos de ayer, hoy y siempre

pinya-castellera1-300x300Progresivamente más y más empresas entienden que los modelos y paradigmas en los que se apoyaban para construir su gestión de RR.HH. chirrían y provocan ruido en la acústica organizativa, los tradicionales procesos y procedimientos ahora resultan notas discordantes en el nuevo marco que se está desarrollando. Es hora de acompañar el cambio a través de la innovación en gestión de personas…

Mientras todo esto sucede, conseguir el compromiso de la organización sigue siendo la búsqueda del santo grial de la mayoría de directivos y departamentos de RR.HH., quienes, en muchos casos obligados por las circunstancias, se han pasado de frenada desequilibrando notablemente la balanza entre lo exigido y lo ofertado…

El resultado: organizaciones mermadas en sus recursos, colaboradores pasados de vuelta mirando al cielo a ver si escampa o con la cabeza bajo tierra para no ser los siguientes en visitar el paredón del ajuste organizativo, managers que se encogen de hombros, talento y potencial en estampida y directivos que se llevan las manos a la cabeza preguntándose si es posible poner freno a este sinsentido y desorden que desangra su capital humano, mientras reclaman a sus departamentos de RR.HH. fórmulas magistrales para salir del atolladero de la desmotivación. Vamos…un auténtico drama.

Pero no todo está perdido…aún extenuados en el proceso de búsqueda de soluciones exotéricas que invoquen de nuevo el buen rollo y despierten el compromiso de la organización, líderes, managers y, en general, cualquier profesional con responsabilidad sobre personas deben activar o re-activar (si es que dejaron de hacerlo) los siguientes comportamientos que fueron, son y serán diferenciales cuando se trata de impulsar el compromiso…

10 + 1 comportamientos de ayer, hoy y siempre…

Preocúpate de conocer a tu gente. Quienes son, sus hobbies y aficiones, que les importa, sus anhelos y expectativas, sus preocupaciones…tanto profesionales como personales, pregúntales que tal les va y que necesitan…

Muéstrate cercano… date a conocer, deja entrever que hay detrás de esa careta de Líder y Manager que las circunstancias te han otorgado. Tu equipo necesita saber que eres humano…

Practica la honestidad como un principio irrenunciable. No ocultes la realidad, ni la maquilles, aunque pueda parecer increíble, a la gente no le gusta sentirse engañada o estafada…

Trata a tus colaboradores con el máximo respeto siempre por encima de las circunstancias. Destierra el menosprecio y actúa siempre con una ética intachable…

Se humilde, ser líder o manager no te otorga la sabiduría total. Asumir que siempre existe la posibilidad de aprender algo de la gente que te rodea es contrario a nuestro ego…pero es una práctica que estimula el compromiso; permítete aprender de los demás a través de tu humildad…

No castigues los errores, son una fuente inagotable de crecimiento. Cuando penalizas el error aniquilas el compromiso. Invierte la tendencia y fomenta la cultura del aprendizaje junto a tus colaboradores…es un tópico, pero necesario, transforma el error en oportunidad de aprendizaje, no lo verbalices solamente…hazlo!

Crea un entorno de confianza a tu alrededor. Deja que tus colaboradores se acerquen a tí… hazles sentir cómodos preguntándote, consultándote, incluso “molestándote”…Establece este compromiso contigo mismo para generar compromiso en tu organización o equipo…

Dales espacio y libertad para hacer las cosas a su manera, con su estilo, con sus peculiaridades, no trates de estandarizar. En la diversidad está la riqueza de los equipos y las organizaciones. Ofrece tu punto de vista pero no lo impongas a menos que quieras aniquilar el compromiso.

-No tengas ninguna duda…, tu papel como líder o manager es estar al servicio de tus colaboradores y no al revés. No hay mecanismo más poderoso para generar compromiso que ponerse al servicio del otro… sin duda mucho más efectivo que tratar de poner los demás a tus pies.

Ofrece reconocimiento ante los logros y alcances de tus colaboradores y equipo… aunque estos sean pequeños y puedan parecerte insignificantes. No hace falta que des un cheque en blanco, quizás es suficiente con un: “Buen trabajo!” o con un siempre efectivo y afectivo “Gracias!”… recompensa los progresos y hazlo con frecuencia…

Reconoce tus limitaciones y muéstrate imperfecto, en el fondo todos lo somos, aunque nuestro ego frente al espejo nos recuerde cada mañana lo excepcionales que somos…y nos invite a ocultarlo. Tu equipo necesita saber de qué eres capaz pero también de que no lo eres…

Acostumbro en otras reflexiones a proyectar e imaginar cómo será la gestión de personas en un futuro cada vez más presente. Me seduce la idea del cambio y la transformación a la que se ven avocadas los profesionales y las empresas fruto de los vaivenes sociales y tecnológicos que nos embisten sin contemplaciones…

Intento explicar cómo la gestión del conocimiento en la empresa del S.XXI tendrá lugar en comunidades, trato de describir las competencias del liderazgo transformador que arraigará en el S.XXI, construyo genéticamente el ADN de nuevas tipologías de profesionales: troyanos, socialnetworkers, know-mads y trato de dibujar como serán las interacciones profesionales dentro de unos años… pero ninguno de estos escenarios y planteamientos será posible sin un elevado nivel de compromiso por parte de los profesionales que hacen la empresa cada día…

La transformación cultural y organizativa a través de la innovación en gestión de personas es ya un imperativo… pero no nos auto engañemos…es conveniente y preciso que cualquier líder o manager revise en qué medida pone en práctica estos comportamientos de ayer, de hoy y de siempre…ya que, sencillamente, no habrá cambio sin compromiso.

12 pautas para un 2012 de éxito en gestión de personas

 

Cada año con las doce campanadas se activa en todos nosotros de manera automática un mecanismo de propósitos para el nuevo año. El año 2012 se presenta ante cualquier profesional de RR.HH. como un año crucial. Será presumiblemente un ejercicio convulso, agitado, donde la incertidumbre se hará fuerte en las organizaciones. No obstante, los empleados y sus Managers, necesitarán más que nunca claridad de ideas en las acciones que se impulsen e implanten desde el área de Gestión de personas.

Este post es un compendio de sugerencias para el menú de la nueva temporada, si queremos ganarnos las estrellas correspondientes para aparecer en las guías como un restaurante organizativo de élite, con una cocina vanguardista de primer nivel en gestión de personas, sería conveniente que introdujésemos alguno de estos planteamientos en la carta.

  1. Compartir Conocimiento: Impulsar entornos colaborativos en modo 1.0 y 2.0; compartir conocimiento es generar valor para la compañía. La idea de que compartir es vivir llevada al conocimiento en entorno empresarial. Es preciso fomentar entornos dónde fluyan y se compartan ideas, inicialmente en modo 1.0, para posteriormente evolucionar a un entorno colaborativo virtual.
  2. “Engagement” vía Desarrollo. Gestionar personas es ante todo contribuir a su desarrollo, trabajar en su  crecimiento reforzara el vínculo de permanencia. Un empleado que percibe como su Manager cultiva e impulsa su crecimiento profesional, devolverá el esfuerzo pagando con alto desempeño e involucración contribuyendo al incremento de la productividad.
  3. Fomentar la cultura de ensayo y error: levantarse significa haberse caído; caerse implica equivocarse; solo se equivocan aquellos que toman decisiones. Quien no asuma riesgos en la toma de decisiones no tendrá el placer de equivocarse y ponerse en pie. Hay que fomentar la cultura de ensayo y error como un proceso normalizado inherente al éxito profesional.
  4. Inteligencia emocional y Liderazgo, un tándem perfecto: liderar es contagiar entusiasmo impulsando una visión. El estilo de liderazgo autocrático está obsoleto; liderar requiere ahora de grandes dosis de inteligencia emocional. Sería recomendable activar tantas acciones como sea posible para desarrollar una cultura de liderazgo emocionalmente inteligente.
  5. All for 2.0, 2.0 for All : integrar y optimizar las redes sociales en la gestión de personas  es una responsabilidad compartida por todos los niveles organizativos no es una potestad exclusiva del área de RR.HH. Cada empleado debe asumir que tiene un rol que desempeñar en el éxito de la implantación de la gestión de personas 2.0.
  6. Influenciar comunicando en  positivo: Influir no es imponer nuestro “modus operandi”, es tener la habilidad de que los demás vean la organización a través de nuestro prisma. Influir es comunicar asertivamente y contagiar nuestras ideas haciendo que los demás las hagan suyas.
  7. Negociar es ante todo una actitud: la negociación no debe abordarse como un proceso para tumbar al contrario, sino como un estado mental en que tienen cabida los conceptos avanzar y retroceder; ambas caras son parte del mismo proceso. Enfrentar una negociación queriendo exclusivamente ganar, es una actitud errónea.
  8. Retribuir emocionalmente: Un éxito compartido con el equipo es la base de la retribución emocional y un elemento crucial en términos de “engagement”. Podemos gastarnos todo el presupuesto incrementando fijo, variable e introduciendo más beneficios, pero si como Managers no somos capaces de utilizar los intangibles como elemento retributivo tendremos un déficit en materia de compensación.
  9. Prioridad: “High Performance”: focalizarse en el staff de alto rendimiento será la estrategia más apropiada para alcanzar los resultados a largo plazo. En un entorno de recursos limitados, será necesario establecer prioridades. Desarrollar acciones específicas para los colaboradores que presentan un histórico de continuo alto rendimiento es hacer una distribución racional de los recursos.
  10. Employer branding vía Personal branding: Permitir que cada empleado fortalezca su marca personal no entraña riesgos, es la mejor forma de potenciar el sentimiento de pertenencia. Contrariamente a los que piensan que un empleado que refuerce y construya su marca tenderá a marcharse, es preciso entender que un empleado con una marca personal potente es el mejor embajador de nuestra marca como empleador; pero será preciso gestionar ese referente dentro de la organización.
  11. Motivación “low cost”: Flexibilidad, Conciliación y Retribución emocional son tres ingredientes básicos para potenciar la motivación de los empleados. Aún en un escenario de ajustes organizativos, es preciso más que nunca, cultivar la implantación de medidas “low cost” que suponen un aliciente considerable para mejorar la calidad de vida del staff.
  12. HR, palanca 2.0.: Preparar la organización para la integración de la gestión 2.0 debe de ser en 2012 una prioridad del área de RRHH. Aunque se trata de una responsabilidad compartida por todos los estamentos y niveles organizativos. El área de RRHH debe asumir su papel de protagonista en esta realización. No bastará ser un actor secundario ni mucho menos de reparto. Estar en el primer plano y ser el eje central del argumento e hilo conductor de la película 2.0 debe ser una prioridad absoluta en 2012.

Probablemente no resultará sencillo desarrollar todos los planteamientos en paralelo; será necesario definir un “roadmap” adecuado que defina en qué momento y de qué manera se pondrán en práctica, pero la estrategia de gestión de personas para el año 2012 debería acompañar la estrategia de negocio apoyándose en gran parte de los principios recogidos en este post de pautas-recomendaciones.

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