Sobre personas y organizaciones

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desMÁRCAte

No descubriré nada nuevo si digo que el panorama profesional ha cambiado radicalmente en los últimos años. Me refiero a que el terreno de juego en el que solíamos hacer nuestras jugadas maestras se ha puesto patas arriba. De nada sirve ya, volver a analizar las causas del cataclismo y seguir viendo una y otra vez la repetición a cámara lenta de las jugadas más conflictivas, el resultado no va a cambiar. Los profesionales en activo, los que forman la alineación titular y juegan, y, los que no están en activo, los no convocados sentados en la grada, todos están dentro del estadio y a todos les va el partido…

 

Lo primero es identificar el marco en el que se desarrolla la competición y analizar cómo está el campo…

Las características de «La Liga»…

– Titularidad indiscutible Vs Inseguridad: El concepto de seguridad profesional, simplemente se ha volatilizado. Si todavía hoy, alguien piensa que esta  “a salvo” por su “high performance” y buenos resultados en el pasado, se equivoca. Puede que el pasado se fuese “Pichichi” o “Zamora”…,pero la referencia válida ahora es el resultado en el siguiente partido.

– Mercado de fichajes Vs oportunidades limitadas: acostumbrados a un entorno de oferta y demanda dinámico, ahora, el mercado no genera más que contadas oportunidades profesionales  que merezcan la pena;. Gozar de minutos para demostrar tu valía es un auténtico lujo.

– Especialización Vs Polivalencia: Ser empleable y adaptable a cuántas más circunstancias mejor, es ahora un plus. Hasta no hace mucho tiempo, el defensa defendía, y el mediocentro repartía juego,…pero lo que cuenta de verdad ahora es saber jugar y hacerlo muy bien, en cuantas más posiciones mejor; la polivalencia te asegura minutos e incrementa tus opciones de ser alineado.

– Terreno en perfectas condiciones Vs Un campo impracticable. Frente a los cuidados exquisitos a los que se sometía el terreno de juego, ahora este está repleto de parches y socavones, llueve sobre mojado y está completamente encharcado.

Teniendo en cuenta que el campeonato en el que jugamos se caracteriza fundamentalmente por esos rasgos, es el momento de posicionarse. Hay que escoger entre hacer poco o nada para acabar siendo un eterno “no convocado” o trabajar a conciencia, ya no solo para entrar en la convocatoria del “Mister”, léase, del empleador de turno, sino para jugar y ganar.

Pero, ¿es posible «jugar minutos»? ¿cómo desmarcarse?

– El auto-análisis de nuestro estilo es un paso esencial. Cada profesional debe asomarse a sus cualidades; ser realista, no maquillarlas e identificar sus rasgos más potentes y los que no lo son tanto.

– Posicionarse en base a las mejores cualidades, aquellas que permitirán destacar más y mejor; Momento de decidir en qué posiciones se quiere jugar en base a esas características, ¿defensa  o media punta? ¿líbero o portero? A mayor polivalencia más opciones de minutos en cada partido.

– Entrenar a conciencia, sin confiarse del estado de forma, da igual que se forme parte ya de un equipo y se sea titular, o que estés en el mercado abierto a opciones. El entrenamiento asegura tu “estado de forma”.

 Disciplina, esfuerzo y método en el entrenamiento; apretar los dientes y sudar la camiseta para potenciar en lo que se destaca es la mejor forma de  asegurar la titularidad o generar sensaciones para que los “oteadores” se interesen por tu fichaje.

– Originalidad al  crear la propuesta de valor de tu juego. Debe haber algo que te diferencie respecto a los demás que han decidido jugar en esa posición: tu velocidad punta, tu habilidad para no incurrir en fuera de juego, tu puntería, tu precisión con los pases, la capacidad de asociación,… , ese rasgo que debe trabajarse hasta la perfección en el entrenamiento para ser excepcionalmente bueno, será el que marque la diferencia.

– Proyección de la propuesta de valor. Muestra tus habilidades y destrezas ante los demás, no las escondas, si no las haces evidentes no tienen valor y pasarás desapercibido. Cada vez que se concedan unos minutos hay que hacer lo posible para que los demás te pasen la pelota y vean en que eres extraordinario.

– Practica el “fair play» ; se puede ser el mejor en tu disciplina pero si no juegas limpio, si no aplicas la ética en todos y cada uno de los minutos del partido, asumirás que te pueden amonestar, ¿merece la pena no jugar limpio con todo el esfuerzo que ha costado ser el mejor en esa posición?

Nuestra realidad profesional es un terreno de juego encharcado, embarrado, casi impracticable, en el que cuesta desplegar un buen juego, solo los grandes profesionales, los que asuman que da igual lo mal que esté el campo saldrán a jugar sabiendo que su propuesta de valor es su mejor carta de presentación. El partido ya ha empezado ahora nos corresponde a cada uno decidir si incurrimos en fuera de juego o jugamos al desmarque.

12 pautas para un 2012 de éxito en gestión de personas

 

Cada año con las doce campanadas se activa en todos nosotros de manera automática un mecanismo de propósitos para el nuevo año. El año 2012 se presenta ante cualquier profesional de RR.HH. como un año crucial. Será presumiblemente un ejercicio convulso, agitado, donde la incertidumbre se hará fuerte en las organizaciones. No obstante, los empleados y sus Managers, necesitarán más que nunca claridad de ideas en las acciones que se impulsen e implanten desde el área de Gestión de personas.

Este post es un compendio de sugerencias para el menú de la nueva temporada, si queremos ganarnos las estrellas correspondientes para aparecer en las guías como un restaurante organizativo de élite, con una cocina vanguardista de primer nivel en gestión de personas, sería conveniente que introdujésemos alguno de estos planteamientos en la carta.

  1. Compartir Conocimiento: Impulsar entornos colaborativos en modo 1.0 y 2.0; compartir conocimiento es generar valor para la compañía. La idea de que compartir es vivir llevada al conocimiento en entorno empresarial. Es preciso fomentar entornos dónde fluyan y se compartan ideas, inicialmente en modo 1.0, para posteriormente evolucionar a un entorno colaborativo virtual.
  2. “Engagement” vía Desarrollo. Gestionar personas es ante todo contribuir a su desarrollo, trabajar en su  crecimiento reforzara el vínculo de permanencia. Un empleado que percibe como su Manager cultiva e impulsa su crecimiento profesional, devolverá el esfuerzo pagando con alto desempeño e involucración contribuyendo al incremento de la productividad.
  3. Fomentar la cultura de ensayo y error: levantarse significa haberse caído; caerse implica equivocarse; solo se equivocan aquellos que toman decisiones. Quien no asuma riesgos en la toma de decisiones no tendrá el placer de equivocarse y ponerse en pie. Hay que fomentar la cultura de ensayo y error como un proceso normalizado inherente al éxito profesional.
  4. Inteligencia emocional y Liderazgo, un tándem perfecto: liderar es contagiar entusiasmo impulsando una visión. El estilo de liderazgo autocrático está obsoleto; liderar requiere ahora de grandes dosis de inteligencia emocional. Sería recomendable activar tantas acciones como sea posible para desarrollar una cultura de liderazgo emocionalmente inteligente.
  5. All for 2.0, 2.0 for All : integrar y optimizar las redes sociales en la gestión de personas  es una responsabilidad compartida por todos los niveles organizativos no es una potestad exclusiva del área de RR.HH. Cada empleado debe asumir que tiene un rol que desempeñar en el éxito de la implantación de la gestión de personas 2.0.
  6. Influenciar comunicando en  positivo: Influir no es imponer nuestro “modus operandi”, es tener la habilidad de que los demás vean la organización a través de nuestro prisma. Influir es comunicar asertivamente y contagiar nuestras ideas haciendo que los demás las hagan suyas.
  7. Negociar es ante todo una actitud: la negociación no debe abordarse como un proceso para tumbar al contrario, sino como un estado mental en que tienen cabida los conceptos avanzar y retroceder; ambas caras son parte del mismo proceso. Enfrentar una negociación queriendo exclusivamente ganar, es una actitud errónea.
  8. Retribuir emocionalmente: Un éxito compartido con el equipo es la base de la retribución emocional y un elemento crucial en términos de “engagement”. Podemos gastarnos todo el presupuesto incrementando fijo, variable e introduciendo más beneficios, pero si como Managers no somos capaces de utilizar los intangibles como elemento retributivo tendremos un déficit en materia de compensación.
  9. Prioridad: “High Performance”: focalizarse en el staff de alto rendimiento será la estrategia más apropiada para alcanzar los resultados a largo plazo. En un entorno de recursos limitados, será necesario establecer prioridades. Desarrollar acciones específicas para los colaboradores que presentan un histórico de continuo alto rendimiento es hacer una distribución racional de los recursos.
  10. Employer branding vía Personal branding: Permitir que cada empleado fortalezca su marca personal no entraña riesgos, es la mejor forma de potenciar el sentimiento de pertenencia. Contrariamente a los que piensan que un empleado que refuerce y construya su marca tenderá a marcharse, es preciso entender que un empleado con una marca personal potente es el mejor embajador de nuestra marca como empleador; pero será preciso gestionar ese referente dentro de la organización.
  11. Motivación “low cost”: Flexibilidad, Conciliación y Retribución emocional son tres ingredientes básicos para potenciar la motivación de los empleados. Aún en un escenario de ajustes organizativos, es preciso más que nunca, cultivar la implantación de medidas “low cost” que suponen un aliciente considerable para mejorar la calidad de vida del staff.
  12. HR, palanca 2.0.: Preparar la organización para la integración de la gestión 2.0 debe de ser en 2012 una prioridad del área de RRHH. Aunque se trata de una responsabilidad compartida por todos los estamentos y niveles organizativos. El área de RRHH debe asumir su papel de protagonista en esta realización. No bastará ser un actor secundario ni mucho menos de reparto. Estar en el primer plano y ser el eje central del argumento e hilo conductor de la película 2.0 debe ser una prioridad absoluta en 2012.

Probablemente no resultará sencillo desarrollar todos los planteamientos en paralelo; será necesario definir un “roadmap” adecuado que defina en qué momento y de qué manera se pondrán en práctica, pero la estrategia de gestión de personas para el año 2012 debería acompañar la estrategia de negocio apoyándose en gran parte de los principios recogidos en este post de pautas-recomendaciones.

aCtitud 2012

Siempre me apetece al llegar a estas alturas del año echar la vista atrás, ubicarme    de nuevo en el primer día del año que toca a su fin y sobrevolar mentalmente las hojas del calendario para hacer balance de los 365 días transcurridos. Aunque este año no romperé la tradición y llevaré a cabo el mismo   ejercicio, he decidido también hacer un ejercicio proyectivo, no retrospectivo. Me he ubicado mentalmente en el último día del nuevo año cuya llegada pronto celebraremos.

 

Y, al llevar a cabo ese ejercicio proyectivo, me he quedado francamente preocupado. Las previsiones de todos los estamentos económicos nacionales, europeos y globales no parecen ser demasiado optimistas de cara al próximo año. Sin embargo, he decidido no contribuir a difundir, si cabe aún más, ese halo de negatividad que nos impregna a diario desde hace ya demasiado tiempo.

Sin paños calientes, efectivamente, las perspectivas son muy negativas. Las cosas están mal, y además son susceptibles de empeorar. Muy bien, ahora que lo tenemos tan claro, ¿Qué vamos a hacer? La respuesta a esta pregunta es relativamente fácil. Existen dos alternativas

  1. Maldecir nuestro destino y alabar nuestra mala suerte al tener que:  apretarnos el cinturón un agujero más cada mes; vivir preocupados por no saber si contaremos en los planes de nuestros empleadores a lo largo de los próximos meses;  resignarnos un año más asumiendo que no es momento para progresar en la organización; apretarnos la soga al cuello al ver que la prestación por desempleo llega a su fin; angustiarnos al ver que no llega la llamada o el email deseados con la soñada propuesta de trabajo, ó
  2. Tomar consciencia de aquella frase tan utilizada en los tiempos que corren, y asumir, que, si queremos resultados diferentes, tendremos necesariamente que hacer las cosas de una manera diferente.

Apuesto a que no soy el primero que leéis o escucháis  evidenciando estas ideas. En el ejercicio proyectivo al que me refería al inicio del post, me he imaginado un año 2012 excepcional! He decidido saltarme a la torera los malos augurios y las predicciones más catastrofistas que estoy escuchando. He decidido que esa no es la ACTITUD que me permitirá hacer lo que quiero. Me reservo el derecho de admisión a mis expectativas, deseos y planes para 2012, pero sí que voy a compartir con vosotros cuales creo que son los mecanismos que os permitirán poner a tono vuestro músculo actitudinal. Será mi humilde contribución a que vuestros planes salgan bien.

1.- Hay que tomar un tiempo en asumir, que no vendrá nadie a sacarnos del “atolladero” o a resolvernos los problemas. Queridos amigos, no habrá redentor, el Salvador sois vosotros mismos. Esta premisa, ha de ser necesariamente la primera. Es la que activa el resto de ideas y recomendaciones. Mientras no tengamos claro que esto es así, nada más funcionará.

2.-  ¿Qué quiero conseguir, cambiar, desarrollar, lograr, mejorar, materializar durante los próximos doce meses? Es vital tener claro los objetivos a alcanzar. Aquí, todo vale, todo, siempre y cuando sean objetivos en positivo: desde alcanzar un trabajo, pasando por alcanzar esa tan deseada promoción, lanzarme finalmente a realizar esa actividad que siempre quise practicar, o dar ese giro profesional que en tantas ocasiones nos ha acompañado en nuestros más dulces sueños.

3.- Conocerse mejor. Es un paso imprescindible. Los logros a alcanzar deben estar en consonancia con nuestro perfil competencial y de habilidades. Qué sé hacer, en qué somos realmente buenos, y, al mismo tiempo, en qué no somos excepcionales. Resultará vital mirarse al espejo y asumir lo que tenemos en frente. Nadie tiene que venir a contarnos algo que ya sabemos, pero si es necesario tomar consciencia de nuestras fortalezas y de nuestras debilidades. Igualmente relevante será identificar qué nos apetece hacer. Dar continuidad a lo que ya hacemos porque nos gusta o quizás luchar por dedicarnos profesionalmente a aquello que siempre nos llamó la atención pero que nunca llegamos a realizar por lo incómodo que resulta salir de nuestra “zona de confort”…

4.- Identificar referentes ó modelos a seguir.  Supondrá una ayuda importante a que vuestro plan de acción os resulte creíble y no os suene simplemente a buenas intenciones. La vía para localizar e interaccionar con esos referentes o ejemplos es lo de menos, lo importante es identificarlos y que os resulten convincentes. Está bien que leáis las enseñanzas de los gurús del management, pero creo que sería más efectivo si dedicáis tiempo a escuchar y conversar con un vecino, amigo o conocido que se quedo en la estacada, que dio un giro a su carrera, que consiguió un trabajo, etc y salió hacia adelante a base de reaccionar y trabajar, claro está, con ACTITUD  positiva.

5.- Creer en nosotros mismos. Los cuatro mecanismos anteriores resultarán estériles si no tenemos el convencimiento de que podemos conseguirlo. Tan crucial como el primer mecanismo, que supone tomar consciencia de que somos el motor y la cadena de transmisión que permitirá que el vehículo se ponga en movimiento, resulta vital, tener la plena convicción de que somos capaces de ejecutar nuestro plan de acción. Si tenemos nuestra autoestima por los suelos, habrá que trabajar primero en levantarla; no podemos comenzar el proyecto hasta que no tengamos claro que somos totalmente capaces de ejecutarlo. Si existen dudas sobre nuestra capacidad y motivación para ponernos en marcha, es preferible que no nos pongamos en la línea de salida, de lo contrario, acabaremos abandonando a las primeras de cambio y eso todavía mellará más nuestro necesario ego de cara al 2012.

En resumen, saber que dependemos de nosotros mismos, tener muy claro qué queremos conseguir, realizar un análisis objetivo de nuestras debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades, identificar a quienes ya se pusieron en marcha y llegaron a meta y tener el convencimiento de que somos capaces de hacerlo, resultan mecanismos esenciales para ponernos en movimiento.

No existe otro camino, esa es la aCtitud necesaria para que el 2012 se convierta en un año excepcional para cada uno de nosotros en contra de todas las predicciones. Se trata de trabajar duro para dar la sorpresa a un año para el que a priori no contamos como favoritos, pero ahora ya sabemos cómo activar la aCitud que nos conducirá irremediablemente hacia el éxito.

El secreto de Japón

Aún tengo fresca en mi memoria aquella celebración, aquel triunfo histórico del deporte español. Mis recuerdos son múltiples cuando visualizo el Mundial de Baloncesto que tuvo lugar en Japón en el año 2006 y que finalizó con la coronación de España en lo más alto del Basket mundial.

Sin embargo, de todas las imágenes de aquel campeonato que mi retina guarda como un tesoro, hay una que permanecerá para siempre, como una huella imborrable e indeleble y que he utilizado siempre que he podido, trasladándola como ejemplo a mi entorno profesional y personal.

De todas las emociones que guardo de aquel campeonato, uno de los momentos más entrañables se produce cuando el entrenador, Pepu Hernández, en la celebración del triunfo en Madrid, gritó al cielo que a partir de entonces habría una palabra que para todos sería muy importante: BA-LON-CES-TO¡

Aquella celebración, y en concreto ese momento, hace que aún hoy, al cerrar los ojos y echando la vista atrás, su recuerdo me provoque una emoción intensa y un dulce sabor de boca.

Sin embargo, siempre he soñado  mi propia versión adaptada de aquel instante. Para mí, el deletreo silábico de esa palabra tenía una connotación de mayor alcance e impacto. Cuando visualizo ese momento, mi imaginario sigue escuchando dos palabras verbalizadas al mismo tiempo, que se solapan la una sobre la otra y que siempre me ayudaron a entender en su magnitud la razón de ser de aquel éxito.

Imagino a Pepu diciendo CON-FI-AN-ZA¡, ese ha sido para mí el significado paralelo de aquella palabra magnificada. Ese es el término encriptado que para mí gritaba Pepu al cielo de Madrid desde el set instalado en Plaza de Castilla.

Como amante del deporte y en concreto del Basket, pocas veces he podido comprobar el impacto tan demoledor de ese sentimiento en el éxito de un equipo. Y ese, no es sino un ejemplo grandilocuente de lo que podemos esperar si cualquier equipo de trabajo  se esfuerza y se combina bajo la siempre atenta mirada de la Confianza ciega entre sus miembros.

No sería justo otorgar exclusivamente el éxito a esa variable. La calidad técnica de todos los miembros del combinado no dejaba lugar a dudas. El liderazgo del equipo, personalizado en un único e irrepetible Pau Gasol, pero integrado e imbuido en todos y cada uno de los demás jugadores. La estrategia propia de un jugador de ajedrez llevada al parquet magistralmente por el seleccionador. Y el apoyo incondicional de una afición a miles de kilómetros. Todos ellos, ingredientes básicos para hornear uno de los mayores éxitos hasta hoy de nuestro país en el deporte de la canasta.

Sin embargo, fue la Confianza el ingrediente que cohesionó al resto. El convencimiento por parte de todos y cada uno de los integrantes de la expedición de que sus compañeros confiaban en él, y él a su vez en ellos. La Confianza de todos en todos y a su vez en el entrenador y el saber que gozaban a miles de kilómetros de esa misma fe ciega por parte de millones de personas.

Solo un sentimiento tan transparente y tan  arraigado en todos puede explicar un éxito de ese calibre.  Solo al ver de nuevo la celebración de esos gigantes, embriagados por una emoción desmesurada entrelazados entre sí, fundiéndose en abrazos e intercambiando miradas de complicidad, puede comprenderse, el impacto que tuvo esa Confianza grabada a fuego en todos ellos.

La grandeza del deporte y la forma en cómo el peso de los intangibles explican el éxito y los triunfos en los deportes de equipo, debería servir de ejemplo para nuestro día a día profesional.

Las mesas de reuniones, los equipos multidisciplinares, verticales u horizontales, y por supuesto, los comités de dirección y de cualquier tipo que tienen lugar en todas las organizaciones a diario, y, que pretendan ser excepcionales en la manera de alcanzar sus éxitos,  deberían beber y emborracharse del secreto de Japón

Gracias BALONCESTO¡ o debería decir Gracias CONFIANZA¡

MARCA PERSONAL & FAMA

Uno de los conceptos que más ha acaparado mi interés recientemente por la relevancia que conlleva en la gestión de personas es el de “marca personal”. Mi objetivo con esta entrada no es más que aportar mi propia visión sobre el mismo. Resultaría muy pretencioso por mi parte hacer un post con ánimo de sentar cátedra al respecto, sobretodo porque creo que hay muchos profesionales que llevan investigando y escribiendo sobre ello desde hace mucho tiempo y con gran criterio.  Es obligatorio referirse aquí a Andrés Pérez Ortega, a quien hay que remitirse cuando se trata el concepto de marca personal por ser uno de los pioneros en España en la materia.

Es un concepto de moda, del que mucha gente habla, simplemente porque, por unos u otros motivos, consideran que es importante. Y están en lo cierto.

La construcción y desarrollo de una marca personal es algo muy serio; se trata, por encima de cualquier otra cosa, de adquirir un compromiso consigo mismo. No existe mayor error que definir una estrategia de posicionamiento personal pensando en alcanzar un fin, ya que lo correcto sería hacerlo pensando en el propio enriquecimiento que el mero hecho de llevarlo a cabo revertirá en nosotros mismos.

Considero que ello es así, porque para que la estrategia sea óptima debemos de pasar por un proceso de autoanálisis y autoconocimiento profundo y exhaustivo. No existe otro modo de diseñar esa estrategia y comenzar a trabajar sobre ella. Si erramos en ese análisis, si nos sobrevaloramos o infravaloramos, si nos autoengañamos en cuanto a nuestras habilidades, conocimientos y expectativas,  o si no conocemos con detenimiento nuestras fortalezas y armas secretas, el punto de partida estará viciado y difícilmente podremos desarrollarnos en ese proceso de construcción de nuestra marca, que, no olvidemos es lo más interesante y fructífero.

No solo hablamos de compromiso con nosotros mismos, diseñar, e implementar nuestra estrategia de posicionamiento conlleva también sacrificio. Inevitablemente y si la estrategia es buena, habrá que comenzar a hacer cosas que no hacíamos antes,  al igual que habrá que dejar de tener comportamientos existentes, y, más que probablemente ambas cosas nos exigirán mucho esfuerzo, por lo tanto, el contrato que firmamos con nosotros mismos debe de ser sincero y consecuente. El esfuerzo y sacrificio son inherentes al desarrollo de nuestra marca personal.

Asumido el compromiso y decididos a realizar el esfuerzo, la tercera cuestión es, ¿Por cuánto tiempo?, ¿Hasta cuándo tendré que trabajar para afianzar mi marca?, la respuesta, desde mi punto de vista es sencilla pero difícil de asimilar, SIEMPRE. Un proceso de construcción y desarrollo de una marca personal  puede que tenga un principio, pero necesariamente no puede tener un final. Se trata de un camino, que, una vez iniciado no tiene retorno, y cuya meta nunca se atisba en el horizonte. Cuando comencemos a correr, será mejor marcar un ritmo tranquilo pero constante ya que la meta es  una ilusión óptica, al igual que un horizonte, por mucho que caminemos, este, la meta, la marca, siempre nos permitirá caminar más para alcanzarla.

Siempre me gustó y, creo que es  un fragmento que ilustra muy bien a que me refiero, aquel discurso inaugural que ofrecía la profesora de danza a sus discípulos en una famosa serie ochentera…. “Tenéis muchos sueños, buscáis la fama pero…,la fama cuesta , pues aquí es dónde vais a empezar a pagar… con sudor”

Por lo tanto, Compromiso, Esfuerzo y Tiempo tres conceptos que entrelazados entre sí, unidos con fuerza suponen las claves, no del éxito, sino del proceso que supone trabajar en nuestra marca personal; su combinación nos permitirá crecer a lo largo del camino, y, sí la estrategia definida previamente, basada en nuestra autocrítica y nuestro autoanálisis, fue la correcta, no cabe la menor duda de que merece la pena dar el paso.

La marca personal somos nosotros mismos, potenciando las capacidades y habilidades en las que somos sobresalientes y haciéndolo saber de manera inteligente, escogiendo nuestra audiencia y estableciendo las relaciones que nos permitirán llegar a la discográfica que nos ofrezca grabar nuestro primer single. El camino habrá sido duro, muchas horas de ensayo, infinidad de cuerdas rotas, acordes disonantes que no permiten dar con la melodía perfecta, meses tocando en el metro con un sombrero boca arriba recogiendo humildad, pero construyendo nuestra identidad, nuestro sello musical, nuestra marca personal.

 El ideal es además, vivir de ello, pero si eso no es posible, nuestro propio reconocimiento y el de aquellos que nos rodean y que nos acompañarán en el camino harán que valga la pena  luchar por alcanzar la fama.

Y para aquellos que hayáis llegado hasta aquí, y que algún fragmento de esta entrada os haya provocado cierta nostalgia, os regalo el fragmento del encabezado de aquella mítica e irrepetible serie.

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