Sobre personas y organizaciones

Autor: Andrés Ortega

HR Director & Social Networker
Sociologist & Blogger / Sociólogo & Blogger
HR 2.0 Pionner Agent / Dinamizador de entornos RR.HH. 2.0
Inconformista, Convensador y Barman de Ideas / Nonconformist, Speaker and Ideas Barman

El Liderazgo del Lado Oscuro

1er acto

Es ingente la cantidad de teorías, artículos, libros, que se han escrito acerca del concepto Liderazgo. Todos tenemos referentes de líderes buenos y líderes malos en nuestra retina, conformamos una opinión sobre el liderazgo de alguien, por encima de los conocimientos y teorías que conozcamos al respecto en base a nuestra propia experiencia y estructura de valores. No es mi objetivo en este post abrir una nueva vía de debate al respecto, ya se ha escrito mucho y con mucho mayor rigor científico. Me he permitido la licencia de copiar literalmente un fragmento extraído de la Wikipedia y que será de gran ayuda para contextualizar mejor la segunda parte de este post.

“Según, Rallph M. Stogdill, en su resumen de teorías e investigación del liderazgo, señala que «existen casi tantas definiciones del liderazgo como personas que han tratado de definir el concepto. Aquí, se entenderá el liderazgo gerencial como el proceso de dirigir las actividades laborales de los miembros de un grupo y de influir en ella. Esta definición tiene cuatro implicaciones importantes.

En primer término, el liderazgo implica a otras personas; a los colaboradores o seguidores. Los miembros del equipo de trabajo, dada su voluntad para aceptar las órdenes del líder, ayudan a definir la posición del líder y permiten que transcurra el proceso de liderazgo; si no hubiera a quien mandar, las cualidades de liderazgo del gerente serían irrelevantes.

En segundo, el liderazgo entraña una distribución desigual del poder entre los líderes y los miembros del equipo de trabajo. Los miembros del equipo no carecen de poder; pueden dar forma, y de hecho lo hacen, a las actividades del grupo de distintas maneras. Sin embargo, por regla general, el líder tendrá más poder sobre los demás y es quien decide que se debe hacer.

El tercer aspecto del liderazgo es la capacidad para usar las diferentes formas del poder para influir en la conducta de los colaboradores, de diferentes maneras.

El cuarto es la combinación de los tres primeros, pero reconoce que el liderazgo es cuestión de valores y principios [i]

Pero me pregunto ¿Se puede realmente cuantificar cuantos estilos de liderazgo existen?, depende del enfoque y de la teoría que lo estudie, del tipo de relación o influencia que el líder ejerza sobre sus subordinados o seguidores; lo cierto es que hay un sinfín de estilos de liderazgo ya tipificados, tan solo por citar alguno:  autocrático, democrático, laissez faire, paternalista, carismático, lateral, transaccional, transformacional, dictador, etc, etc, etc

Segundo acto

Las experiencias compartidas por muchos y muy buenos amigos y excelentes profesionales junto con mis propias vivencias han ido enriqueciendo el portfolio de tipologías de liderazgo que personalmente he ido identificando a lo largo de los años y que se suman a las más conocidas y mencionadas párrafos arriba; Se tratan quizás de nuevas especies de liderazgo, que tienen en común una característica: son perjudiciales para la salud organizativa. Aunque presumiblemente no existe todavía una teoría desarrollada empíricamente sobre ellos esbozaré alguno de ellos.

Liderazgo miope: consiste en la dificultad para enfocar correctamente los objetos lejanos, el largo plazo; se fuerza la vista porque no se ve claro el hacia donde debe dirigirse la organización.

Liderazgo anoréxico: se caracteriza fundamentalmente por la obsesión por adelgazar la organización y por no engordarla bajo ningún concepto. Esta tipología de líderes centran su atención en un exagerado control de costes tendiendo a minimizar la estructura organizativa, la báscula es su mejor aliado.

Liderazgo libra o bipolar: No se trata de un tipo de liderazgo extremadamente perjudicial pero sin duda no es saludable. Consiste en la falta de rigor al fijar el rumbo. Toma decisiones con convicción en una dirección con la misma firmeza con la que toma decisiones en sentido contrario dos días más tarde.

Liderazgo Robinson Crusoe: fácilmente identificable debido a que el líder tipo Robinson se encuentra solo en su entorno, no tiene seguidores que apoyen su gestión; consume su “mandato” haciendo señales de humo para que vengan en su auxilio a rescatarle

Liderazgo manostijeras: este tipo de líder se caracteriza por tener una buena voluntad en sus acciones y propósitos pero no es capaz de evaluar el impacto negativo que puede tener el uso excesivo de su buena voluntad.

Liderazgo burbuja: se caracteriza porque el líder conocedor de sus carencias y debilidad de su sistema inmunológico ante los agentes externos se ve obligado a crear su propio espacio de autoprotección que le aísla por completo de la organización. Este autoblindaje le impide palpar la realidad organizativa con sus propias manos y acaba por perder el contacto.

Liderazgo místico: se trata de uno de las tipologías de liderazgo más metafísicas pero al mismo tiempo más inútiles. El líder místico cree estar en contacto con un ser superior que le guía y que marca su destino, pero estas directrices suelen estar muy alejadas del mundo terrenal, el de carne y hueso. Se consideran seres superiores embajadores de un mensaje que nadie más conoce pero en el que cuesta mucho creer por lo inverosímil que resulta.

Liderazgo OVNI: se caracteriza principalmente por aparecer de manera repentina y de forma inesperada. Sin embargo existen muy pocas personas en la organización que hayan visto al líder ovni en alguna ocasión. Las organizaciones con este tipo de líder ansían encuentros en la tercera fase frente a las apariciones inesperadas y con falta de nitidez.

Estos son algunos de las nuevas tipologías de liderazgo afincado en el lado oscuro, ese al que ningún líder que se precie debería aproximarse nunca. A partir de aquí es vuestro turno, ya que con total seguridad a lo largo de vuestra experiencia os hayáis encontrado con tipologías de liderazgo en el lado oscuro que queráis compartir conmigo en este blog.


[i] Extraido de Wikipedia

La glaciación del Talento

Es tan solo una reflexión, una idea que sobrevuela mi cabeza y que se apoya en las opiniones de muchos profesionales y colegas recogidas en los últimos meses. Es una metáfora que viene a significar el cómo muchos, cada vez más, profesionales de toda índole y condición están entrando en un proceso de hibernación sine die, o al menos, con una fecha realmente incierta. Muchos de ellos no tienen ni siquiera previsto despertar a los albores de la próxima primavera, su letargo esta previsto hasta que amaine la tormenta y los hielos, den síntomas evidentes de comenzar a derretirse.

El frio extremo que vivimos, esa ola de frio polar que con tanta fuerza ha irrumpido en nuestro entorno profesional, nos ha dejado, literalmente, helados. Las temperaturas bajo cero transformadas en congelaciones de todo tipo: presupuestarias, de contratación, de inversión, etc, han entumecido los huesos de un amplísimo porcentaje de profesionales que han interpretado este periodo de glaciación como el momento de resguardarse, de cobijarse del frio, abrigándose como nunca habían hecho hasta ahora, dejando solo entrever su mirada entre gorro y bufanda para atisbar que el temporal amaina.

La incertidumbre que normalmente va asociada a cualquier intento de cambio profesional se ha extinguido. No hay incertidumbre porque la actitud hacia el cambio está literalmente congelada. El mercado no acompaña desde hace ya unas cuantas primaveras y el desasosiego y la pesadumbre se han instalado en la moral de la mayoría de aquellos que formamos el mercado laboral.

Resulta realmente complicado inyectar positivismo en un entorno tan “negativizado”, en el que los mercados se han convertido en un sube/baja continúo y en el que, plantearse un cambio profesional, puede ser percibido por terceros como un acto kamikaze.

El talento se ha resguardado, está hibernando hasta nueva orden, pero sigue estando ahí, latente en alguna parte, esperando a que alguien lo encuentre, le inyecte una dosis de calor u optimismo que para el caso viene a ser lo mismo.

¿Qué hacer ante una glaciación del talento de estas características?, ¿es posible activar la inquietud de un profesional en una coyuntura de incertidumbre extrema como la que estamos atravesando?

Las respuestas que he encontrado a estas preguntas no son las conclusiones de ningún estudio cualitativo o cuantitativo sociológicamente reglado, sino más bien el resumen de las respuestas ofrecidas por muchos colegas, amigos y profesionales con los que he tenido oportunidad de debatir al respecto de mi teoría de la glaciación del talento en los últimos meses.

La gran mayoría coincide en afirmar que poco o nada se puede hacer hasta que amaine el temporal, es recurrente afirmar que los profesionales, incluso ese selecto colectivo al que se le atribuye el talento prefieren seguir cobijados mientras siga helando ahí fuera, son conscientes de su coste de oportunidad pero simplemente han decidido no arriesgar y seguir contribuyendo en su proyecto actual aún a riesgo de que este no les llene o satisfaga plenamente.

Otro porcentaje de “encuestados” optan sin embargo por un enfoque más positivista, apoyado en la tesis de que si un proyecto merece la pena un profesional que se sepa de “alto rendimiento”, puede que incluso llegue a plantearse gestionar un cambio; la diferencia hoy en día es que aquellas compañías que pretendan captar a esta tipología de profesionales tendrá que desarrollar una estrategia de identificación del talento proactiva, identificando a través de todo tipo de fuentes (el entorno 2.0. se ha convertido en un magnifico escaparate o directorio gratuito) quien es quien, para a partir de ahí dirigirse a él o a ella y llevar a cabo una venta directa del proyecto en cuestión. Si este, es lo suficientemente interesante y una vez cotejado el talento latente del profesional en cuestión, entonces, y solo entonces es posible que el hielo comience a derretirse al calor de un gran proyecto y tras el deshielo se produzca la contratación del profesional en fase de hibernación.

Finalmente la ultima y minoritaria corriente sostiene que es precisamente la situación de incertidumbre que atravesamos, la que para el selecto grupo de profesionales que se saben excepcionales, lejos de congelarles, les hace estar más proclives a un cambio. Esta receptividad generalmente viene asociada a que los últimos años han sido ejercicios especialmente duros en materia de revisión salarial, concesión o mantenimiento de beneficios, acceso a formación, y en general elementos de motivación puramente material y no emocional. Es precisamente este grupo de profesionales que constituirían el talento existente en toda organización sobre el que debería concentrarse la atención en términos de retención. La gestión del talento cobra, si cabe, aún más sentido cuando se trata de activar el talento que ya está, latente en nuestras organizaciones, es una responsabilidad de los lideres encontrar fórmulas para que estos profesionales sigan desarrollando ese talento desde dentro, generar el calor necesario para derretir el hielo y no permitir que busquen entornos más cálidos a los que emigrar donde materializar sus ideas o dar rienda suelta a su, hoy más que nunca, valiosa capacidad de innovación.

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