Sobre personas y organizaciones

desMÁRCAte

No descubriré nada nuevo si digo que el panorama profesional ha cambiado radicalmente en los últimos años. Me refiero a que el terreno de juego en el que solíamos hacer nuestras jugadas maestras se ha puesto patas arriba. De nada sirve ya, volver a analizar las causas del cataclismo y seguir viendo una y otra vez la repetición a cámara lenta de las jugadas más conflictivas, el resultado no va a cambiar. Los profesionales en activo, los que forman la alineación titular y juegan, y, los que no están en activo, los no convocados sentados en la grada, todos están dentro del estadio y a todos les va el partido…

 

Lo primero es identificar el marco en el que se desarrolla la competición y analizar cómo está el campo…

Las características de «La Liga»…

– Titularidad indiscutible Vs Inseguridad: El concepto de seguridad profesional, simplemente se ha volatilizado. Si todavía hoy, alguien piensa que esta  “a salvo” por su “high performance” y buenos resultados en el pasado, se equivoca. Puede que el pasado se fuese “Pichichi” o “Zamora”…,pero la referencia válida ahora es el resultado en el siguiente partido.

– Mercado de fichajes Vs oportunidades limitadas: acostumbrados a un entorno de oferta y demanda dinámico, ahora, el mercado no genera más que contadas oportunidades profesionales  que merezcan la pena;. Gozar de minutos para demostrar tu valía es un auténtico lujo.

– Especialización Vs Polivalencia: Ser empleable y adaptable a cuántas más circunstancias mejor, es ahora un plus. Hasta no hace mucho tiempo, el defensa defendía, y el mediocentro repartía juego,…pero lo que cuenta de verdad ahora es saber jugar y hacerlo muy bien, en cuantas más posiciones mejor; la polivalencia te asegura minutos e incrementa tus opciones de ser alineado.

– Terreno en perfectas condiciones Vs Un campo impracticable. Frente a los cuidados exquisitos a los que se sometía el terreno de juego, ahora este está repleto de parches y socavones, llueve sobre mojado y está completamente encharcado.

Teniendo en cuenta que el campeonato en el que jugamos se caracteriza fundamentalmente por esos rasgos, es el momento de posicionarse. Hay que escoger entre hacer poco o nada para acabar siendo un eterno “no convocado” o trabajar a conciencia, ya no solo para entrar en la convocatoria del “Mister”, léase, del empleador de turno, sino para jugar y ganar.

Pero, ¿es posible «jugar minutos»? ¿cómo desmarcarse?

– El auto-análisis de nuestro estilo es un paso esencial. Cada profesional debe asomarse a sus cualidades; ser realista, no maquillarlas e identificar sus rasgos más potentes y los que no lo son tanto.

– Posicionarse en base a las mejores cualidades, aquellas que permitirán destacar más y mejor; Momento de decidir en qué posiciones se quiere jugar en base a esas características, ¿defensa  o media punta? ¿líbero o portero? A mayor polivalencia más opciones de minutos en cada partido.

– Entrenar a conciencia, sin confiarse del estado de forma, da igual que se forme parte ya de un equipo y se sea titular, o que estés en el mercado abierto a opciones. El entrenamiento asegura tu “estado de forma”.

 Disciplina, esfuerzo y método en el entrenamiento; apretar los dientes y sudar la camiseta para potenciar en lo que se destaca es la mejor forma de  asegurar la titularidad o generar sensaciones para que los “oteadores” se interesen por tu fichaje.

– Originalidad al  crear la propuesta de valor de tu juego. Debe haber algo que te diferencie respecto a los demás que han decidido jugar en esa posición: tu velocidad punta, tu habilidad para no incurrir en fuera de juego, tu puntería, tu precisión con los pases, la capacidad de asociación,… , ese rasgo que debe trabajarse hasta la perfección en el entrenamiento para ser excepcionalmente bueno, será el que marque la diferencia.

– Proyección de la propuesta de valor. Muestra tus habilidades y destrezas ante los demás, no las escondas, si no las haces evidentes no tienen valor y pasarás desapercibido. Cada vez que se concedan unos minutos hay que hacer lo posible para que los demás te pasen la pelota y vean en que eres extraordinario.

– Practica el “fair play» ; se puede ser el mejor en tu disciplina pero si no juegas limpio, si no aplicas la ética en todos y cada uno de los minutos del partido, asumirás que te pueden amonestar, ¿merece la pena no jugar limpio con todo el esfuerzo que ha costado ser el mejor en esa posición?

Nuestra realidad profesional es un terreno de juego encharcado, embarrado, casi impracticable, en el que cuesta desplegar un buen juego, solo los grandes profesionales, los que asuman que da igual lo mal que esté el campo saldrán a jugar sabiendo que su propuesta de valor es su mejor carta de presentación. El partido ya ha empezado ahora nos corresponde a cada uno decidir si incurrimos en fuera de juego o jugamos al desmarque.

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8 comentarios

  1. Estupendo y realista artículo, Andrés. Además, apuntar que en el entorno de las empresas se atrincheran gran cantidad de profesionales que ni hacen, ni dejan hacer. Mucha gente en el banquillo, mientras los titulares no rinden por incapacidad o miedo.

    • Efectivamente! muchas organizaciones albergan profesionales que ni siquieran quieren «entrenar» y que asumen que son de banquillo, mientras los titulares indiscutibles se agotan jornada a jornada, además de los que no rinden por incapacidad. Gracias por vuestro comentario. Un saludo

  2. Hola, Andrés:

    Como siempre, un gran post. Es habitual hablar del trabajo empleando términos bélicos como estrategia o lucha, pero me parece una gran idea hablar en el lenguaje futbolístico, muy afín al ocio de gran parte de españoles y, con todo, repleto a su vez de palabras y significados recién salidos de un conflicto armado.

    Nos seguimos leyendo. Besos

    • Gracias Maria,
      El deporte en general y el fútbol en particular ofrecen siempre magníficas metáforas para trasladarlas al plano profesional. Seguramente desarrollaré más entradas utilizando al deporte como analogía del mundo profesional que vivimos. Nos leemos

  3. Con la diferenciaa de que aqui no echan al entrenador, sino a los jugadores

    • Hola Juan,
      Creo que ya no se salva nadie del «fuera de juego» y hay muchos entrenadores que o tiran de pizarra (entro en basket) y posicionan su estilo de juego o también quedarán desubicados.
      Un abrazo

  4. piluca rojo

    Andrés, qué buena metáfora para poner encima de la mesa con mis coachees. Magnífica reflexión. A veces siento que con todo lo que acarrea la situación económica que estamos viviendo y su impacto en las organizaciones ésto es como el Carnaval de Venecia ( de lío) y las «mascaras» hacen que las organizaciones se puedan permitir ciertas licencias.
    Me ha encantado leerte.

    • Gracias Pilar
      Un auténtico placer tenerte por aquí. Human Being es tu casa, entra y sal de ella a tu antojo, y enríquecela con tus comentarios, todos te lo agradeceremos. El Carnaval de Venecia y las máscaras es sin duda otra gran metáfora para reflejar la situación económica y sobretodo de incertidumbre que vivimos…
      Un fuerte abrazo

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